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entre festivales y clubs

Radiografía a la escena jazz en València

25/07/2023 - 

VALÈNCIA. La música jazz en València atraviesa un gran momento, con festivales como el Festival de Jazz de València, que finaliza este 30 de julio y que ha contado con gente este año como el saxofonista Kenny Garrett, o el Festival Panorama Jazz de Torrent en los Jardines de l'Hort de Trénor, donde actuará Matthieu Saglio Quartet el 25. En estos meses, además, ha abierto sus puertas Marino, un antiguo mirador de barcos del Cabanyal reconvertido en un club de jazz. También contamos con el colectivo de músicos Sedajazz, que llevan en activo desde 1991, el mismo año que nacía el templo del jazz en directo en la ciudad, el Jimmy Glass. El Jimmy es un local esencial para entender el jazz en directo en València y su evolución a lo largo de los años. Hablamos con Chevi, su dueño y factótum del Jimmy y con José Sendra de Black Note, otro local histórico en la ciudad.

Quedo con Chevi una calurosa tarde para charlar, me adentro en el Jimmy, que en ese momento está vacío. El local impresiona, tiene ese aura de espacio casi mágico donde la música es el elemento principal. Un pequeño escenario preside el centro del espacio, que tiene forma de tubo y está divido en tres estancias. En este mes el Jimmy, que dota a la ciudad de una programación de jazz durante todo el año, tiene su ciclo de verano, en él podremos ver a Eri Yamamoto Trio el 25 de julio. Por este lugar han pasado músicos de la talla de Benny Golson, Wallace Roney o el mencionado Kenny Garrett.

¿Qué había antes del Jimmy en la ciudad? “Perdido, que era uno de los grandes clubes de jazz que ha habido en Valencia, por supuesto, que estuvo durante los años 80 y justo al principio de los 90 ya tuvo que cerrar”, señala Chevi al otro lado de la barra, mientras yo me fundo con los carteles que decoran el club. “Y entonces, pues, de todas formas, el panorama estaba bien porque ya había músicos, que había una cantera de músicos aquí en Valencia, no muchos, pero había venido gente importante”

“Antes que Perdido estuvo Los Tres Tristes Tigres, aquí en el barrio del Carmen, y había algunos otros bares en los que también se hacía jazz, pequeñas jams y tal, como un sitio que se llama Caballo ahí en la calle Roteros. Y, bueno, eso hasta el año 91, que fue cuando yo abrí el Jimmy Glass”, recuerda.

En aquellos primeros años surgieron muchos músicos de calidad en la ciudad. Chevi siempre ha estado atento a los que se cocía, no solo a nivel mundial, sino también a nivel local. “Los pioneros del jazz en València, por ejemplo, estaba Perico Sambeat, Donato Marot, Luís Llario, un contrabajista, Salva Faus, Ramón Cardo, Tino Gil, Paco Aranda, Richie Ferrer, Lucho Aguilar, Joan Soler, Carlos Gonzálbez, y por supuesto, Ricardo Belda, el pianista. Ellos tocaban normalmente en Perdido y en algunos otros sitios y tal. Y, bueno, sí, había una escena ya, claro. Había una escena”, comenta.

Ya centrándonos en el Jimmy Glass, el local más emblemático de la ciudad, sorprende y emociona saber que no solo llevan más de treinta años con vida, sino que tiene una salud de hierro, así lo atestiguan su fantástica programación. “Sí, bueno, yo monté en el 91, pero inmediatamente no lo dediqué al jazz. Iba mezclando los primeros años”, comenta. “De hecho, recuerdo al principio cuando ponía discos de jazz, que lo mezclaba pues a lo mejor con rock progresivo y algo de blues y cosas de estas, cuando ponía música jazz a veces se entraba la gente y decía... Uf, jazz, vámonos”.

Los inicios fueron algo complicados, pero estaba claro que Chevi quería dotar a la ciudad de un espacio netamente jazzístico, sin adulterar o sin la necesidad de programar otros géneros. La pasión que destila Chevi por el jazz es tan vívida que ha logrado contagiar a un enorme número de personas, que se han convertido en seguidores de jazz, que compran discos, coleccionan y disfrutan de las prescripciones musicales de Chevi. “Bueno, ya me harté y a los dos, tres años, no me acuerdo exactamente cuándo fue el momento que ya directamente ya empecé a pinchar jazz, definitivamente, y a partir de ahí ya fue cuando empecé a hacer conciertos”.

Aquellos primeros conciertos se quedaron grabados en la mente. “Los primeros conciertos fueron Richie Ferrer, Carlos Gonzálbez, Salva Faus. A la gente le gustaba, empezó a venir, se fue de boca en boca. Hacía unos cuantos años que no había realmente un sitio en el que hubiera jazz. Y entonces empezó a venir la gente poco a poco y yo me animé, por supuesto. Y entonces ya fue cuando decidí ir a por todas. Y enfocarme absolutamente al jazz y ya hacer una programación estable y empezar a contactar con músicos de fuera”

La ciudad ha ido evolucionando con el jazz, de tener menos público a estar en una situación muy buena. Gente muy entendida del género y apasionada por él han creado una asociación, Gente del Jimmy Glass Jazz para implicarse más en ser parte de esa enorme familia que es el local. Me detengo un segundo en la entrada, hay un recorte de periódico que llama mi atención, el Jimmy aparece entre los 209 mejores locales del mundo en la prestigiosa revista Downbeat en 2018. Al lado, otro recordé del New York Times habla del club.

Foto: EVA MÁÑEZ.

Regresando a los inicios del interés por el jazz, que comenzó a calar en el público en la década de los 90, y València no iba a ser menos. “Pues ha ido in crescendo, esa es la verdad. Porque en los años 90, también la gente, no sé por qué, empezó a gustar el jazz”, apunta. “También se editaron una serie de discos antológicos y la gente empezó cada vez a oír más jazz, y entonces venían, yo los ponía. Yo ya para entonces tenía una buena colección de discos, y continuamente la gente se sorprendía con lo que oía, porque a lo mejor todo el mundo no estaba habituado a oír tanto jazz, pensaban que el jazz era solamente los clásicos de jazz de toda la vida sino que había cosas nuevas. Y entonces la gente empezó a animarse”

Para que la ciudad sea un vivero de músicos, y se haya posicionado como un lugar perfecto por donde pasan los mejores músicos del mundo han surgido espacios donde aprender. Una confluencia de factores que Chevi nos comenta. “Han coincidido varias cosas. Seda Jazz, que son, digamos, casi por así decirlo, los pioneros. Claro, porque empezaron en el año 91, el mismo año que se abrió el Jimmy Glass. Y que eso, por supuesto, ha proporcionado un gran número de músicos, y, además, todos buenísimos, porque lo que se ha aprendido en ese sitio ha sido muy importante”.

“Luego surgió lo del aula de jazz del conservatorio, que también ha proporcionado bastantes músicos, y bastante buenos también, porque, al margen de donde tú estudies, también tu arte como músico también es importante y, encima, bueno, ahora ya tenemos aquí a la Berklee y también vienen a tocar aquí. Con lo cual, digamos que hay un montón de gente como para cubrir muchos espacios, yo así lo creo, como para el público, aquí yo tengo la lista para tocar aquí, es inmensa, y continuamente me están proponiendo cosas”

Como ya hemos mencionado, en València hay bastantes oportunidades de ver a músicos en directo. “Está el Festival del Palau de Siempre, aquí vienen buenos músicos, ya los estuvimos llevando, Latino (Francisco Blanco “Latino” es miembro de Sedajazz) y yo, durante dos años, y fue bien, y bueno, nosotros aportamos ahí a ese festival lo que sea necesario, está bien, el Festival de València, pero bueno, está claro que si hay un festival que funciona es el de Jimmy Glass, el de otoño, eso está claro. O sea, ese festival, hay gente que viene de fuera. El Festival Internacional de Jazz Contemporáneo. No ha visto a músicos como los que hemos tenido aquí, en este festival del club”.

Otro de los espacios donde se puede escuchar jazz en la ciudad, además de otros estilos como el blues, es Black Note. Charlo con su dueño, José Sendra sobre los inicios de tan icónico lugar. “Empezó la actividad en agosto de 1993, hace junto 30 años”, recuerda. “La idea principal era hacer conciertos de raíces, hacer música negra, de raíz americana, el blues, jazz, soul y funcionaba muy bien y así se fue haciendo un hueco en València como sala de conciertos, no como pub”.

Black Note tuvo que hacer un reajuste hace unos años e introducir otros géneros músicales a su programación. “Con el paso de los años el entorno fue variando y empezó a ir bastante mal, y hace unos doce años iba a cerrar e hicimos un cambio en  la dirección y gestión y adaptándonos al entorno actual, tuvimos que abrir el abanico a diferentes estilos de música, por entender que el principal objetivo era sobrevivir y que la actividad no se interrumpiera”

Sendra hace especial hincapié en mantener siempre su sello como local de música en directo. Porque la música en directo es lo más importante. “Sin dejar nuestras raíces, de vez en cuando hacemos algún concierto así más sonado de gente de fuera, que vienen del mundo del jazz y del blues. Para mantener la llama, dentro de la programación semanal, que abrimos de miércoles a sábado con dos conciertos diarios. Y lo que hacemos los jueves a las 20 horas una jam session de jazz y ahora en septiembre un jueves al mes vamos a hacer una jam session de blues”

Black Note, aunque haya añadido otros géneros a su propuesta, siempre tiene un hueco para el jazz. “Un número uno a nivel nacional que traemos una vez al año, Patax, y también Jesús Molina que es un teclista a nivel internacional, que también una vez al año”

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