VALÈNCIA. 'A subidas verticales bajadas del mismo calibre'. Es uno de los muchos dichos que se escuchaban antaño en las diversas salas de bolsa que había en la 'City' valenciana. Pero en el caso de Oryzon Genomics, que en los dos últimos días del mes pasado se disparó un 70% moviendo el 26% del capital como contó este diario, no se ha cumplido el dicho. Cierto es que el primer día de diciembre se dejó un 3,27%, pero al día siguiente subió un 4,33% y ayer corrigió un 2,50%. Total que acabó en los 3 euros justos, apenas cinco céntimos por debajo de los 3,05 euros del cierre de noviembre.
Sin embargo, la cotizada cofundada por Carlos Buesa y Tamara Maes ha venido reduciendo espectacularmente su volumen de negocio desde los casi 5,5 millones de títulos que se intercambiaron de manos el pasado día 30. De hecho ayer se movieron 304.784 títulos, que aún así casi triplicaron los 117.874 de su media diaria anual; mientras las pérdidas anuales en el parqué alcanzan el 31% y la capitalización bursátil los 102,5 millones de euros.
Todo ello mientras se acerca la fecha del 9 de diciembre señalaba en rojo por la compañía biofarmacéutica de fase clínica centrada en la epigenética para el desarrollo de terapias en enfermedades con importantes necesidades médicas no resueltas. Oryzon Genomics presentará datos preclínicos preliminares de eficacia de su fármaco en investigación ORY-3001, un inhibidor selectivo de LSD1, en el 59º Congreso y Exposición Anual de la Sociedad Americana de Hematología (American Society of Hematology, ASH) que tendrá lugar del 9 al 12 de diciembre en Atlanta (Georgia), según ha informado la compañía.
El doctor Donald Lavelle de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois, que ha liderado la colaboración, hará una presentación oral en la sesión de presentación del domingo 10 de diciembre titulada 'La administración oral del inhibidor de LSD1 OG-S1335 aumenta la hemoglobina fetal en ratones transgénicos humanizados de la enfermedad anemia falciforme y en primates babuinos'. La anemia falciforme es una enfermedad genética en la que el gen de la hemoglobina adulta es defectuoso y se producen glóbulos rojos con forma anormal. Las células tienen forma de una hoz y funcionan peor, lo que provoca anemia, y atascan los vasos sanguíneos produciendo microinfartos. Eso provoca falta de oxígeno en los tejidos que produce crisis inflamatorias, dolor agudo y lesiones orgánicas.
El profesor Lavelle presentará en su charla datos que confirman que la inhibición de LSD1 produce la desinhibición de los genes de la hemoglobina fetal que no están mutados y pueden remplazar la función de los genes adultos defectuosos, mejorando el cuadro general. La administración de ORY-3001 aumenta hasta 10 veces la hemoglobina fetal en ratones transgénicos humanizados de la enfermedad anemia falciforme e incrementa los niveles de reticulocitos fetales (-F) hasta un 300% lo que sirve para compensar la anemia. El incremento de Reticulocitos-F en primates babuinos es aún mayor de hasta 8 veces sobre los niveles iniciales. Estos y otros datos que se presentarán confirman que la inhibición de LSD1 con las moléculas de Oryzon es una alternativa prometedora para el tratamiento de la anemia falciforme. Oryzon tiene varios inhibidores selectivos en clínica o listos para entrar en clínica.
El consejo delegado de Oryzon, Carlos Buesa, asistirá a la conferencia y ha declarado que están "muy satisfechos por el resultado de esta colaboración con el Dr. Lavelle y la Universidad de Illinois. Los resultados de ORY-3001 son muy positivos y prometedores. Nuestros inhibidores de LSD1 son lo suficientemente selectivos y perfeccionados farmacológicamente para considerarlos como una opción terapéutica para esta patología además de sus usos en oncología. La FDA está animando a la industria a proporcionar nuevas alternativas para tratar a estos enfermos que están desatendidos”.
La anemia falciforme afectaba en 2014 aproximadamente a 150.000 personas en Estados Unidos y no existe cura sino tratamientos paliativos. La supervivencia mediana estimada en EE UU en 1994 era de 42 años para los hombres y 48 años para las mujeres. El coste promedio para un paciente pediátrico es de unos 15.000 dólares año. Desde 1989 hasta 1993, se registraron un promedio de 75.000 hospitalizaciones por esta enfermedad, con un costo aproximado de 475 millones de dólares.