CASTELLÓ (EP). Una buena alimentación y la práctica de ejercicio moderado reducen en los mayores de 65 años un 48 por ciento la mortalidad cardiovascular, según ha informado Vithas.
Las enfermedades cardiovasculares, entre las que se incluyen las enfermedades cerebrovasculares, la cardiopatía isquémica y la vasculopatía periférica, son la principal causa de muerte en España.
Tal como ha explicado el doctor Fernando Dicenta, responsable de la unidad de cardiología de Vithas Castellón, "el riesgo cardiovascular es la probabilidad que tiene un individuo de sufrir una enfermedad cardiovascular, dentro de un periodo de tiempo determinado, y esto va a depender fundamentalmente del número de marcadores y factores de riesgo que estén presentes en cada individuo".
Estos factores de riesgo son la edad, el tabaquismo, la hipertensión arterial, dislipemias, diabetes mellitus, sobrepeso y obesidad, sedentarismo o hábitos tóxicos, entre otros. Según el especialista, "el hecho de coincidir en una misma persona varios factores de riesgo, implica que el riesgo se multiplique de forma exponencial".
Por tanto, -ha dicho- es importante tratar todos y cada uno de los factores de riesgo que están presentes "para que así disminuya el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular". "Es lógico pues, concluir que cambiar nuestro estilo de vida provocará un gran impacto en la prevención de este tipo de enfermedades", ha apuntado el doctor.
Según ha subrayado, "con pautas simples como evitar los alimentos procesados, disminuir el consumo de bebidas azucaradas, no abusar del alcohol, dejar de fumar y realizar al menos 3 veces a la semana actividad física aeróbica mejoraría el estado cardiovascular. En los mayores de 65 años, hay estudios que demuestran que una buena alimentación y la práctica de ejercicio moderado reducen un 48% la mortalidad cardiovascular.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la inactividad física está detrás de hasta el 25% de cánceres de mama y de colon, del 27% de los casos de diabetes y del 30% de las cardiopatías isquémicas, es decir, de la angina de pecho y el infarto agudo de miocardio, provocadas, ambas, por el estrechamiento -arteriosclerosis- de las arterias coronarias. Para el doctor Dicenta, "el sedentarismo provoca un gran daño al sistema cardiovascular y contribuye a incrementar la obesidad, la hipertensión o los niveles de colesterol".
"El sobrepeso predispone a sufrir enfermedades cardiovasculares como cardiopatía y accidente cerebrovascular -ictus-, así como diabetes, osteoartritis -una enfermedad degenerativa de las articulaciones- y algunos tipos de cáncer", ha afirmado el especialista. Por su parte, la hipertensión es un factor de riesgo para sufrir cardiopatía isquémica, arritmias, trombosis y arteriosclerosis.
El nivel de colesterol LDL elevado en sangre también supone un riesgo para la salud cardiovascular. Según la Fundación Española del Corazón (FEC), una persona con una cantidad de colesterol en el torrente sanguíneo superior a 240 mg/dl tiene el doble de probabilidades de sufrir un infarto que aquellas que bajan de 200 mg/dl.
Según el profesional "el 50% de los enfermos diabéticos muere de enfermedad cardiovascular, por lo tanto, la diabetes se puede considerar como una enfermedad cardiovascular de origen metabólico". Además, "puede ocasionar las complicaciones micro y macrovasculares que todos conocemos", ha añadido.
La evaluación integral por una unidad de cardiología permite definir cuáles son los estudios necesarios a nivel individualizado para cada paciente, así como el momento oportuno para efectuarlos y la interpretación por parte de un especialista de los resultados obtenidos.
"Por esta razón, es de vital importancia el tiempo y la forma, ya que una detección precoz y un inicio del tratamiento adecuado permite controlar los factores de riesgo y también evitar la progresión a patologías cardiovasculares más graves", ha concluido el doctor Fernando Dicenta.