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Sweet California se separa: la maldición de las girlbands españolas

La formación, creada por la agencia Must!, pierde una componente que sustituirá en los próximos días, engrosando la lista de grupos femeninos con dificultades para mantenerse en la industria 

16/02/2016 - 

VALENCIA. Drama. Sweet California, la girlband española del momento, se separa convirtiéndose en la nueva víctima de la que parece la maldición de los grupos femeninos patrios. Al contrario que en otros mercados, como el de Reino Unido donde marcas como Girls Aloud han generado éxitos durante al menos una década, la capacidad de este tipo de bandas en España para mantenerse en el candelero es cuestionable, una fórmula que no ha llegado a calar en las listas de ventas y que suma numerosos ejemplos de proyectos fallidos.

El grupo en cuestión, creado por la agencia de management Must! en 2013, seguirá adelante sustituyendo a Rocío Cabreras por otra componente, un experimento que no es nada nuevo en este tipo de formaciones. Para muestra, un botón. Sólo dos miembros originales de Destiny's Child, Beyoncé (cuyo padre era el manager del grupo) y Kelly Rowland (prima de la primera), sobrevivieron a la debacle del trío, que dejó por el camino a LaTavia, LeToya y Farrah. En España tampoco han sido pocos los ejemplos de bandas que han decidido seguir con el proyecto a pesar de la marcha de alguna de sus piezas clave, como Olé Olé, Presuntos Implicados o La Oreja de Van Gogh.

No sabemos si lo echaron a suertes o tomó la decisión en una barra, pero también Marta, de Ella Baila Sola, se atrincheró con la firma que la dio a conocer, cuando en 2009 decidió resucitar el grupo. Eso sí, sin el 50% de la formación original, pues Marilia fue entonces sustituida por Rocío Pavón, que también acabó abandonando el dúo. Compuesta y sin partenaire, Marta decidió seguir su carrera en solitario con la publicación de un nuevo disco: Martamente. Ella canta sola. 

Como el de estos grupos, este será a corto plazo el destino de Sweet California, cuyas dos únicas componentes -por el momento-, Sonia Gómez y Alba Reig, publicaron ayer un vídeo para justificar ante sus miles de fans la marcha de Rocío, que abandona el proyecto por motivos "personales" y de quien seguirán "siendo amigas y la apoyaremos en todo lo que haga". A pesar de que "siempre han estado muy unidas", Alba y Sonia también aprovecharon la ocasión para anunciar que ya cuentan con una tercera componente, "que es muy amiga nuestra y que es una artistaza".


Esto es: no se cancela la gira ni los demás compromisos de la banda. Sin embargo, la marcha de Rocío invita a reflexionar sobre la poca incidencia del formato girlband en España cuyo éxito, en términos generales, ha sido fugaz y en casos muy anecdóticos ha logrado mantenerse en el tiempo. Uno de los ejemplos más evidentes es el de Las Ketchup. Las hijas del tomate lograron un impacto sin precedentes vendiendo millones de copias de Aserejé, que se ha convertido a la postre en uno de los singles más vendidos de la historia.

Girlbands y flamenco-fusión

Tras un paso para el olvido en Eurovisión 2006 y casi una década apartadas de los escenarios y medios de comunicación, hace poco más de una semana volvieron a ponerse delante de una cámara. Fue precisamente el Melodifestivalen, la preselección sueca para elegir a su representante en el eurofestival, el lugar elegido por el trío para su gran reaparición. Curiosamente, optaron por no interpretar Un bloodymary, canción con la lograron la 21ª posición en el concurso, y en su lugar recuperaron el trabalenguas que les dio un lugar privilegiado en el inabarcable mapa de canciones del verano. 


Con ellas acaban prácticamente las formaciones femeninas nacionales que han alcanzado el éxito internacional, por lo menos en mercado mainstream y desde un punto de vista de consumo de masas, pues Hinds tienen un hueco indiscutible en el cartel musical, aunque no a ese nivel. Aunque el concepto es más propio del mercado anglosajón -precisamente Sweet California se caracteriza por cantar la mayor parte de su repertorio en inglés- no son pocos los intentos de adaptar el invento al (supuesto) gusto español. Entre ellos, Papá Levante, que desafiaron las matemáticas con un total de seis integrantes procedentes de Sanlúcar de Barrameda. 

El cambio de siglo nos trajo joyas como 'Me pongo colorada' o 'Practicar sexo', una carrera que se despidió en 2004 con temas como el reivindicable 'Gorda', cuyos beneficios fueron destinados a la Asociación para la Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa (Adaner). También Las Niñas y su Ojú adaptaron la fórmula al gusto patrio aunque, en este caso, tiraron de flamenco-fusión con tintes R&B y Hip-Hop. Su caso fue polémico pues, al contrario que la nómina general de grupos pop femeninos, que optan por estética y letras blancas dirigidas principalmente a un público infantil y adolescente, hablaban en su primer single de asuntos como la guerra de Irak. 


Las Primas o Las Chuches, intérpretes de Bambú-Bambú o Cómo ronea y que han dejado lyrics para el recuerdo como "yo soy la pelirroja la más peligrosa", son otros de los intentos por adaptar el esquema que tanto dinero ha generado a las casas discográficas en el ámbito internacional y que en España ha quedado en flor de un día. Sin embargo, siempre hay una excepción que confirma la regla y, en este caso, viene de la mano del dúo Azúcar Moreno que, con sus altos y bajos, ha logrado mantener la marca desde que en 1984 lanzaran su primer álbum. 

Experimentos televisivos

Aunque desde el punto de vista de ventas y longevidad la fórmula no se ha demostrado como la más exitosa, eso no ha sido impedimento para que discográficas y cadenas de televisión dejaran de lado la oportunidad de aprovechar -o intentar aprovechar- el tirón, especialmente desde que en 2001 el talent-show Operación Triunfo cambiara las tornas de una industria que todavía trata de digerir a los centenares de concursantes que han pasado por las múltiples ediciones y versiones del concurso. Si en su primera temporada tentaron al mercado con un grupo mixto, Fórmula Abierta, de su segunda edición salió un experimento que apenas duró un disco.

Lunae eran Tessa, Marey y Elena Gadel, tres concursantes con poca suerte en el juego, unidas en una probeta y que dejaron para la historia del pop español una sola canción: Hipnotizadas. Pero si hay un ejemplo claro de gestación in vitro es el de Bellepop. La banda fue fruto del reality-show Popstars: todo por un sueño, emitido en 2002 por Telecinco y que tan solo contó con una edición. Carmen Miriam, Elisabeth, Davinia, Marta y Norma fueron las ganadoras de un contrato que no tardó en caducar.       

Tan sólo editaron un disco, separándose antes de lanzar el segundo álbum, que nunca vio la luz. Como curiosidad, dos de sus integrantes se reciclaron en diferentes grupos. Mientras que Elisabeth pasó a formar parte de la segunda generación de Upa Dance, grupo mixto salido de la serie de Antena 3 Un Paso Adelante, Marta formó una efímera girlband con otras dos concursantes de Operación Triunfo, Mimi y Diana, con las que bajo el nombre Venus intentó representar a España en Eurovisión 2008. Con o sin maldición, el ganador de la preselección fue Rodolfo Chiquilicuatre con Baila el Chiki-Chiki. Fin de la cita. 


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