ALCOY. Cerveses Lluna, de Alcoy, no es una marca ni un proyecto nuevo. Lleva doce años produciendo cervezas ecológicas y artesanas en la ciudad y sus creadores fueron pioneros en el producto, que ahora vive un boom en toda la provincia, la Comunitat Valenciana, y, en general, en España. No obstante, es una empresa que busca innovar y seguir creciendo y, en un futuro próximo, sus creadores, María Vicente y David Seguí quieren ofrecer, ante la demanda de sus clientes, nuevas bebidas sin gluten y también sin alcohol para aumentar su menú cervecero made in Alcoy. Cuando surgieron, fueron pioneros y ahora su idea es su principal actividad.
En estos momentos, desarrollan una gama de cervezas sin gluten. El público también les pide alguna cerveza sin alcohol, y aunque, aseguran, es complicado elaborarla artesanalmente y sin aditivos, van a trabajar en ello próximamente. En este sentido, también les gustaría utilizar alguna levadura autóctona de la Font Roja, para aportar un carácter más diferenciador a sus cervezas.
La innovación, la creatividad y el impulso del comercio de próximidad ha sido patente en su plan y su marca a largo de doce años y sigue evolucionando. Actualmente disponen de una pequeña sala de catas. No obstante, les gustaría avanzar y habilitar un Tap Room, un local en la propia nave, para poder ofrecer sus cervezas directamente con algo de gastronomía de la zona. Asimismo, trabajan para disponer de algún punto de venta a granel en "growler", -botella de capacidad de uno a tres litros, de vidrio reutilizable- para que los consumidores rellenen sus botellas. Comenzarán en Alcoy para ver la aceptación.
El de Cerveses Lluna es un ejemplo de economía circular por dos motivos principales: el uso de instalaciones y productos locales y la colaboración entre empresas locales para sacar adelante el proyecto. En estos momentos, elaboran la cerveza en Alcoy, en un obrador artesanal instalado en una antigua fábrica de textil rehabilitada junto el cauce del río, en el centro de la ciudad.
El proceso de elaboración de cerveza consiste en la preparación del mosto a partir de cereales malteados, a través un macerado en agua a temperatura de unos 68 grados, en el que se transforma el almidón en azúcares fermentables y una cocción posterior, dónde se añade el lúpulo, que aportará amargor, sabor y aroma a la cerveza. Cada receta tiene sus peculiaridades y se verán reflejadas en la cerveza final: color, sabor, aroma, grado alcohólico que llegan a una botella lista para el consumo al cabo de unas seis semanas.
La colaboración con comercios locales y de la comarca está presente durante todo el proceso. Cuentan con una empresa de diseño alcoyana, Panda Creatiu SC. Las etiquetas se imprimen en Banyeres de Mariola (Ferre&Ferre etiquetes), las botellas se compran a una empresa situada en Montaverner. Intentan generar sinergias en todo lo que pueden.
Este proyecto surgió en 2007, según apunta una de sus creadoras, María Vicente, con una clara vocación de autoempleo. Y es que, desencantados con la situación laboral que atravesaban los dos impulsores del proyecto aquel año, se decidieron a crear una cooperativa de trabajo asociado llamada "Articultura de la Terra Coop.V". En un principio, contemplaron la recuperación de tierras y la transformación agroalimentaria de productos ecológicos en las comarcas centrales. No obstante, las trabas administrativas para realizar varias actividades con diferentes epígrafes sanitarios y su pasión por la cerveza, les llevó a derivar su idea hacia la actividad de bebidas alcohólicas. En 2008 surgió la primera cerveza ecológica Lluna y su vino "Cavall Bernat".
Además de artesanas, sin filtrar ni pasteurizar, sus cervezas son ecológicas y veganas. Todos los ingredientes utilizados proceden de agricultura ecológica certificada, y tampoco ningún ingrediente o clarificante de origen animal. La gama de cervezas, que ahora busca crecer, se adapta, según sus creadores, a los paladares cerveceros más exigentes.
Sus productos se pueden conseguir, bien en su microcervecería, en una tienda física, o bien en una tienda on-line. Además ofrecen visitas con cata dónde explican el proceso de elaboración in-situ a los más interesados.
El secreto para existir, crecer y evolucionar a lo largo de doce años, según Vicente y Seguí es "mucho trabajo, dedicación y pasión por lo que hacemos. Calidad y reconocimientos internacionales. Clientes y restaurantes que se convierten en prescriptores de nuestras cervezas". Y es que, se han encontrado varios retos en sus inicios. Cuando empezaron, en 2007, quisieron apostar por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, para generar el mínimo impacto posible. Afirman que "no es fácil, y puede que no sea tan rentable económicamente como otros proyectos similares en convencional, porque las materias primas, por ejemplo, cuestan el doble en ecológico que en convencional. Pero lo vemos como única opción de futuro para el planeta".
No todo son trabas, porque gracias a su compromiso medioambiental, han obtenido la marca de calidad "Producto Artesano del Parc Natural Font Roja". Quieren se un ejemplo. "Con iniciativas como ésta y compromiso de la administración para fomentar la producción y el consumo de productos ecológicos y socialmente responsables, quizá se sensibilizaría más a la población". Estos emprendedores creadores siguen apostando por ello.