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huelga feminista

8M musical: les sobran los motivos, les faltan escenarios

Con la huelga feminista en el horizonte, secundada por el Col·lectiu de Dones Treballadores de la Música Valenciana, revisamos la escasa presencia femenina en los escenarios de València

7/03/2019 - 

VALÈNCIA. Mujer: el lobby te engaña. Ese es el mantra de una serie de tuits que se reproducen estos días desde cuentas más o menos personales y más o menos políticas en Twitter. Mujer: el lobby feminista te engaña. Es el remate, el truco final, la última acrobacia del número… Antes, la plantilla del mensaje aporta una serie de datos con el que las mujeres españolas podrán quitarse la venda feminista de los ojos y ver la realidad. Porcentajes que, por ejemplo, nutren supuestos estudios como el de -literal- ‘Países donde se afirma que los hombres son más capaces que las mujeres’. Un rápido vistazo a todos los perfiles que calcan este tuit para intentar hacerlo viral permite, sin demasiado esfuerzo, observar un elemento común y muy revelador en todas las publicaciones; sin embargo, permitan que uno deje el giro del guión para, también, guardarme el truco final.

Lo cierto es que sí, existe ese estudio. Lo que no dicen en otro tuit es que, igual que España está a la cola en cuanto a hombres que afirman públicamente que son más capaces que las mujeres, las españolas sitúan al país en la vanguardia en otra cuestión. Más del 70% de las participantes en la encuesta afirmaron que no creen tener las mismas condiciones que los hombres para realizar sus aspiraciones o sueños personales. La media general de todos los países es del 40%. El mansplaining institucionalizado en el que prevalece la opinión de los hombres sobre las mujeres por encima de la opinión de las mujeres sobre las mujeres: mujer, el lobby feminista te engaña.

En el marco de este absurdo emergen iniciativas como las del Col·lectiu de Dones Treballadores de la Música Valenciana. ¿A ellas quién las engaña? ¿O son ellas las que engañan? Estaría bien saberlo, más que nada para repartir los papeles en la película. Su percepción -que es la que deberíamos ponderar por encima de cualquier otra- es que, independientemente de lo que manifiesten creer los hombres consultados por Ipsos, su situación no es la que caracteriza a la igualdad. “En conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora nos reclaman en los escenarios mientras nos abocan a la precarización y nos condenan a la invisibilización durante el resto del año”, escribían en el manifiesto con el que llamaban a la huelga a todas las músicas valencianas.

2018, otro año de hegemonía masculina sobre el escenario

Y la verdad es que, una vez más, no les falta razón. Tal y como sucedió el año pasado, el curso 2018 no ha sido el de la plasmación de la igualdad sobre los escenarios. En lo que se refiere a música en directo, 2017 se lo quedó el patriarcado, y 2018 también. Y ya van unos cuantos. Todos, en realidad. El año pasado, a partir de la observación del programa de conciertos de algunas de las más representativas salas del circuito valenciano, se llegaba a la conclusión de que el 80.3% de los conciertos habían sido protagonizados por bandas que no contaban con una sola mujer en sus filas. Los datos extraídos a partir del análisis de 700 bandas que actuaron en 2018 en varias de las salas más representativas de la ciudad y de la periferia -por trayectoria, volumen de conciertos y afluencia- indican que todavía queda mucho por hacer. Más o menos lo mismo que quedaba en 2017.

El porcentaje de bandas masculinas se ha reducido en tres puntos. El 80.3% de 2017 se actualiza con el 77% en 2018. Siendo positivos y pensando que se tratara de una evolución constante y sin retroceso, estaríamos algo así como a una década de distancia para llegar a una cifra cercana a la de la igualdad de las capacidades del estudio de Ipsos. El porcentaje extraído del análisis de grupos que han actuado en salas de la ciudad sale de un dato que, en bruto, da -si cabe- una percepción más cruda y real de la situación actual: de entre los 700 grupos tenidos en cuenta para el recuento, sólo 161 tenían, al menos, una mujer en sus filas. De esa cifra, una porción muy pequeña, apenas un cuarto del total, responde a proyectos en solitario o bandas integradas sólo por mujeres; y, a su vez, en la última figura de la matrioshka discursiva, apenas otro 25% son grupos formados sólo por músicas, frente a la mayoría de proyectos personales o en solitario.

La precarización del oasis de marzo

Salvo el flagrante caso de Jerusalem Club, que se sitúa por debajo, todas las salas cuya programación ha sido estudiada ubican la presencia femenina de 2018 en una horquilla que va del 20.4% de Rock City al 25.3% Wah-Wah Club. Lo que es lo mismo, pero más crudo: de cada 100 grupos programados, 80 o 75 contaban con integrantes de una única de las mitades de la sociedad. En los dos extremos del porcentaje se recogieron jornadas de conciertos dedicados enteramente a la mujer, lo que hizo que los guarismos aumentaran; entre ellas destaca la iniciativa #MÁSMÚSICAS (con conciertos de Núria Graham y Mäbu, entre otras), “plataforma independiente que promueve la figura femenina en la música de España” y trabaja “a favor de la visibilidad y la igualdad de oportunidades para el talento femenino de nuestro país”.

El manifiesto del Col·lectiu de Dones Treballadores de la Música Valenciana hacía referencia al caso concreto del programa de Comediants, de À Punt, que llevó a cabo una campaña para encontrar músicas para que tocaran en la banda del proyecto como guiño para el 8 de marzo. Es por eso que no llama demasiado la atención, sino que más bien apoya el discurso del colectivo, el hecho de comprobar que, en marzo, las cifras de mujeres sobre el escenario de las mismas salas analizadas aumente en todos los casos; abierto a ser considerado más o menos anecdótico por el juicio de cada uno, la realidad es que en algunos casos el porcentaje sube hasta 13 puntos, situándose en el 35%. Hay que esforzarse mucho para no ver la relación entre el discurso del Col·lectiu de Dones Treballadores de la Música Valenciana y estos datos. “Nos están relegando a una situación marginal en detrimento de la normalización de nuestra presencia como mujeres trabajadoras en el ámbito de la cultura”, denunciaban en el manifiesto. 

Y, tras esto, volvamos al inicio antes de concluir. ¿Dónde estaba el truco del mantra-que-quiso-ser-viral ‘Mujer, el lobby te engaña’? ¿Cuál era el elemento común? Efectivamente, la apuesta sobre el ingrediente principal de la gran mayoría de los perfiles era tan fácil de anticipar: hombres explicando a las mujeres por qué están exagerando.

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