VALÈNCIA. La celebración del Día de la Comunitat Valenciana este martes viene marcada por las crecientes diferencias entre los socios del Botànic, especialmente los que conforman el Consell, PSPV y Compromís, por distintas cuestiones que han causado desacuerdo entre estas fuerzas políticas.
Las principales circunstancias que vienen provocando discrepancias están relacionadas con la marcha vespertina. Una concentración a la que tradicionalmente acudían entidades y partidos de izquierdas bajo el paraguas de la Comissió 9 d'Octubre pero a la que, en esta ocasión, no acudirán UGT-PV y PSPV-PSOE.
Una decisión que la organización sindical trasladó en una reunión de la Comissió 9 d'Octubre días atrás y que, según distintas fuentes consultadas, causó no poco malestar entre varios de los miembros del citado organismo encargado de la coordinación de la marcha más veterana. El PSPV, que se sumó a esa no participación horas después, ni siquiera tomó parte de la reunión, si bien fuentes socialistas aseguraron que su ausencia se debió a que no recibieron -o no tuvieron constancia- de la notificación del encuentro.
Las razones explicadas para que dos organizaciones de este peso decidan no tomar parte se refieren al deseo de potenciar los actos de la mañana correspondientes a la procesión cívica. En este sentido, el secretario general de UGT-PV, Ismael Sáez, explicó su renuncia a acudir este año al considerar que la manifestación provoca "una sensación de falta de unidad en el pueblo valenciano" dado que la Generalitat representa "la defensa de su cultura y de su lengua de manera suficiente".
En cuanto al PSPV-PSOE, consideran que en el pasado se participaba activamente en la manifestación de la tarde porque los actos de la mañana estaban diseñados para "mayor gloria de Rita Barberá" y varias de estas organizaciones se encontraban excluidas de los mismos.
Otras fuentes de la formación socialista subrayan, además, que en la jornada de la tarde, para la que se han concedido siete autorizaciones para manifestaciones en puntos cercanos -varias de ellas de extrema derecha, otras de carácter independentista y otras regionalistas-, amenazan con ofrecer un "escenario polarizado y agitado" en el que los socialistas no desean tomar parte; dirigiendo su presencia y esfuerzos al éxito de la procesión cívica matinal.
Precisamente, la autorización de las siete manifestaciones por parte de la Delegación del Gobierno que lidera Juan Carlos Fulgencio, dirigente socialista muy próximo al ministro José Luis Ábalos, ha generado ya fuertes críticas por parte de Compromís y también de la propia Comissió 9 d'Octubre.
Así, el senador de la coalición Carles Mulet criticó el planteamiento realizado por Fulgencio y aseguró, además de pedir su comparecencia en la Cámara Alta, que exigirán su destitución si se produce "alguna agresión física". En esta línea, desde la Comissió también se ha insistido en la "responsabilidad" de Fulgencio "si no separa física y temporalmente a los grupúsculos violentos". Sobre esto, el organismo recordó que está formado por entidades, sindicatos y partidos que suman "una importantísima base social, una conocida trayectoria pública y un reconocido compromiso democrático". "Lo contrario", afirman, respecto a otros convocantes que han estado relacionados "con hechos violentos y comportamientos antidemocráticos".
Una responsabilidad que también ha señalado en público la propia vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra, quien recordó días atrás en un 'tuit' que la "seguridad" en estas manifestaciones se ocupa la "Delegación del Gobierno, es decir, el Gobierno Central". Una manera de poner el acento -y de paso trasladar la presión- sobre quién tiene la responsabilidad de que todo transcurra con normalidad en una jornada que se presenta más que delicada.
Por su parte, el delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, quien ha insistido en los últimos días en rechazar la prohibición de ninguna manifestación, se comprometió días atrás ante la Comissió a que el dispositivo policial sería "más que suficiente para atender todo" lo organizado durante la tarde de la festividad, además de garantizar que si hay "en cualquier momento alguna persona o grupo de personas que intente hacer la fiesta por su cuenta", tendrá una "respuesta policial".
Unas tensiones previas a la celebración del Día de la Comunitat entre los socios del Botànic que amenazan con elevarse si el 9 d'Octubre termina con altercados. Una jornada festiva que comenzará con la entrega de las distinciones que otorga la Generalitat y que en esta ocasión contará con la presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien, no obstante, no tomará parte en la posterior procesión cívica.