La editorial Camacuc relata 13 historias que pasan desde las vivencias compartidas hasta los temas más tabúes del feminismo, lo hace a través de 11 artistas del cómic valencianas que reivindican estas historias a golpe de viñeta
VALÈNCIA. Hay luchas que comienzan y que nunca acaban, luchas cuyo mensaje se fortalece a través de nuevas historias y sobre todo con nuevas voces. Las artistas Zoraida Zaro Soto, May Aramaki, Mar Silvestre, Galletamaría, Xulia Vicente, Lorena Mínguez, Julia Cejas, Núria Tamarit, Paula Zorite, Ana Oncina hacen posible ver una nueva cara de la historia del feminismo con Feminismes, lo logran a través de 13 relatos que reflejan las reivindicaciones de algo que en parte les pertenece. La editorial valenciana Camacuc es la encargada de reunirlas a todas, con motivo de acercar estas historias a un público joven, que está aún en desarrollo y que debe formarse en estas materias de gran importancia. Feminismes acerca a los lectores adolescentes el feminismo sin caer en clichés, y con un relato dinámico a la par que educativo, a través del cómic en valenciano.
El editor Joan Escrivà, quien lleva dirigiendo esta revista desde 1984, comprende el cómic como una herramienta muy útil para trabajar con los jóvenes y para fomentar tanto el hábito de la lectura como el uso del valenciano. Feminismes se convierte así en el 3º volumen de una colección que pretende poner a los chicos a pensar y reflexionar sobre temas “que tendrían que estar ya bien tratados y bien reformados”, las historias que preceden a este cómic dentro de la colección son sobre acoso escolar y diversidad sexual: “Elaborar estos cómics supone poner a mucha gente a trabajar en ellos y estar todos de acuerdo, es complejo pero al final es una buena manera de comprender y defender este tipo de valores”. A golpe de viñeta se busca una reflexión social, que sea capaz de remover a aquellos jóvenes que están en contante proceso de aprendizaje.
La guionista y dibujante Zoraida Zaro y el editor comenzaron con este proyecto en el año 2019, sin embargo a causa de la situación provocada por la pandemia y debido motivos personales el cómic no ha visto la luz hasta ahora. Sin embargo su mensaje nunca es caduco, tres años después de su puesta en marcha sus relatos siguen siendo (tristemente) tan reales y acertados como el día en el que se concibieron. El cómic cuenta 13 historias independientes a través de los dibujos de 11 viñetistas valencianas, Zaro es una de ellas y además es la encargada de guionizar todo el relato que se plantea sin ningún tipo de límites desde la propia editorial: “Todo lo que no son cuestiones cronológicas son vivencias compartidas, desde lo que supone pasear por la calle siendo una mujer hasta lo que supone el mundo de la pornografía, en este cómic se abordan todo tipo de temas”, aclara la viñetista.
Para llegar a tocar todos estos palos Zaro comienza a estudiar sobre el feminismo y todo lo que le rodea en el momento en el que se le plantea el encargo: “La cuestión es: cuanto más te documentas más te das cuenta de que no tienes ni idea y entonces más lees, y cuanto más lees más frentes se te abren”. Otra de las claves para esta “apertura de frentes” fue la labor de los correctores: El col·lectiu formigues, el col·lectiu arada, la consellería de igualdad y Ana López Navajas, quienes sugirieron a la artista y guionista contemplar varios enfoques: "Una de las correcciones es que solo había tocado feminismos occidentales blancos”, aclara la artista, “Al final a lo que voy es a libros que hablan sobre lo que yo soy, pero tras este apunte comencé a leer sobre feminismos racializados y se me abrieron un montón de puertas”. Tras comprender estas correcciones y reescribir algunas partes Zoraida elabora 13 historias que se reparten entre 11 artistas, quienes toman el relevo para contarlas a través de su propia técnica.
Con motivo de hacer un relato cercano el cómic está basado en conversaciones y vivencias de la propia guionista en su propia adolescencia o en diálogo con otras generaciones, para la que conversó también con su hermana que es 16 años menor que ella. Aunque sin duda las voces que dan finalmente vida a su trabajo son las de las 10 artistas que la acompañan en este proyecto, ilustradoras de València que se suman a contar una historia que no deja de ser necesaria: “Me gusta mucho ver que la mayoría han metido algo que lo han hecho muy suyo, es una manera de ver las diferentes versiones de su trabajo”, aclara Zaro. Una de las artistas que se une a este reto es Galletamaría; la artista ilustra Construccions, una historia que habla sobre el cliché de los regalos “para niño y para niña” y además realiza una infografía sobre violencia de género. Galletamaría contempla este proyecto como un ejercicio y un reto para su forma de desarrollar el arte: “El guión hay que seguirlo pero la magia está en darle vida a los personajes. No sabemos ni qué piel ni qué forma tienen, no tenemos sus características así que podemos jugar con salirnos del personaje estándar”.
Para Escrivà la gracia de este proyecto es la “carta blanca”, para que las artistas puedan hacer lo que quieran siempre y cuando respeten la línea de la temática: “Normalmente trabajamos de esta manera, asentamos los guiones y dejamos que las artistas le den su propio carácter al guión”. Este ejercicio da como resultado un paseo entre historias dinámicas, únicas y educativas que abanderan el feminismo desde la viñeta, y que plantea nuevos retos para las artistas: “Ordenar información tan sensible es un reto muy complejo, y además tenemos que hacer que el dibujo acompañe, es una forma genial de hacer oficio”, contempla Galletamaría, quien no solo está más que conforme con el resultado sino que se ve rodeada de excelentes mujeres que cuentan el relato junto a ella. Una historia que seguirá siendo contada siempre y cuando sea necesario reivindicarla, y que gracias a la cultura puede reinterpretarse con el objetivo de vislumbrar un futuro mejor.