VALÈNCIA. Un roto de 143 millones de euros. Esta es la magnitud del problema económico -judicial no, al menos por el momento- en el que se haya inmersa Stadler Valencia, la fábrica de trenes y locomotoras de Albuixech (antes Vossloh España). La cantidad es el importe que le quedaba por cobrar a la compañía del contrato de 250 millones de euros para el suministro de 70 locomotoras a la intermediaria Swifambo Rail Leasing, que a su vez las traspasaría a Prasa -la Renfe sudafricana-.
Pero el tribunal Supremo de Johannesburgo ha dictado una severa sentencia contra este contrato que hace saltar todo por los aires. El juez tumba el acuerdo mercantil al considerar que Swifambo era simplemente un "participante simbólico que recibía una compensación monetaria a cambio del uso de su calificación de B-BBEE". "Vossloh no podía pujar por su cuenta. En cambio, concluyó un acuerdo con Swifambo en el que sus puntos B-BBEE se intercambiaron por dinero", recoge textualmente el dictamen.
Según la información trascendida durante el proceso de investigación Sudáfrica abonó 1.800 millones de rands a la empresa valenciana -cerca de 107 millones de euros al cambio-. En función de estas cifras el agujero que la sentencia dejaría a Stadler Valencia es de cerca de 143 millones de euros.
Eso sí, todo teniendo en cuenta que no prosperen posibles reclamaciones por los 107 ya pagados. Tales reclamaciones contarían con un firme argumento: las locomotoras enviadas a Sudáfrica resultaron ser demasiado grandes para la vía férrea del país. La compañía, preguntada al respecto por Valencia Plaza, prefirió este jueves no valorar el dictamen ni ofrecer detalles sobre estas cifras.
Se da la circunstancia de que, pese al delicado proceso que atravesaba Stadler en Sudáfrica, la compañía no provisionó en sus últimas cuentas anuales ningún posible contratiempo económico. Tampoco sacó el contrato de Sudáfrica de su cartera de pedidos, que cifraba en 460 millones. Tomando ahora esta cifra cabe subrayar que los 147 millones que se desvanecen suponen el 32% de toda la cartera de la industria valenciana.
En su informe de gestión la empresa apenas una mención al respecto: "La inestabilidad económica y política en los países emergentes ha implicado un incremento en el nivel de riesgos de los contratos que allí se desarrollan (EMTU Santos en Brasil y Swifambo Rail Leasing en Sudáfrica). Por este motivo, la sociedad ha extremado los controles en la gestión de estos proyectos para mitigar cualquier contingencia que pudiera aparecer", afirmaba en su memoria anual.