CASTELLÓ. Convivir en confinamiento con personas con demencia puede ser complejo si no se sabe cómo actuar. En primer lugar se deberán crear pautas y rutinas para organizar el día a día de estas personas en general, pero también existe una circunstancia muy concreta como son los casos en de agitación y alteraciones de conducta. Para lidiar con estas alteraciones, se han visto formas de relación y de comunicación que facilitan su manejo y que complementan la pautas que se puedan estar recibiendo desde neurología o psiquiatría, pero no las sustituyen. Se requiere de una escucha activa, centrada más en lo que la persona necesita o quiere que en lo que realmente está diciendo o haciendo.
Así nos permitirá; primero, poder ajustar su forma de ver las cosas; segundo, que nos vea como un apoyo útil que es capaz de empatizar; y tercero, desde ahí poder ayudar a la persona con demencia que está alterada, a construir una alternativa de conducta más ajustada a la situación que le afecta. No obstante, las personas que estén interesadas en abordar otros aspectos de la convivencia y cuidado de quienes padecen un proceso de demencia, pueden encontrar multitud de contenidos interesantes en las redes. Buen ejemplo de ello es la Web editada por la Fundación Pascual Maragall, que incluye algunas entradas específicas relacionadas con Alzheimer y confinamiento