Este año para salir adelante habrá que echar mano de todos las fuerzas morales y recursos materiales, habidos y por haber
Winston Churchill en uno de los momentos más difíciles para Occidente, mayo de 1940, ofrecía compartir “Sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor” para poder alcanzar el objetivo de la Victoria ante la tiranía y el terror. En la actualidad, dado lo poco halagüeño de la situación actual, me van a permitir que me ponga transcendente, y parafraseando a San Pablo, decir que se puede tener toda la fe y esperanza del mundo, ya sea por convicción propia o por hipnotismo de las propagandas gubernamentales o de los mass media, de que este 2021 va a ser mucho mejor que el 2020, pero si no hay una total entrega de nuestros líderes y de la sociedad en general, de nada nos vale, nadie nos va a sacar las castañas del fuego, en la profunda crisis que nos hayamos.
Porque si en el anterior articulo hacíamos un ligero resumen del 2020, en éste pretendía realizar una descripción de las perspectivas para este año, pero los acontecimientos acaecidos en el país líder del mundo libre, me han hecho cambiar el contenido del mismo, que no el de plasmar y realizar prospectivas futuras, como es habitual.
Porque estaba previsto, dado lo peculiar del personaje, que se produjera un traspaso de poderes con exabruptos en la presidencia de los Estados Unidos de América, pero nadie se podía imaginar que en uno de ellos la situación degenerará en un asalto a la sede de los representantes de la soberanía popular norteamericana, el Capitolio, por parte de seguidores de Donald Trump, que más que votantes parecían hooligans ultras tras escuchar uno de sus incendiarios discursos.
El triste episodio, del que nosotros también hemos tenido nuestras propias dosis tanto a nivel nacional como autonómico, es un síntoma más de la decadencia, en todos los órdenes, que están sufriendo los USA, con repercusiones para todos los que participamos del sistema de valores y régimen de libertades Occidental, y que para este supuesto concreto ya lo vaticinó, en parte, Samuel P. Huntington en 1975 en su informe “La crisis de la democracia: sobre la gobernabilidad de las democracias”.
Al hablar de esta crisis en los USA, es inevitable el citar la progresiva evolución de lo público (creciendo) en los regímenes democráticos, que siguiendo el patrón de Arnold J. Toynbee, de crisis y respuesta, Robert Higgs expone en su libro “Crisis y Leviathan”, con la idea de que durante el siglo XX (y nosotros incluiríamos el XXI) a todas las profundas crisis que han ido surgiendo, como han sido las guerras mundiales, o la gran depresión, la respuesta ha sido un crecimiento del gobierno (Leviathan), atenazando a la sociedad y a las clases medias e intelectuales; para posteriormente liberarse, con representantes y líderes como Ronald Reagan. Y todo ello enmarcado en esta gran crisis del COVID-19, donde este Leviathan está creciendo muy rápido con declaraciones de estados de excepción, alarma, confinamientos, toques de queda y militarización de servicios públicos.
Por otra parte, ya saben que en el ámbito geopolítico, en esta segunda década del siglo, también se ha producido una reacción frente al encumbramiento chino en la lucha por el liderazgo mundial (ésta es otra crisis), por parte de los USA con su atípico presidente Trump a la cabeza, al que no se le han reconocido sus éxitos internacionales, como ha sido su intermediación en el reconocimiento de Israel por parte de países musulmanes, dado su populismo y sus bravuconadas. Esta reacción frente al gigante asiático ha tenido diferentes ámbitos de actuación desde el militar, con el despliegue de la USNAVY en las aguas internacionales, arrecifes y atolones ocupados ilegalmente por China en el mar de China Meridional, hasta en el ámbito comercial, fijando nuevos aranceles, o rechazando la instalación del 5G chino en las redes móviles propias y de sus aliados.
Esta nueva crisis interna en los USA con el asalto al Capitolio, debilita su posición internacional como líder del mundo libre, por lo que para España y sus aliados europeos es una muy mala noticia, dada la protección que nos brindan los USA a través de la OTAN frente a nuestra vecina Rusia en el entorno estratégico europeo. Y en el ámbito global esta debilidad también es un contratiempo, dado que son el principal freno a ese nuevo liderazgo de China, cuyos intereses difieren mucho de los nuestros, por ejemplo en el respeto a los derechos y libertades humanas en todo el mundo, por lo que se aventura una tercera década del siglo XXI donde las democracias pueden estar en retroceso a escala global.
Ademas está la repercusión doméstica en los USA, donde el sectarismo y el radicalismo ha prendido en ambos extremos del espectro político, por lo que la nueva administración de Joe R. Biden Jr. tiene mucho trabajo por delante para sosegar los ánimos y restablecer el consenso político norteamericano, por lo menos en las cuestiones básicas, pues por el momento parece que los puentes entre los dos partidos USA, el Demócrata y el Republicano están rotos; e incluso este último sale de esta crisis muy tocado, con posibles fracturas internas según los más agoreros.
Y nunca olvidemos que esos lejanos asuntos también nos afectan domésticamente, por las posibles repercusiones en nuestra Comunitat, a consecuencia de los cambios en los políticas de la administración USA, como ya ocurrió con la subida de aranceles (un 25%) a productos como son los cítricos (naranjas, limones, mandarinas o clementinas), o frutas (incluidas mermeladas y conservas), vino envasado, aceitunas o aceite de oliva, etcétera. etcétera, durante la administración Trump. Pero también bajo la presidencia de Barack Hussein Obama II se decidieron aplicar sanciones contra Rusia en 2014, con gran perjuicio para nuestro sector agroalimentario, que según la Unió de Llauradors ha producido una caída en las exportaciones de 1.650 millones de euros en nuestros productos cárnicos y en frutas y hortalizas, por lo que nuestro sufrido sector primario, como pueden ver, puede ser muy permeable a los cambios de las políticas USA.
Si me permiten la nota histórica, toda esta crisis me recuerda un poco al inicio de la crisis de la República de Roma en el siglo II a.C. . Cuando ante el crecimiento y la expansión del sistema romano por todo el mundo conocido, para beneficio de los dos grupos sociales dominantes, Patricios y Equites, se produjo un empobrecimiento de los pequeños propietarios agrícolas -el corazón de la antigua Roma-, y surgió un Tribuno de la Plebe que intentó enmendar la situación, llamado Tiberio Sempronio Graco, con escaso respeto a las leyes en alguna que otra ocasión, y que cuando se presentaba a su reelección en el año 133 a.C. fue asesinado por sus poderosos oponentes, junto a un par de cientos de sus seguidores frente al Capitolio de Roma. Parece que a Trump le ha llegado el momento de su muerte política por lo acaecido en el Capitolio.