ALICANTE. La histórica juguetera ibense Coloma y Pastor, con cuyos triciclos y correpasillos han crecido varias generaciones de españoles, abandona el sector del juguete para pasarse al ladrillo. Según publica el Boletín Oficial del Registro Mercantil, Coloma y Pastor acaba de inscribir un cambio en su objeto social, que venía siendo la "fabricación y venta de juguetes, juegos y objetos de puericultura", para dedicarse a partir de ahora a la "compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia".
La decisión ha sido adoptada por los sucesores de los Coloma y Pastor originales. El actual consejo, presidido por Jorge Guillem Coloma y con el propio presidente como consejero delegado solidario junto a Rafael Guillem Pastor y José Vicente Verdú Gisbert, ha decidido reorientar la actividad de la histórica firma juguetera después de que a duras penas sobreviviese al concurso de acreedores al que se vio abocado en 2013. En realidad, Coloma y Pastor no fabricaba sus famosos triciclos desde hace tres años, cuando vendió su marca junto con los moldes y diseños a una juguetera bielorrusa que la ha mantenido viva, de la que en un primer momento se convirtió en proveedor de componentes.
Coloma y Pastor entró en concurso de acreedores en 2013 por la caída de las ventas y la acumulación de deudas. La firma presentó un ERE para la práctica totalidad de la plantilla (30 personas) y mantuvo solo a cinco empleados para servir pedidos pendientes. Durante la fase de concurso, la bielorrusa PP Polesie JV Ltd. se interesó por adquirir la empresa, pero los propietarios prefirieron conservar la mercantil, con más de medio siglo de historia. Lo que sí vendieron fue la marca (Coloma) y los diseños asociados a la misma. De hecho, el registro de marcas de la EUIPO atribuye a la firma bielorrusa la titularidad de la marca desde junio de 2014.
La firma ibense logró salir del concurso gracias a este acuerdo, y el convenio de acreedores se aprobó a principios de 2014, con una quita del 19% de la deuda y una espera de tres meses para comenzar a cobrar el 81% restante. En un primer momento, la idea era mantenerse como proveedor de componentes para el nuevo titular de la marca, pero finalmente los propietarios de la mercantil han optado por abandonar definitivamente el negocio de sus antepasados y reorientar la actividad hacia el sector inmobiliario. La nueva Coloma y Pastor no se va a dedicar a contruir, según su objeto social, sino a la intermediación inmobiliaria: la compraventa de parcelas, naves, viviendas y aparcamientos. En este sentido, la mercantil declaraba inversiones inmobiliarias por valor de 3,2 millones de euros en 2015, las últimas cuentas anuales depositadas en el Registro.
El consejo también ha trasladado el domicilio social de la mercantil. Finiquitada la producción de juguetes, la nave en la avenida de la Industria de Ibi (a la entrada a la ciudad por el polígono de l'Alfaç, muy cerca de la sede del instituto tecnológico AIJU) ya no era necesaria. A finales del pasado año, Coloma y Pastor se trasladó a una nave más pequeña en la calle Virgen de los Lirios, sin salirse del mismo polígono.
El espacio que ha dejado libre la antigua juguetera en su histórica ubicación ha sido rápidamente ocupado. Según han explicado fuentes empresariales, la nave que fuera de Coloma y Pastor está ocupada ahora por la empresa ibense Bornay S.L., dedicada a la fabricación de tubos soldados para el sector del automóvil. Según las mismas fuentes, las instalaciones de la mercantil que preside Rafael Bornay Vilaplana, ubicadas en la avenida de Valencia (dentro del mismo polígono), se habían quedado pequeñas por la exigencia de la producción, de modo que ha ocupado la antigua nave de la juguetera.