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València a tota virolla

Periodistas valencianos en Madrid: así es la mirada a dos bandas al otro lado de AVE

Borja Ventura, Maite Sebastiá, Rodrigo Terrasa y María Jesús Espinosa de los Monteros con la doble óptica de contar y mirar la realidad valenciana en Madrid, tan cerca, tan lejos

13/01/2018 - 

VALÈNCIA. De las manos (y de la cabeza, venga) de estos valencianos salen algunas de las historias que marcan el día a día periodístico en España. En un momento de sus vidas se fueron a Madrid para quedarse. Al menos un rato. Algunas son profesionales que trabajan en Madrid y viven en València. Otros son más valencianos desde que trabajan al otro lado del AVE. 

Nos interesa su mirada a dos direcciones, su diagnóstico de la presencia que València tiene (¿la tiene?) en Madrid y su propia capacidad para abordar la ciudad estando un poco más al centro. 

Rodrigo Terrasa pasó de El Mundo en la Plaza de América de la ciutat al de la madrileña Avenida de San Luis. Es una de las firmas habituales de la subcabecera Papel. María Jesús Espinosa de los Monteros es jefa de proyectos de Podium Podcast en Prisa Radio. Maite Sebastiá, colaboradora de S Moda, due redactora jefe en Telva y luego subdirectora de Vogue. Hace un año se fue a Sotheby’s en Londres para comenzar la singladura de una galería de arte online especializada en el trabajo personal de fotógrafos y artistas vinculados al mundo de la moda. Vive a caballo entre Madrid y València. Borja Ventura, además de profesor en la UC3M y la USP, es periodista para Atresmedia, Yorokobu o El Economista. En su ubicación de Twitter se lee: “valenciano exiliado en Madrid”. Ajá.

-¿Qué pone en vuestra firma de mail?

 Rodrigo Terrasa: “Esto:
Rodrigo Terrasa
EL MUNDO | PAPEL
Avenida San Luis, 25
28033, Madrid”.

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Jefa de Proyecto de Podium Podcast. Prisa Radio.”

Maite Sebastiá: “Por suerte solo mi nombre y apellido. A veces incluyo mi teléfono y mi cuenta de Instagram.”

Borja Ventura: “Tengo cuatro e-mails laborales. La personal (que uso como laboral) pone ‘Periodista’, igual que otra de una pequeña agencia de comunicación que creamos hace un tiempo. Las otras dos son de las universidades donde doy clase, la UC3M y la USP, y en ambas pone ‘Profesor’”. 



-¿Cuándo ocurrió?

Rodrigo Terrasa: “En el verano de 2015.”

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Profesionalmente trabajo entre semana en Madrid desde marzo de 2016, cuando entré como Jefa de Proyecto de Podium Podcast.”

Maite Sebastiá: “Siempre he pasado temporadas en Madrid trabajando pero me trasladé definitivamente en 2010. Desde hace seis meses vivo a caballo entre Valencia y Madrid”.

Borja Ventura: “En agosto de 2005, nada más terminar la carrera. Sin trabajo cerrado, sencillamente me fui a buscarlo y acepté la segunda oferta que tuve, a los quince días de llegar. Cobraba 400 euros por media jornada”.

-¿Cuándo quisísteis ser periodistas? 

Rodrigo Terrasa: “Cuando asumí que ya no me iban a draftear en la NBA. Supongo que quise ser periodista porque me gustaba escribir pero no tenía suficiente imaginación como para hacer ficción. Se me da mejor copiar lo que veo que inventármelo”.

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Nunca quise ser periodista con la conciencia periodística que ahora tengo. A mí lo que más me gustaba era el cine y escribir. Contar historias. Después empecé a trabajar en la radio y me enamoré del medio como de ningún otro. Con el tiempo, ha sido la innovación radiofónica y el podcasting mis principales (pre)ocupaciones.”

Maite Sebastiá: “Me gustaba escribir y tenía una debilidad por detectar y convivir con la belleza, con el talento y sobre todo con la excelencia. Llevo 13 años en esa búsqueda y por el camino me he encontrado con mucho de todo lo anterior”.

Borja Ventura: “Siempre se me dio bien escribir. También me atraía la idea de enseñar, y en el colegio decía que hablaba como un político. Así que supongo que estaba predestinado a ser periodista político y a dar clase en la universidad. Recuerdo que cuando empezaba a salir, todavía haciendo BUP, iba al Carmen y, al cerrar los sitios a los que iba -Casavella, La Flama, El Forn o La Marcha-, iba al Parterre a comprarle la prensa del día siguiente a Ventura (El País y Las Provincias, por tener la visión de ambos lados y ambas geografías). Él siempre me contaba aventurillas sobre la Valencia de antes. Me iba a casa andando, en Patraix, y aún me leía uno de los periódicos hasta dormirme. Supongo que ahí lo tuve claro”.

Borja Ventura

-¿Ha cambiado vuestra mirada respecto a València desde que estáis fuera?

Rodrigo Terrasa: “Valencia me parece mucho más cómoda y habitable desde que vivo en Madrid, desde luego mucho más pequeña de lo que creía cuando estaba allí. Y, no sé si es sugestión, pero me marché a Madrid justo cuando Rita Barberá perdía el Ayuntamiento y cada vez que vuelvo a casa tengo la sensación de que Valencia se ha quitado de encima varios quilos de alcanfor. Me parece una ciudad más moderna, más divertida, más aprovechable para la gente, con mejor gusto, con más agenda cultural… Ver conciertos en la Plaza del Ayuntamiento, donde antes sólo aparcaban coches oficiales para ver a la alcaldesa, me parece un maravilloso síntoma del cambio. Valencia me recuerda a la Barcelona de hace años pero con las ventajas de su tamaño. Espero que no muera de modernor. Las quejas que más oigo de los valencianos se refieren al transporte, pero, como cada vez que vuelvo voy a pie a todas partes, no sé valorarlo. Eso sí, bendito problema el carril bici y las calles peatonales si son el mayor problema que tienen ahora los valencianos, tras tantos años de saqueo.” 

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Yo no creo tener una mirada desde fuera de Valencia. Yo vivo en Valencia -en Russafa concretamente- pero trabajo en Madrid de lunes a viernes a mediodía. Mi casa, mi familia y mis amigos siguen estando en Valencia. Para mi vida, por ejemplo, el AVE es fundamental. Antes de Madrid estuve 6 años viviendo en Barcelona también por motivos profesionales y desde entonces tengo una mirada de enorme admiración y respeto por todo lo que estamos haciendo en Valencia. Hemos de ser conscientes de nuestro potencial y de nuestro futuro.”

Maite Sebastiá: “Me estoy reconciliando con mi ciudad. Al contrario de lo que suele pasar, al vivir en otras ciudades como Madrid y Londres (donde pasé unos meses el año pasado), me di cuenta de todo lo que no tenía Valencia. La época en la que trabajaba en Telva, coincidió con el momento en que la corrupción en la Comunitat ocupaba las portadas de todos los periódicos y sentí mucha vergüenza. Por suerte, y gracias a iniciativas privadas como Bombas Gens, Valencia ha vuelto a convertirse en la ciudad donde me apetece vivir.”

Borja Ventura: “Ha cambiado mi mirada respecto a Madrid, porque tenía una idea muy equivocada del carácter madrileño (les veía presuntuosos, cuando son la ciudad más acogedora que conozco, básicamente porque nadie es de aquí). De hecho, ha cambiado mi mirada sobre el carácter valenciano, donde en demasiadas ocasiones hay menos ‘germanor’ de la que se presume. Valencia, en general, ha cambiado de forma radical, aunque aquella ciudad bárbara sigue muy viva. Cuando me fui era la época de la Copa América, de la guerra entre Camps y Zaplana, de los empresarios enriquecidos con negocios turbios en cualquier rincón. En general da la impresión de que la ciudad ha sabido reconstruirse de forma admirable, en gran parte por el talentazo de mucha gente joven que ha querido arremangarse y ponerse a ello.”

María Jesús Espinosa de los Monteros

-¿Cómo creéis que nos miran, qué tópico seguís intentando desmontar?

Rodrigo Terrasa: “Nos miran poco y eso contrasta bastante con el concepto de nosotros mismos que solemos tener los valencianos, que igual nos creímos de verdad que estábamos en el mapa. Cuando yo llegué a Madrid aún arrastrábamos el estigma de la corrupción, así que uno se veía a menudo defendiendo la honradez de los valencianos, que parecía yo Camps. Creo que eso se ha ido diluyendo en la metástasis general del país. Ahora pasan bastante de nosotros y no me parece mal. Creo que a Valencia le viene bien dejar de ser portada por asuntos que muchas veces estaban entre el escándalo y la chirigota. En cuanto a los tópicos, se nos sigue viendo como muy falleros, en el sentido más general de la palabra, y un poco tetes y nanos, en el peor sentido de la palabra. Básicamente en Madrid me he dedicado a desmentir que sea amigo de Chimo Bayo (ojalá), a dictaminar si es paella o no lo que nos dan en el comedor del periódico y, sorprendentemente en mi caso, a defender a muerte que las Fallas son un arte y los petardos molan. Yo que nunca he sido mucho de eso”.

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Sin duda, el tópico de la corrupción. Me entristece mucho. Años antes también combatí el tópico de la ruta del bacalao pero he puesto remedio en cuanto he podido, ofreciendo en Podium Podcast la serie documental de Eugenio Viñas que cuenta precisamente todo ese tiempo con profundidad y rigor.

Maite Sebastiá: “En las redacciones en las que he trabajado siempre me han dicho que no parezco una valenciana convencional. No sé si es bueno o es malo. En cualquier caso, no suelo desmontar tópicos porque normalmente suelo estar de acuerdo con ellos. Lo que siempre reivindico es el talento que hay en Valencia. A mí me molesta mucho cuando algunos madrileños utilizan la expresión de “en provincias”, siempre lleva un toque despectivo. Por suerte no me he cruzado con muchos ejemplares así, porque si algo hemos demostrado los valencianos en Madrid y sobre todo en el sector de la moda y estilo de vida es nuestra iniciativa y nuestro criterio.”

Borja Ventura: “Los tópicos casi nunca son buenos. Se sigue viendo Valencia como el lugar de fiesta y exceso, como las drogas y la corrupción. Pero también como una ciudad bonita, moderna y atractiva. La oferta cultural al fin despierta del letargo de décadas, y es algo que siempre intento destacar. El patrimonio cultural, artístico y natural de ‘la terreta’ es mucho mejor que el clima y la comida, aunque la gente muchas veces no lo aprecia hasta que no pisa las calles.”

-¿Entonces es Madrid un buen lugar desde el que contar València? 

Rodrigo Terrasa: “Madrid es un buen lugar para contarlo casi todo porque casi todo pasa por aquí y, si no pasa, está cerca en AVE. A mí trabajar dos años en Madrid me ha permitido viajar a más sitios de España de los que había visitado en toda mi vida y eso te ayuda a entender mejor el país y a entender mejor de dónde vienes. También te das cuenta, a la vez, de que en la capital hay mucho desconocimiento de las realidades ajenas. Cuesta mucho entender la identidad cultural de otras autonomías. El caso de Cataluña es el más evidente, pero ocurre también con Valencia. Viene bien que a Madrid venga a trabajar mucha gente de fuera para que entiendan mejor lo que pasa más allá de la M-30.”

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Cualquier sitio es bueno para contar Valencia. Incluso, Valencia misma. Es necesario ir creando el relato de nuestra ciudad. Una relato épico, mítico, contradictorio, autocrítico y hermoso, despojado de tópicos. Creo que los periodistas hacemos eso. Debemos hacerlo.”

Maite Sebastiá: “Sin duda es el mejor. Yo he apostado tanto por el talento valenciano en Madrid que hasta de broma me llamaban la Fallera Mayor. No me cansaré de defender y de seguir conectando al talento valenciano allá donde vaya.”

Borja Ventura: “Es un lugar complicado porque Valencia se ve como ciudad turística, y casi se conoce más Gandía o Benidorm que Valencia. Lo que no saben es que es una ciudad mucho más de vivir que de visitar, y ese encanto es demasiado complicado de explicar, hay que experimentarlo. Posiblemente nosotros mismos hemos fallado mucho a la hora de contar nuestra propia riqueza.”

Rodrigo Terrasa

 -¿Cuál es la historia que más os ha impactado contar? 

Rodrigo Terrasa: “Las referidas al accidente de metro de Valencia, porque es un asunto en el que los medios de comunicación valencianos (y la sociedad por extensión) fuimos especialmente indignos. Cuando por fin nos quitamos ese lastre y empezamos a contar la verdad, sí tuve la sensación de que estábamos haciendo algo realmente útil, de que estábamos siendo responsables. Recuerdo con mucho cariño una entrevista a Violeta Rius, la niña que fue portada de todos los periódicos tras el accidente en 2003, sobrina de Beatriz Garrote, que se presentó como candidata en las últimas elecciones municipales en Torrent. Su testimonio me impactó y creo que tenía mucho de simbólico, de cambio de ciclo definitivo en la Comunidad Valenciana.

También la historia de Josefa Celda, la última persona en toda España que consiguió una de las subvenciones económicas que otorgaba la Ley de Memoria Histórica para financiar las exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil. Su historia es una de las más alucinantes que he escrito nunca. Desde que estoy en Madrid, lo más impactante sin duda fue la muerte de Barberá, por inesperada.”

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Intento hablar de Valencia siempre que puedo. El caso de 'València Destroy: la historia no contada de la ruta del Bacalao' en Podium es un ejemplo, pero también hice una guía de Valencia para Lonely Planet, he hablado de Rafael Chirbes y su legado en El País; de Pinazo; de Blasco Ibáñez; en Jot Down escribí un reportaje sobre nuestro maravilloso Espai Verd... en fin, hablo de Valencia siempre que puedo.”

Maite Sebastiá: “Quizá cuando viajé a Venecia con Paloma Picasso y cenamos juntas en la cubierta del museo Peggy Guggenheim mientras atardecía sobre los tejados venecianos. O quizá cuando conviví tres días con nómadas en Mongolia para un reportaje sobre la ruta del cashmere, o cuando visité Beirut y cené en casa de Elie Saab o mi viaje a Israel de la mano de judíos ortodoxos que comerciaban con diamantes... he recorrido el mundo en los últimos siete años y no sabría con qué quedarme…”.

Borja Ventura: “Dos siempre me acompañan, que son la explicación a por qué Valencia consintió su expolio durante años, y sobre cómo fue posible lo del Ente autonómico. Ambas cosas sorprendían mucho, pero supongo que al final Valencia fue más valiente que otras regiones que, viviendo casi lo mismo, no se atrevieron a atajar los problemas tan de raíz. Últimamente la historia por la que más preguntan es una que incluso me da más pena, y tiene que ver con el auge ultra. Es algo que a mí, y creo que a cualquiera que haya sido joven en Valencia, no le puede sorprender. Pero duele contarlo, al menos a mí”.

-¿Qué historia os gustaría contar?

Rodrigo Terrasa: “Creo que quedan asuntos pendientes sobre la corrupción del PP valenciano que todavía no se han contado y que algún día saldrán. Y me encantaría poder entrevistar algún día a un asesino en serie”.

María Jesús Espinosa de los Monteros: “Desde hace un tiempo escribo en Desfici Magazine las historias de gente increíble y creativa en Valencia. Desfici es una revista que dirige Paula G. Furió y que cuenta con Sara Birds o Vir Palmera entre sus colaboradoras y que pretende ser un punto de partida para encontrarnos y charlar de nuestra tierra, nuestra cultura y nuestros planes de futuro. Hablamos, sobre todo, de la Valencia que nos anima a crear”.

Maite Sebastiá: “La historia que me gustaría contar y que no he contado es todo lo que supe sobre Cristina Kirchner cuando visite la Quinta de olivos para entrevistar a la primera Dama, Juliana Awada. Fue la primera entrevista que concedió tras el nombramiento de su marido como presidente. Se acababan de trasladar a la Quinta de Olivos y tardaron más de dos meses en “sanear” la residencia por el estado en el que sus predecesores lo habían dejado...”.

Borja Ventura: “La de que Valencia deja de ser una ciudad para vivir y se convierte también en una ciudad para trabajar. Eso será lo que de verdad la acabe poniendo en el mapa junto a Madrid y Barcelona, y hará que muchos nos podamos plantear volver. Ninguna de las otras dos tiene la calidad de vida de la nuestra, pero en capacidad laboral estamos a años luz del resto. No sólo faltan empresas e infraestructura, sino que también falta actitud.

A nivel personal, es curioso que haya podido encontrar fuera oportunidades mucho mejores que en Valencia, tanto en lo periodístico como en lo docente. A veces parece que es más fácil llegar a un ministro, o un director de medios nacional, que a un conseller o un redactor jefe regional. Falta naturalidad y cercanía, diría. Normalidad, quizá. Aunque parezca lo contrario, casi diría que en Madrid las relaciones son menos impostadas, más fluidas y naturales, aunque seas el último moco de un medio pequeño. En Valencia la experiencia de trabajar fuera a esos niveles parece que se ve más como una amenaza que como un valor, resta más que suma. A veces, debo decir, es un poco descorazonador. Supongo que será cuestión de tiempo. A fin de cuentas, igual que por venir de fuera uno no es mejor, no por no haber estado siempre dentro se es peor”. 


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