Una deuda pública elevada y en aumento frena el crecimiento, desplaza la inversión privada, limita la capacidad del gobierno para responder a emergencias inesperadas y eleva el riesgo de una crisis fiscal repentina, en la que los inversores perderían la confianza en los bonos del Tesoro del Reino de España y su capacidad de emitir.
Economía afirma que se está moderando el aumento y que las cifras actuales son compatibles con el objetivo del 115% del PIB para este año
Tras una década de políticas expansivas, el dilema es cómo recuperar la “normalidad” sin poner en peligro la recuperación