Unos niños juegan en la puerta de su casa en el barrio de Nazaret. Foto: KIKE TABERNERUno de cada tres niños y niñas en la Comunitat Valenciana está en riesgo de exclusión. Cerca de 280.000 menores de 18 años se encuentran en esta situación en la Comunitat. La pobreza infantil también está aquí
Son datos que nos llegan de Save the Children La ong Save The Children habla de cifras terribles en el ámbito valenciano y recuerda que en la Comunitat Valenciana el 32,9% de la población menor de 18 años vive en riesgo de pobreza o exclusión social, según la última encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística. Una tasa que se encuentra ligeramente por encima de la media de España, ya que en el conjunto del Estado se sitúa en un 31,3% de la población infantil.
Estos datos además de dejarnos sobrecogidos, nos sirve para plantearnos dónde estamos. La realidad más cercana nos habla de familias que sufren y viven en la pobreza.
Y es que, según la organización, el coste medio para criar un hijo en condiciones adecuadas y dignas en la Comunitat Valenciana es de 536 euros mensuales, una cantidad que muchas familias no pueden asumir. De hecho, durante el año 2017 Save the Children atendió en la Comunitat a más de 1.000 niños y niñas y más de 500 familias en riesgo de exclusión social.
El problema de la exclusión social es que una vez caes en ella, cuesta mucho salir de ella aunque recuperes los ingresos económicos. La exclusión lleva pareja unos estigmas que hacen mucho daño.
Las personas y los niños y niñas excluidos entran en una categoría social hacia los que se genera una respuesta negativa y se les ve como culturalmente inaceptables o inferiores. Y salir de esto cuesta mucho.
Ante estas realidades y cuando salen informes y cifras así, se genera cierto revuelo. Las voluntades políticas y sociales parece que se mueven pero pasan los días, los meses y los años y seguimos conviviendo con casos de pobreza real en entornos muy cercanos.
Un niño corre con su patinete en una calle del barrio de Benicalap. Foto: KIKE TABERNERSe trata de una realidad muy dura, dura es siempre. Y con datos en la mano que aterrizan impresiones y palabras. El otro día hablaba en una conversación informal entre amigos de la España de mis abuelos, de cuando se pasaba hambre. Era una realidad bastante habitual. Entonces España no tenía el nivel de desarrollo que hoy tiene. Hoy día no está tan generalizada como entonces pero tampoco se ha conseguido erradicar.
Se han desarrollado más mecanismos de actuación ante la pobreza y existen más canales de asistencia o ayuda, pero la cuestión es trabajar y actuar para evitar caer en ella. Que se trabaje en la prevención con medidas concretas.
Y existen organizaciones que trabajan en ello. En la prevención y en la intervención cuando la pobreza existe. Organizaciones con predicamento como Save The Children.
Desde hace más de 20 años Save the Children trabaja en programas de atención integral a los niños y niñas y sus familias en la Comunitat Valenciana. La organización realiza actividades de refuerzo escolar y de ocio y tiempo libre, el reparto de material escolar y facilita ayuda psicológica y terapia psicosocial involucrando a las familias.
Organizaciones como Save The Children, trabajan con diferentes proyectos y programas en entornos escolares para evitar precisamente ese estigma del que hablo. Un estigma de la pobreza que marca a estos niños y niñas y que les hace sentir inferiores. Un estigma que les puede condicionar en su desarrollo, especialmente a nivel psicológico. Un estigma que ataca directamente a su autoestima, su confianza, su dignidad y su respeto.
Hablar de pobreza infantil en un país y en una Comunitat como la nuestra que muestra y demuestra, al mismo tiempo, un cierto y avanzado nivel de desarrollo y que pretende entrar en los circuitos más desarrollados y más tecnológicos es una de las contradicciones con las que convivimos.
La semana que viene… ¡más!
