CASTELLÓN. No pudo ser. Finalmente, el olmo de Navajas, un espécimen con casi cuatrocientos años de vida que preside, desde siempre, la plaza de este municipio castellonense, no se ha podido coronar como árbol europeo del año. En la gala, celebrada en Bruselas, en que este martes se han dado a conocer los resultados de las votaciones a lo largo y ancho del Viejo Continente, el ejemplar de Navajas ha obtenido 13.622 votos, lo que le ha valido para quedar en 12ª posición.
Tras alzarse con el galardón como el árbol español de 2018, este olmo de 19 metros de altura y más de 220 metros cuadrados de copa no ha podido superar a los ejemplares más votados del territorio europeo. De entre los 15 aspirantes, el más valorado ha sido el almendro de la colina nevada en Pécs (Hungría), que con 45.132 votos se ha alzado con el primer puesto.
Tras él, han completado el podio el roble de Abramtsevo, situado en la Federación rusa (39.538 votos) y la encina centenaria de Monte Barbeiro, en Portugal, que con 32.630 adhesiones ha quedado en tercer lugar.
Pero más allá del concurso, con la cita Navajas ha ganado visibilidad y, lo más importante, se ha logrado concienciar a multitud de personas en la importancia de preservar el medio ambiente, el objetivo principal de la iniciativa promovida por la Asociación Ambiental y la Organización de Propietarios de Tierras Europeas. Además, el olmo de esta pequeña localidad castellonense, al que ya revisan cada año, también ha ganado en medidas de protección y cuidados gracias a su clasificación para la final europea.