Durante estos días, la ciudad (la provincia si me apuras) deja de ser un espacio seguro para los amantes del buen beber. Si no te gusta el deporte de riesgo mi recomendación es que pertreches tu bodega. Si además, como yo, odias las fallas. Huye. Hazme caso: vete lejos, bebe bien.
En el primer caso no hace falta que te diga qué bodegas pueden hacerte más llevaderos estos días. Aquí hay que ir a lo seguro: Bodegas Santander (C/ Alzira, 15), Vinos Enópata (C/ Cuenca, 123), Els Vignerons (C/ Doctor Zamenhof, 23), Més que Vins (Av. del 25 d'Abril, 15, Montcada), 5b selección (Paseo de la Pechina, 12) The Wine Place (C/ Almirante Cadarso, 14) o Bodegas Biosca (C/Doctor Serrano, 20) pueden ayudarte a llenar esa escuálida vinoteca que tienes en la cocina. Si además te va la marcha y eres de los que no se amilanan ante las hordas de blusones multicolor, los rugidos de los masclets detonando a escasos metros de ti o las barricadas de La Fallera que se han adueñado de la ciudad convirtiéndola en el Mariúpol de Occidente, también puedes ir a tomarte un vino a Vinorte (C/ Cervantes, 10) a Le Bar de Vins (C/ Centelles, 27), Teca (C/ Honorato Juan, 11) o si quieres ver la ofrenda Birlibirloque Bar (C/La Paz, 7).
Ahora bien, en mi caso, recomiendo salir. Huir, escapar, irse lejos y no mirar atrás. Abandonar la ciudad a su suerte y esperar a la vuelta de San José que el ambiente viciado y obsceno de estos días haya remitido a niveles pre fallas. Para los que como yo preferís salir hemos preparado un pequeño listado de espacios en los que además de comer bien, la experiencia vinícola está muy cuidada para que el disfrute sea total. 10 lugares con criterio donde beberás de maravilla y te ahorrarás la horrible resaca que dejan las barras falleras, los cubalitros de los casales o las copas de vino de la casa de esa terracita al sol donde la tierra parece temblar mientras el olor a pólvora inunda tus fosas nasales.
Si decidimos embarcarnos hacia el norte tenemos varias propuestas en ese sentido. El interior de Castellón con Vinatea (C/ d'En Blasco d'Alagó, 17, Morella) es una gran opción para relajarse y dejarse llevar de la mano de Diego Alcón y Ángela Milán. Si por el contrario somos de playa, Oropesa es nuestro “place to be”. Dos propuestas brillan con luz propia en la ciudad de vacaciones por excelencia. La primera, de corte más formal y afrancesado es Le Vin Rouge Maitre Cavista (Plaça de la Constitució, 4, Oropesa). Aquí Carlos García Lozano y Silvia Mompó nos harán disfrutar de una experiencia “très chic” con buenas viandas y excelentes vinos. Por otro lado el 15 de marzo reabre Boga Tasca (Puerto Deportivo Oropesa del Mar, 7-10, Oropesa) y Adriana Urdanoz y Miguel Ejarque tienen lista la bodega y la despensa para que “comence la mascletà”. Un poco más al norte, en Alcossebre tenemos Vermuda (Carrer de Sant Benet, 1, Alcossebre) de la que ya hablamos hace unas semanas aquí. Y si decidimos cruzar la frontera, en el primer pueblo de Tarragona tenemos Citrus del Tancat (CN-340 Alcanar, Tarragona) en el hotel Tancat de Codorniu. Aquí Aitor López (recientemente galardonado con Un Sol Repsol) y la sumiller Susana Krcivoj nos ofrecerán otro despliegue de buen comer y mejor beber.
Si somos más de tirar para el interior de la penínusla dos son las propuestas más interesantes que encontramos a menos de dos horas de la capital. La primera en Teruel: Yaín (Plaza de la Judería, 9, Teruel) es el restaurante de Raúl igual, mejor sumiller de España y cientos de reconocimientos más, que junto a Iñaki Cubas ofrecen una propuesta de temporada e interior y posee una bodega a 7 metros bajo la cota del suelo situada junto a los restos de la bodega judía del siglo XIV. La segunda propuesta de interior está situada en la Serranía de Cuenca, Fuentelgato (Calle Real 6, Huerta del Marquesado) es el restaurante de Olga García y Alejandro Paz (ambos provenientes de las cocinas de Ricard Camarena) cuya propuesta gastronómica íntima y apegada al territorio posee una bodega deliciosa con unos precios muy comedidos.
Por último si sois de la Carrá y pensáis que para hacer bien el amor hay que bajar al sur mis recomendaciones pasan por Elche. Aquí, nos salimos un poco de los circuitos habituales de la Marina y traemos no una sino dos opciones para los amantes del vino. Para ello nos adentramos hacia el palmeral ilicitano y nos dirigimos al Mesón el Granaíno (C/ Josep María Buck, 40, Elx) donde la tercera generación de Martínez, con Odón Martínez en cocina (ex Can Roca) y Begoña Martínez en sala, es la encargada de ofrecer una propuesta tradicional con una carta de vinos que ya querrían muchos Michelin para sí mismos. Ya fuera de la ciudad nos encontramos con La Masía de Chencho (Partida de Jubalcoi, Ctra. Murcia-Alicante, Km.62, Elche) donde Rafael “Chencho” Reyes, (mejor sumiller de España) hijo del mismo Chencho que da nombre a la Masía dirige esta casa con la cocina de Adrián Becerril que acaba de recibir Un Sol Repsol con una cuidada selección de vinos acorde al espacio que habita.
Mi última propuesta cruza la fontera y viaja a Murcia, concretamente a San Javier. Carmen Playa (Av. Sandoval, 16, Santiago de la Ribera, Murcia) es el lugar donde Carmen Zapata en sala y su hermano Javier en cocina nos brindan una grata sorpresa. Tras varios años en Londres decidieron hace cuatro volver a su casa, la que para muchos es la gran desconocida de España, Murcia, para mi igual que para ellos es la tierra prometida. En Carmen Playa encontramos una cocina de temporada con producto bien trabajado (como casi todo lo que se hace en la Región) y auténticos pepinos para descorchar y disfrutar del Mar Menor.