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'coses que sonen'

Sandra Gómez y Vicent Gisbert exploran la relación entre cuerpo, movimiento y sonido en La Mutant

13/11/2023 - 

VALÈNCIA. Sandra Gómez lleva años desarrollando una línea de investigación sobre cuerpo, movimiento y sonido a partir de la práctica escénica. La última entrega de este proyecto es Coses que sonen, un dúo y una partitura coreográfica que pone el foco en la sonoridad de la interrelación entre cuerpos y objetos. Esta propuesta híbrida, que aúna lenguajes de diferentes campos, como el arte de acción, la danza y el arte sonoro, está programada en La Mutant los días 17, 18 y 19 de noviembre.

En esta nueva pieza, la creadora valenciana está acompañada por el coreógrafo y bailarín Vicent Gisbert. Juntos tratan de dar respuesta sobre el escenario a un cúmulo de interrogantes: ¿Cuáles son nuestras capacidades de escucha? ¿Qué ocurriría si la escucha desplazara a la visión como sentido hegemónico? ¿Qué revela el silencio? ¿Qué relación existe entre la escucha, el sonido y el silencio? ¿Qué espacios, qué sonidos, qué silencios y qué formas de escucha somos capaces de poner en juego?

Coses que sonen surge del proyecto Materias sonoras, desarrollado por Sandra Gómez gracias a una residencia de investigación en Espai LaGranja  en 2021. El dúo que ahora estrena en el centro de artes vivas es una prolongación de una de las cuestiones planteadas en aquella estancia: la resonancia que se da entre el cuerpo y los objetos. Una beca de investigación otorgada por Comité Escèniques en 2022 le permitió seguir profundizando en el tema.

La creadora se ha planteado como objetivo buscar y poner en práctica nuevas maneras de desplazar al sujeto de un lugar central en la escena para poner el foco en los objetos. En último término es una forma de resistencia frente al centralismo del yo en la era digital, principalmente, en las redes sociales.
Su otra aspiración es seguir profundizado en materiales escénicos donde el sentido auditivo esté en igualdad de condiciones o incluso pueda prevalecer sobre el visual imperante.

Para ejercitar el cuerpo en el sentido del oído, la bailarina y coreógrafa se apoyó en las prácticas de escucha, toma de conciencia corporal y respiración propuestos por la compositora norteamericana Pauline Oliveros en su obra Deep Listening. Esta práctica diaria no solo le permitió entrar en relación con el exterior estando muy presente a través de la escucha, sino que dotó a la interpretación de una ritualidad que se ha traspasado al trabajo con los objetos. Esa atmósfera ritual se acentuó con la ejecución de las acciones en bucle.

El siguiente paso fue trabajar con otro cuerpo en un desplazamiento temporal para  generar otra capa sonora. De esta forma se crearon coincidencias que escapaban a la decisión de Gómez y Gisbert, de forma que la unión de las dos partituras puestas en marcha resultó en la generación de algo nuevo. Otra de las cuestiones ha sido la de construir una partitura que estuviese abierta, de forma que diera cabida a la aleatoriedad. A diferencia de los trabajos anteriores, esta pieza trata la relación de los cuerpos con objetos, de forma que la partitura musical se ha construido a partir de la experimentación con sus texturas y cualidades sonoras.

La otra cuestión que vertebra el proyecto es la resonancia entre cuerpos y objetos. A tal fin, Gómez ha trabajado qué estados y qué emociones provoca en los cuerpos la sonoridad producida por estos objetos,y cómo se exterioriza a través del movimiento. Coses que sonen tiene como punto de partida un silencio y un lienzo en blanco. Es un residuo, una huella fruto de la resonancia del acontecer”, resume su creadora.

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