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La práctica no hace la perfección: un estudio lo demuestra

Este estudio ayuda a explicar por qué las firmas no tienen el mismo aspecto cada vez que escribimos o por qué nos equivocamos al escribir en el teclado

11/03/2016 - 

VALENCIA. La respuesta de una neurona determinada varía en su actividad incluso cuando las personas ven exactamente la misma escena, generando esencialmente un cierto tipo de ruido del cerebro que afecta a cómo responden nuestros movimientos, según concluye una investigación de neurocientíficos de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos.

Cuando los jugadores de baloncesto profesional disparan tiros libres, tienen que soltar la pelota de la misma manera cada vez, pero incluso así fallan tiros, unos errores que se pueden atribuir a la forma en la que se percibe el mundo.

"Comprender el ruido en el sistema nervioso y cómo se puede trabajar para causar inexactitudes en el movimiento es un paso crítico para entender cómo nos movemos", apunta el investigador principal del estudio, Stephen Lisberger, presidente de Neurobiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke.

Estos hallazgos, detallados en la revista 'Neuron', podrían ayudar a explicar por qué nuestras firmas no tienen el mismo aspecto cada vez que las escribimos, por qué nuestros movimientos al jugar al tenis no siempre envían la pelota donde queremos o por qué damos mal a un tecla del ordenador al escribir, pone como ejemplos este investigador.

No es nuevo que nuestro cerebro y las neuronas dentro son ruidosas. El momento exacto de una neurona en el que produce picos de actividad eléctrica transmite información crucial, pero una sola neurona se activa de forma irregular y de manera inconsistente, incluso cuando una persona está realizando el mismo movimiento repetidamente.

En el nuevo estudio, el equipo de Lisberger analizó la actividad eléctrica de las neuronas individuales activadas en el cerebro de monos que estaban siguiendo un punto que se movía a través de una pantalla de ordenador. Una región llamada "MT" dentro de la región visual del cerebro es responsable de guiar estos movimientos oculares particulares y percibir el movimiento en general.

Cada neurona responde al punto en movimiento con un retardo particular. Inesperadamente, el retraso de una neurona en respuesta a un movimiento concreto se relaciona con el retraso de otra neurona en el MT, según detectó el equipo de científicos. Cuando una neurona se activa un poco antes, también lo hace su vecina.

Un grupo de neuronas es un poco como una multitud ruidosa en un estadio de baloncesto. Cuando no están coordinados, las alegrías individuales son difíciles de escuchar, pero cuando todo el mundo está cantando en sincronía, se pueden identificar las palabras del resto de ruidos, explica Lisberger.

El último fenómeno, lo que el equipo de investigación llamó "ruido correlacionado", se convierte en una señal significativa. Sorprendentemente, el retraso en una sola neurona "MT" predice el tamaño de la demora con la que los monos respondieron a los movimientos de los ojos.

"Tenemos que encontrar por qué toda la población de neuronas se correlaciona y están fluctuando juntas. Ése es el conductor interno clave", afirma Lisberger, añadiendo que esto está probablemente sucediendo en todo el cerebro. Su trabajo futuro se centrará en las variaciones de las neuronas individuales en las áreas motoras del cerebro.

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