El conocido cantante e ilustrador ha cultivado su fama a través de las redes sociales. De hecho, es el artista indie más seguido en Instagram y con más crecimiento en las redes sociales, junto con Vetusta Morla y Love of Lesbian. Un éxito que exporta hasta Sudamérica, con tres sold outs de más 3.600 entradas en solo minutos para sus shows en Ciudad de México, sin haber visitado previamente el país. Su estilo ha ido evolucionando con el tiempo, desde el rap hasta un punto muy particular de tintes folk. Con su inseparable ukelele, encuentra la inspiración en cualquier momento y lugar, algo que además comparte con todos sus seguidores. La última de esas peculiares fuentes de inspiración fue la araña Jacinta que, a cambio de no picarle, se llevó una hermosa canción.
-¿Qué necesitas para poder componer y para dibujar?
-Vivir, pero, vivir con ganas. Con ganas de sorprenderme, de emocionarme, etcétera. Aunque ni siquiera es necesario que las cosas te pasen a ti. Con un poco de empatía, puede inspirarte lo que te rodea.
-Si yo digo que Carlos Sadness es un cantante sincero, positivo y con mucha dulzura, ¿estarías de acuerdo? ¿Qué otros conceptos podrían hablar más profundamente de ti?
-Supongo que estaría de acuerdo, pero, es difícil juzgarse a uno mismo desde dentro porque hay muchos matices. Trato de que mi música sea muy honesta con quien soy yo, eso seguro, porque al final, no es que sea mi trabajo, es que es mi vida y me despierto y me acuesto con ello. Dulce y positivo, depende de cómo me pilles, claro, aunque las canciones más conocidas, creo que sí lo son. Yo dejo mucha libertad a la personalidad. Me gusta que los artistas tengan mucha personalidad y que eso se transmita en las obras. Y me gustaría ser de esos artistas.
-Por eso, a tu público le aportas muchas emociones, fundamentalmente positivas, pero ¿qué te aporta a ti la música y qué te aporta la ilustración?
-Yo canalizo muchos pensamientos y emociones a través de la música. Es algo terapéutico y balsámico. Como dice mi compañero Caloncho, la música es un bálsamo. Me sienta bien. Y la creatividad, si incluyo la ilustración, es algo que me lleva a un estado especial en el que ordeno lo que siento para crear algo que me hace sentir bien o que me desahoga.
-¿A qué crees que se debe el aumento exponencial de tu público? Más allá de tu buen hacer como cantante, ¿responde a una adecuada estrategia de marketing?
-¿Y qué es el marketing sin canciones? Nada. Yo creo que he tenido alguna idea chula de marketing, pero, siempre al servicio de mis canciones, siempre a partir de la materia prima que ellas me ofrecen. No estoy en radio fórmulas ni sueno en programas famosos de televisión. Tampoco se ha puesto "pasta gansa" en mi proyecto, así que al final, son las canciones. Si he crecido en los últimos años, es porque la gente ha compartido mucho el mensaje de Qué electricidad, pasando por Miss Honolulu, Bikini, Amor papaya, Te quiero un poco... porque con ellas y con otras hemos creado un universo dónde la gente está a gusto.
-¿Por qué ese cambio de estilo en tu música pasando del rap al indie? ¿Ha sido una decisión personal o ha sido algo espontáneo e inevitable?
-Pasaron unos cuantos años de experimentación. Yo hacía pop-rock antes de rap. Mis primeras bandas eran de rock, pero, me hice conocido haciendo rap porque yo hacía muchas cosas. Igual que ahora también dibujo, pues, me gustaba tener dos proyectos o tres. Un día me cansé de hacer rap y pensé en publicar el lado pop que no era conocido. Pero fue algo espontáneo, esa era una mala jugada de marketing. Pasé a ser mucho menos conocido, pero, no era lo que más me importaba.
-¿Te consideras influencer? Medio mundo es fan de tus gatos. Tienen hasta su propio perfil y han conseguido casi 18 mil seguidores. Eso no es solo por su monez.
-No soy influencer. Tengo seguidores en redes sociales (puede que más que algunos influencers), pero, eso es lo normal si eres un cantante más o menos popular. También hago cosas con marcas de vez en cuando, pero, siempre algo relacionadas con la creatividad o con la música, y ese no es el contenido principal de mis canales. Es como cuando toco en un festival y el escenario está forrado de marcas. Las marcas son nuestros mecenas. Por otro lado, lo de los gatos lo hice por no ser pesado con ellos en mi perfil. Creé uno para ellos y reciben mucho amor, aunque tampoco cuentan gran cosa sobre su vida privada, es muy sano.
-¿Ha tenido mucho que ver internet y las redes sociales con tu popularidad cruzando el charco o ha sido algo buscado?
-No te sé responder a eso, pero, vuelvo a pensar que las canciones son las que lo hacen todo. Sin canciones, da igual quién seas en internet. La red hace que las puedan escuchar, pero, no voy a los mexicanos diciendo: “Seguidme, dadme una oportunidad”. Han sido ellos los que me han elegido y lo mismo con el resto de países. Hemos conectado bien.
-¿Dónde te sientes más querido, en casa o en Sudamérica?
-Me siento querido por la gente que me escucha, estén donde estén.
-¿Con qué canciones consigues la mayor complicidad con tu público?
-Qué electricidad es la que acumula más plays, pero, hay muchas otras muy cerca. Te quiero un poco, Longitud de onda, Física moderna... tienen sus momentazos en el concierto, incluso Días impares, Miss Honolulu o Monteperdido. Creo que están todas bastante igualadas.
-¿Tu impulsividad creativa te llevará a algún nuevo proyecto, más allá de la música y la ilustración, en un futuro próximo?
-Me gusta escribir, me gustaría hacer un segundo libro, pero estoy teniendo muy poquito tiempo últimamente y es algo que requiere un poco de espacio.
Las entradas estarán a la venta el próximo jueves 10 de noviembre a partir de las 12h
Abrirá la noche Alan Neil, presentando su último disco Rave Flamenca con su fusión de electrónica de raíces flamencas