NOVELDA. Existe una verdad universal indiscutible: que todos los seres humanos que nacen mueren. Si un Comité de la Verdad Universal fuera el filtro para introducir nuevas evidencias irrefutables, seguramente una de las propuestas con más posibilidades de entrar en este selecto club sería que las historias son infinitas. Es decir, todos los días ocurre algo, hay nuevas vivencias. Además, el avance tecnológico convierte a esta sociedad en la de la sobreinformación y también propicia la evolución favoreciendo, por ende, nuevos relatos. Por ello, un mundo que ha agotado todas las historias que se puedan contar es, a todas luces, impensable... ¿O no?
Ese es el escenario que plantea la escritora noveldense Ana Durá en su novela Casablanca sin Bogart, en la que presenta a un joven escritor que vive en un mundo en el que todas las historias están ya contadas. Tal es la situación que el protagonista ha creado un 'Consejo de lo Original' para decidir "qué novelas se publican y cuáles no, cuáles pasan el filtro y cuáles se quedan fuera", puntualiza la autora, quien cuenta que su relato se basa en una observación de la realidad: "En los últimos años he visto que las películas se versionan mucho, repitiendo una y otra vez la misma historia con la excusa de adaptarla a los tiempos y que el público la capte mejor. Es algo que me llamó la atención y me pregunté si en algún momento las historias llegarán a acabarse".
En ese mundo de historias finitas que plantea Durá, Casablanca es el clásico por excelencia versionado una y otra vez. "Todos identificamos esa película con Humphrey Bogart; tiene un carisma que en muy pocos actores a lo largo de la historia del cine se puede encontrar", considera. Pensar en una Casablanca sin Bogart sería equiparable a eliminar el queso de la pizza, un ingrediente fundamental y característico, motivo por el que la escritora cree que "el actor lo es todo en la película" y que la obra no hubiera funcionado igual sin ese personaje de sombrero y gabardina.
Esta es la primera obra publicada de la noveldense, la cual ha tenido un largo reposo: "La escribí hace unos diez años. Cuando la volví a leer me gustó y pensé que la historia necesitaba una oportunidad", opina, aunque promete que "si la hubiera leído y no me hubiera gustado, habría vuelto al cajón". Eso sí, necesitó ciertos cambios, pulirla con la perspectiva y la objetividad que, asegura, le ha venido con los años.
"En su momento piensas que un fragmento te gusta mucho y al tiempo ves que no era tan bueno. También sucede al revés, que una cosa te parecía que no estaba tan bien y con el transcurso del tiempo te das cuenta de que eso era realmente la parte buena", diferencia.
La ópera prima de Durá se encuentra actualmente en preventa, hasta el 30 de abril, y podrá adquirirse en librerías a partir de los primeros días de mayo. Verá la luz bajo el sello de Titanium, "una editorial que apuesta mucho por las historias noveles de todas las edades, lo cual se agradece, porque a veces notas que hay demasiadas puertas cerradas y que no hay manera de rebasarlas; ni aporreándolas se te consiguen abrir", expone la autora.
Pese a ser su primera obra publicada no es la única que la noveldense ha escrito, pues confiesa que la segunda novela también lleva un buen tiempo de reposo, aunque no tanto como la que nacerá de forma física el próximo mes. En relación a ella, Durá traslada que no se ha planteado publicarla y que primero prefiere comprobar la acogida de Casablanca sin Bogart, aunque "más adelante podría pensar en buscar una editorial a la que le pueda interesar este segunda historia. O incluso con la misma Titanium", plantea sin descartar ninguna opción.