TEULADA-MORAIRA. Si no ocurre ningún imprevisto, el 2 de marzo se pondrá fin al primer gobierno que ha tenido el Ayuntamiento de Teulada-Moraira que no ha sido presidido por un alcalde que no sea del PP, o formación que ha acabado integrándose en el PP. Ese día, el 2 de marzo, el PP, a través de Raúl Llobell, recuperará la Alcaldía de Teulada-Moraira, un bastión popular, que había conseguido conquistar un tripartito integrado por Compromís, PSPV y dos ediles elegidos por las lista de Ciudadanos, y no exento de problemas: el primero, lograr que los dos regidores naranjas, pese a estar expulsados por su partido, mantuvieran su fidelidad a ese Gobierno de oxigenación, después ejecutivos monocolores, y que el PSPV no acabara deshilachándose, en dos partes, como al final ha sucedido, y que una de ellas, la formada por los ediles Héctor Morales y Alejandro Llobell, acabara revolviéndose contra su cese y consumara lo que todos temían: un voto de censura contra la alcaldesa de Compromís.
Más allá de las diferencias entre los dos regidores del PSPV que seguían en la disciplina del partido -la tercera, ya se integró en el grupo de no adscrito- y el resto de ediles -sobre todo, con la alcaldesa Rosa Vila-, la moción de censura tiene varias lecturas a nivel político. La primera y más destacada es el golpe que da el PP de Carlos Mazón sobre la mesa del mapa político de la Comunitat Valenciana, en un contexto difícil, como es la resaca de las elecciones catalanas, y el anuncio de Pablo Casado de renunciar a la histórica sede del PP en la calle Génova de Madrid.
Los dos ediles socialistas que han firmado la moción de censura, Héctor Morales y Alejandro Llobell, no eran dos ediles más del equipo de gobierno. Desde que comenzara el mandato tuvieron una posición muy crítica hacia la alcaldesa, Rosa Vila, y airearon muchas diferencias. O en otro casos, como el difundido por Alicante Plaza, usaban perfiles falsos en redes sociales para criticar al propio equipo de gobierno. Sobre todo, Morales ya protagonizó varios enfrentamientos con Rosa Vila. Y con anterioridad, la tercera edil socialista, Mamen Botija, ya dejó la disciplina del grupo por divergencias con Morales y Llobell. La gota que colmó el vaso fue el pleno de los presupuestos, del 4 de enero de 2021: los dos ediles, pese a tener competencias, votaron en contra y a los pocos días fueron cesados por la alcaldesa, además con evidentes alusiones de sus flirteos con el PP, que era el partido mayoritario. Es decir, el fantasma de la moción de censura comenzó a tomar cuerpo y casi todos sabían que era posible que se consumara.
El PP de Carlos Mazón no se anda con simbolismos y pax romanas en tiempos de pandemia, como ha demostrado. Allí donde puede, le arrebata una Alcaldía a los partidos de izquierda, aunque los ediles pasen de militar a un partido a ser no adscrito de la noche a la mañana. La nueva dirección del PP provincial de Alicante tomó posesión el 18 de julio y desde entonces ya ha ejecutado dos mociones y tiene presentada otra: dos contra alcaldes de Compromís (Agres, en enero, y Teulada-Moraira; uno contra un regidor del PSOE (La Torre de les Maçanes, el pasado mes de agosto).
La moción de censura de Teulada-Moraira tiene dos lecturas políticas: una local, el PP recupera uno de sus bastiones históricos, pero otra provincial. Los populares le mandan otro recado al portavoz de Compromís, Gerard Fullana, por su férrea oposición en la institución provincial, en concreto, por llevar al Tribunal de Cuentas la contabilidad del grupo popular en los ejercicios 2015, 2016, 2017 y 2018, en el que figuran alrededor de 460.000 euros de dudosa justificación, según ha venido denunciando la coalición valencianista. Por el momento, el Tribunal de Cuentas tiene abierta una investigación después de que el organismo rechazara la alegaciones del PP ante los hechos denunciados.
Paralelamente, el PP ha aireado la supuesta anomalía administrativa de que el asesor de Compromís en la Diputación de Alicante, Ximo Perles, ha defendido a clientes de las órbita de la coalición, como al Bloc y al Ayuntamiento de Xaló, en diferentes pleitos abiertos. Por ello, el grupo popular ha presentado una queja ante el Colegio de Abogados de Alicante y ha pedido al departamento de Recursos Humanos que compruebe si Perles ha infringido alguna norma interna por no poder la compatibilidad, pese a que Perles defiende que no ha cobrado por defender a la coalición en los citados pleitos.
Desde que se produjo el plante de los ediles socialistas a las cuentas de su propio gobierno de Teulada-Moraira y el posterior cese, la sombra de la moción de censura siempre ha estado sobre la mesa. Compromís pidió al PSOE comarcal que hiciera recapacitar a sus dos ediles, o que los expulsara, directamente; incluso, la dirección del PSPV comarcal salió en su defensa. Desde entonces, el secretario provincial, José Chulvi, ha estado en contacto con ambos con el fin de o bien trabajar desde la oposición, o bien recomponer puentes, algo que finalmente no ha sido posible. Los socialistas advirtieron a sus dos ediles de que había un línea que no se podía superar, el voto de censura. Pero la dirección socialista no ha podido hacer nada para impedirlo: únicamente, les ha expulsado una vez los dos regidores registraron el voto de censura con su firma, y la de los otros regidores populares. Los socialistas lo admiten: Morales y Llobell eran y son incontrolables, como lo eran en el seno del gobierno que compartían al inicio del mandato.