VALÈNCIA. La necesidad creativa es tan fuerte que a pesar de todo siempre surgen nuevas bandas, nuevas canciones, nuevos conciertos y festivales. Por encima de todo está la necesidad de crear. Alicante es una zona muy afortunada, aparecen nuevos proyectos musicales a menudo, algo que es una maravilla y que nos hace tener esperanzas en el futuro. MalaSpina es uno de esos nuevos proyectos que están muy cerca de editar su primer trabajo, pero que ya nos han conquistado con su música. Hablamos sobre la banda con Pedro Pyta, bajista del combo.
A veces se encuentran dos personas con sensibilidades parecidas y surge la chispa creativa. “Conocí a Javi –comenta Pyta-, en el estudio de grabación que tiene en Cabezo de Torres. Yo tenía que grabar unas cosas y un conocido me lo recomendó. Una vez allí, charlando de esto y de lo otro, me mostró varios temas suyos, unos más avanzados que otros en cuanto a composición y producción, pero en general me parecieron muy buenos, me llamaron mucho la atención”.
En ocasiones esas sinergias se encuentran por casualidad dando como resultado algo mejor. “Me sentí muy identificado con gran parte de las historias que se iban contando en ellos –prosigue Pyta-, estaba claro que teníamos que hacer una banda y darles vida, por lo que comenzamos la aventura, de terminar de arreglarlos”. Tras ese encuentro donde la magia creativa fue tan efervescente, quedaba el nombre del proyecto, algo complicado de encontrar pero a su vez, vital.
“Encontrar el nombre costó meses... buscábamos una figura, un motivo; en definitiva palabras que nos representaran de un modo honesto, sin florituras, pero que plasmara nuestra esencia, el carácter de nuestra música, de nuestras letras...el ambiente canalla donde han sido gestadas y paridas, aventura, suerte, infortunio, incluso rabia.... iban apareciendo nombres, pero no nos llenaban, siempre dejaban espacios vacíos. Hasta que un buen día apareció MalaSpina e inmediatamente supimos que ese era”, recuerda el bajista.
De nuevo la encrucijada de buscar músico, una empresa compleja ya que las piezas tienen que encajar totalmente. “Fue en verano de 2018. En un primer momento Javi llamó a un amiguete suyo que toca la batería, Guille y comenzamos los tres ahí a ensayar unas pocas canciones que, apenas estaban terminadas. Al mismo tiempo comenzamos a terminar de componer, arreglar y producir más canciones. Luego llegó Santi, el teclista”.
Algo habitual es que la estabilidad, por cualquier motivo, sea difícil en los primeros pasos de un grupo. “Tras la llegada de Santi, empezaron entradas y salidas, ya que el nivel de exigencia que requería el proyecto se empezaba a hacer incompatible con la vida personal y laboral... Juanaco (guitarra) que solo actuó con nosotros en nuestro debut con La Unión. Le sustituyó Pitxu (Guitarra)...Meses después Guille se marchó dejando vacante el puesto de batería y entró Víctor, nuestro actual batería...Pitxu se fue y entró Piki. Ahora digamos que el equipo está consolidado y remando en la misma dirección”, señala.
El primer concierto de la banda fue de teloneros de La Unión, una responsabilidad enorme porque dar un primer paso como grupo teniendo que abrir para alguien tan grande, tuvo que ser un reto. “Fue una experiencia interesante, muy exigente y no carente de un cierto vértigo, ya que empezamos a ensayar como banda unas pocas semanas antes. Si bien todos teníamos ya experiencia de muchos años en este mundo, un desafío de esas características y con tan escaso tiempo de preparación acojona”, reconoce Pyta.
Desde el primer aliento de la banda ya tenían claro que tirarían de sus composiciones, sin la necesidad del empujón que dan las versiones en directo. “Referente al repertorio, siempre hemos tocado canciones propias, nunca hemos hecho covers, aunque estamos preparando alguna sorpresa para próximos directos. Alguna canción que nos gusta y nos sentimos identificados, eso sí, trayéndola a nuestro terreno y poniéndole nuestro sello...con todo el cariño y respeto por delante, por supuesto”, comenta.
Después de varios conciertos, dentro y fuera de Alicante, optan por comenzar a preparar su álbum debut pero les pilla la cuarentena. “Ufff... sí, como para casi todo o más bien todo el mundo, esta historia de la covid-19 puso nuestra agenda y planes patas arriba. Imagínate como fue, que teníamos el disco terminado prácticamente en enero de 2020, con la idea de subir a Madrid a ver discográficas en marzo... ya había algunas conversaciones en marcha, incluso citas agendándose para audiciones del disco. Pues una o dos semanas antes de viajar nos confinaron”, comenta. Menudo mazazo cuando todo parece ir por los carriles correctos.
“Lo tomamos lo mejor que pudimos y aprovechamos para replantearnos ciertos elementos... composición, producción, incluso matices de sonido... por falta de tiempo no iba a ser. Total que más de un año después de lo planeado, el disco vio la luz, mucho más trabajado y más cercano al sonido que queremos. Al final decidimos incluir once temas, que para nosotros cuentan a la perfección una historia, o mejor dicho, unos cuantos capítulos de nuestra historia”.
Por lo que sabemos, el álbum parece que nos sumergimos en el interior de la banda. “Desde el primer single Entre el bar y el cuartel, hasta el último del disco es un viaje por nuestro universo más íntimo, sin filtros, sin adornos innecesarios, pero con el dolor de las heridas que hubieron y las cicatrices que dejaron”, señala. Con unas expectativas tan elevadas, estamos deseando saber la fecha de la salida del elepé. “El álbum completo saldrá a la luz antes de diciembre, aunque antes ya habremos “liberado” algunos temas más...es algo que estamos viendo con la discográfica, por lo que no puedo ser más preciso, lo siento”, comenta.
Aunque la vida de MalaSpina es corta, ya han tenido tiempo de girar un poco, a pesar de las restricciones. Sin embargo, entre tantos, siempre hay alguno especial, y más con la situación que hemos padecido. “Cada concierto es diferente, por mi parte fue el de nuestro debut, en el que tuvimos el gran honor de ser teloneros de La Unión. Fue en un escenario espectacular, como es el Auditorio Internacional de Torrevieja, con un aforo de unos 1500 espectadores. Fue todo un desafío, por el añadido además del poco tiempo que llevábamos ensayando juntos...fue casi una temeridad”, apostilla.
De un concierto tan especial siempre surgen anécdotas que se quedan grabadas en el recuerdo. “Como anécdota te contaré que estábamos en el camerino, con nuestros invitados charlando, intentando engañar a los nervios con algún taponazo de ron, cuando de repente llamaron a la puerta, abrimos y empezaron a entrar camareros con un montón de bandejas llenas de cosas ricas ricas. Vamos, se nos afilaron los colmillos cual vampiros en un banco de sangre...pues macho, cuando nos disponíamos a hincar el diente a tan suculento festín, se escuchó “Esperad ¿vosotros no sois la Unión? entonces nos hemos equivocado. ¡Quietos ahí ¡”. Total que sin probar ni una aceituna, volvieron a pasar los camareros y se llevaron todo, sí, sí, todo. Ahí nos quedamos con cara de gilipollas, y los estómagos rugiendo...porque por supuesto nadie parecido a un camarero ni nada parecido a comida volvió a aparecer (risas), es lo que tiene esto”, comenta jocosamente Pyta.
Aunque el grupo suena muy compacto, las influencias pueden llegar de cualquier sitio. “Cada uno de nosotros, si bien estamos unidos por un presente musical con el que nos identificamos plenamente, hemos llegado a él por caminos distintos”, comenta. “Tenemos nuestros referentes, algunos en común, otros no... en líneas generales tenemos influencias de lo más variopinto. A Javi le va mucho el rock canalla español de los 80, como Burning, o el flamenco como Paco de Lucia o El Cigala. Víctor le pega a estilos más duros como thrash metal, Santi es de música más popular, más popera, disco. Piki un rock más tradicional anglosajón, desde los Rolling a Blur. Por mi parte, me gusta todo...sí, así de simple, todo, desde los Beattles a Fever Ray, pasando por Queen y The Cure, sin olvidar a nuestras leyendas Radio Futura o Héroes del Silencio” comenta, para rematar, “desde hace un tiempo que en el coche suelo escuchar música clásica, me relaja e inspira”.
El adelanto, Entre el bar y el cuartel es un tema muy bueno, muy comercial, de concierto, muy de concierto. “Muchas gracias. El videoclip ya está disponible en Youtube. En un principio iba a ser un Lyric, pero nos pareció interesante hacer como un “híbrido” entre Lyric y Videoclip, nos lo pasamos estupendamente bien grabándolo, y ahí está el resultado. Francamente estamos muy contentos con la acogida y comentarios que está teniendo, tanto por la prensa y la industria como por nuestros seguidores”.
El sonido es muy canalla y divertido, algo que lo convierte en especial. “El álbum se grabó casi en su totalidad en nuestro estudio de Cabezo de Torres, el de Javi, donde todo comenzó. La mezcla y masterización la ha hecho nuestro amigo y gran profesional Javier Desiderio (Sr. Guindilla Records)”. Sin duda, MalaSpina han nacido para patearse todos los escenarios que puedan y para hacer bailar a la gente. “Nosotros vamos a por todas, siempre hemos ido así y por eso mismo, no han sido pocos los batacazos que nos hemos llevado y nos seguiremos llevando, muchos de ellos, de un modo u otro, están “cantados” en el disco”, dice. “Ya veremos cómo van sucediendo los acontecimientos, pero el plan es tirarnos a la carretera lo antes posible, somos un grupo de directo, de contacto con la gente, de pisar escenario y liarla...en nada estaremos por cualquier rincón de España... o de fuera”.