Obras en el Castillo de Dénia que se están ejecutando. DÉNIA. La ciudad de Dénia ha experimentado un cambio sustancial en los últimos años. La legislatura que ahora acaba ha estado marcada por los años de la pandemia y la nueva visión que se tienen, desde el paso del coronavirus, de los espacios públicos. La capital de la Marina Alta cierra estos cuatro años de gobierno de mayoría absoluta del PSPV con un importante logro. El ejecutivo que dirigirá hasta el 28 de mayo Vicent Grimalt ha visto como ha salido adelante el Plan General de Ordenación Urbana.
Esto podría considerarse un éxito en la gestión, siempre y cuando esta carta urbanística sirva para lograr la paz entre empresarios y consistorio y permita desarrollar operaciones de cualquier tipo, tanto residenciales como espacios a otros fines, sociales, como residencias, o de fomento económico, como supermercados o la llegada de nuevas firmas o empresas a la ciudad.
El Plan General ya cuenta con el aval del Consell. Todo ha sido en tiempo récord y lo cierto es que pocos esperaban que el documento viera la luz a sólo 20 días de las elecciones. Desde el Ayuntamiento sí. Han indicado en varias ocasiones que tenían la palabra del Consell de que el Plan General estaría aprobado antes de las elecciones.
Esto es una buena noticia, pero abre una serie de incógnitas. Quizá haya recursos al documento. De hecho, la candidata del Partido Popular a la alcaldía, Pepa Font, ya advirtió en alguna reunión de vecinos que recurriría el plan al no responder a los intereses de algunos sectores. Lo prometió en Les Deveses.
El Plan General contempla un crecimiento contenido y prevé un aumento en la ciudad de unas 10.000 personas en las próximas tres décadas. Dénia cuenta con casi 44.000 vecinos y prevé crecer tanto en el entorno del casco urbano, como en pequeñas zonas de Jesús Pobre y la Xara.
Pero esto no calma los ánimos de los empresarios, que han estado en vilo hasta que han conocido la aprobación del plan. De hecho, llegaron a amenazar con exigir a la Conselleria que obviara la gestión de Dénia y redactara un Plan General ante la demora de la carta urbanística.
Los empresarios siguen molestos con las esperas para obtener licencias de trabajo, algo que hace perder inversiones en la capital de la Marina Alta como han indicado en varias ocasiones. También lamentan el escaso aumento de zona industrial, con un pequeño sector en Madrigueres, por lo que también auguran menor actividad comercial por falta de suelo.
En cualquier caso, Dénia llega a los comicios de 2023 con un ejercicio hecho y aprobado: el Plan General. Pero tiene otros tantos con un aprobado raso y algunas actuaciones con un claro suspenso. La pandemia cambió el modo de ver los espacios verdes y las zonas de ocio y eso ha llevado al gobierno local a promover la creación de más espacios para los vecinos.
De hecho, se ha avanzado en la peatonalización de la calle Marqués de Campo y en la reurbanización de la Glorieta País Valencià, obras que tendrían que estar acabadas en breve y quizá se demoren más de lo previsto. En la Glorita se invierte un millón de euros.
En Marqués de Campo, la repavimentación va acompañada de una importante inversión en iluminación. Pero el símbolo más claro del cambio de paradigma y la recuperación de espacios para el encuentro de los vecinos se la nueva plaza verde en el solar del viejo ambulatorio. Esta ambiciosa actuación tenía una partida de 740.000 euros, pero la obra ha quedado desierta y se volverá a licitar.
Otras obras que no ha sufrido problemas y han salido adelante según lo previsto han sido la reforma de la plaza Valgamediós y la calle Mayor. Sin embargo, hay otras actuaciones que no ha habido forma de sacarlas adelante. Una de ellas es la adecuación del sector la Bota, donde hay pendiente una reurbanización, que hasta que no esté hecha no permitirá la construcción del nuevo Colegio de Educación Especial Raquel Payà, que dará servicio a toda la comarca.
Otras obras viarias también siguen pendientes. En concreto están a la espera las construcciones de las glorietas en Pintor Llorens y en Santa Lucía, donde ha habido que readaptar los proyectos. Mientras tanto, en cuestión de patrimonio, siguen adelante la recuperación de El Verger Baix del Castillo y la rehabilitación de la Casa de Torrecremada, futura sede universitaria.
La legislatura ha estado marcada por el regreso de la Línea 9 del Tram, tras casi ocho años, o decisiones como el cierre al tráfico de parte de Les Rotes y la puesta en marcha de aparcamientos y un tren para facilitar la llegada de los bañistas.
En estas elecciones se pone en juego la continuidad de las políticas desarrolladas por el PSPV esta legislatura, y la anterior con el apoyo de Compromís, frente a las políticas que proponen desde otras formaciones como el PP, que apuestan por dar otro enfoque a la ciudad con más atención al turismo y a proyectos de bienestar social.
En cualquier caso, Vicent Grimalt, que obtuvo la mayoría absoluta en 2019 con 12 concejales opta, a revalidar el número de votos, o al menos once ediles, que representarían la mayoría absoluta. En el caso del PP, la distancia es mayor. La formación azul logró en los anteriores comicios tres concejales, mientras que Ciudadanos obtuvo dos.
Los resultados, obviamente, son toda una incógnita, pero el número de partidos que concurren a las elecciones abren la puerta a cualquier tipo de resultado y posibles pactos. Si la tendencia a la baja de Cs se confirma esos votos pueden ir a parar a Font o quizá a reforzar a Grimalt.
En cualquier caso la concurrencia de ocho listas deja en el aire un amplio espectro de posibles juegos aritméticos que no hacen inviable un cambio de color en el gobierno local.
Compromís: Rafa Carrió
PSPV: Vicent Grimalt
Vox: Féliz José Redondo
Acord Municipal (EUPV-ERPV): Sergi Sales
Ciudanos: Susana Mut
Gent de Dénia: Mario Vidal
Partido Popular: Pepa Font
Podemos: Juan José Nieves.
