CASTELLÓ. Castelló alberga un gigante económico. BP Oil España, la principal filial española de la multinacional petrolífera, factura más que todo el clúster azulejero en su conjunto. Concretamente, las ventas de la compañía domiciliada en el polígono del Serrallo alcanzaron en 2018 los 6.126 millones de euros, mientras todo el sector cerámico estatal (las empresas agrupadas en las patronales Ascer, Anffecc y Asebec) facturaron 5.488 millones de euros. Estas cifras convierten a BP Oil España en la segunda sociedad con la facturación más alta de la Comunitat Valenciana, tan solo por detrás de Mercadona, ya que otro coloso económico, Ford, tiene su domicilio social en Madrid.
La noticia se produce después de que la compañía haya incrementado en 2018 su facturación en un 33,8% respecto al año anterior, cuando sus ventas alcanzaron los 4.571 millones. El aumento, además de por el auge de la actividad en la refinería del Grau de Castelló (en 2017 realizó la periódica parada de mantenimiento quinquenal, lo que no le evitó crecer respecto a 2016), se produce después de que en 2018 la firma sumase 65 estaciones de servicio a su red. Lo hizo al comprar las estaciones de Petrocorner Retail y Kingbook Inversiones por 29,5 y 109,1 millones de euros, respectivamente.
Esta fue "la mayor adquisición inorgánica del Grupo BP en Europa" durante el año pasado, según señala en el estado de información no financiera que acompaña a las cuentas. Con ello ya gestiona 700 gasolineras en el territorio estatal, tal y como figura en sus cuentas, publicadas recientemente por el Registro Mercantil de Castellón. Y es que BP Oil España agrupa, desde la absorción en 2011 de BP Refinería de Castellón, la actividad de esta pero también la de las estaciones de servicio de toda España.
Es precisamente a través de esta red de estaciones de servicio de donde proceden la mayor parte de los ingresos de BP Oil España. Las cuentas atribuyen a la refinería ventas por valor de 1.425 millones de euros, lejos de los más de 6.100 de facturación. Y es que el procedimiento habitual de trabajo es la transferencia de los carburantes procesados en planta del Grau a las estaciones de servicio del grupo y a aquellas de otras empresas petrolíferas ubicadas dentro de su radio de acción, que abarca fundamentalmente la Comunitat, Teruel y las Illes Balears. Debido a esto último, las cuentas también recogen 1.117 millones de euros en intercambios de combustibles con otros operadores petrolíferos.
Con todo ello, los beneficios de la compañía alcanzaron en 2018 los 228 millones de euros, lo que supone casi cuadriplicar los 73 millones del ejercicio anterior. Esto se ha producido después de que los márgenes del refino se hayan congelado respecto a 2017 y a pesar de la subida del precio de los crudos, por lo cual desde la firma destacan que los resultados de la refinería "han superado nuestras expectativas". Dos años antes, en 2016, los resultados, en un mejor contexto, alcanzaron los 355,8 millones de euros.
Así las cosas, los resultados de 2018 se producen después de cerrar el año con un Ebitda de 265 millones de euros, "reflejando una mejora generalizada en los resultados de todos los negocios". Tras aplicarle una tasa de casi el 14% del Impuesto de Sociedades (pagó 37 millones de euros), se derivan los citados 228 millones de beneficio final. Antes, las instalaciones del polígono del Serrallo habían abonado al Ayuntamiento de Castelló 3,5 millones por el Impuesto de Bienes Inmuebles.
Y, para este 2019, en BP Oil España confían en "continuar mejorando los resultados mediante la implementación de nuestra estrategia de crecimiento". No en vano, este año es el primero en que se percibirá de forma clara la afección de la nueva unidad de vacío, cuya construcción concluyó a finales de 2018 y que "ayudará a maximizar los márgenes de la sociedad mediante la captura de nuevas fuentes de valor".
No en vano, el año pasado la refinería de Castelló procesó 4,49 millones de toneladas de crudo, a lo que hay que sumar los aceites vegetales, un producto al alza en la planta. Esto significa que la unidad productiva de BP en el Serrallo, considerada "la mejor del grupo y una de las mejores del mundo" por su eficiencia, todavía tiene margen para crecer. Y es que su capacidad de procesamiento es de "110.000 barriles al día, equivalente a 6 millones de toneladas al año", apunta la propia compañía.
Los principales productos que se obtienen en la refinería son "gasolinas, gasóleos, querosenos, nafta, GLP (gas licuado del petróleo), fuel oil, asfaltos y azufre" y, para producirlos, la instalación, que se autoabastece de electricidad a través de su planta de cogeneración, consume 15,7 millones de Gigajulios de energía procedente del crudo.
Esta cifra es el 99,5% del total de la energía consumida por BP Oil España y se traduce en la emisión de 1,2 millones de toneladas equivalentes de Dióxido de Carbono (CO2), también el 99,5% de las emisiones de la sociedad. Para emitir una tonelada de CO2, un coche debe circular alrededor de 8.500 kilómetros -calculado para una emisión de 118 gramos de CO2 por kilómetro, la media de los coches nuevos vendidos en España en 2018-. Asimismo, la refinería también emite 1.103 toneladas de Óxidos de Nitrógeno (NOX) y 2.468 toneladas de Óxidos de Azufre (SOX).