BENIDORM. El Juzgado Mercantil número uno de Alicante ha declarado culpable a la constructora Olga Urbana de su concurso de acreedores. Así, los herederos de José Ignacio de la Serna –fallecido en 2015– tendrán que hacer frente a una condena de 17,6 millones de euros en favor de los acreedores de la empresa, tal y . Fuentes de las dos partes han confirmado a Valencia Plaza la calificación del concurso como culpable, que adelantaba este miércoles el diario digital Vozpópuli.
No obstante, el futuro del pago es incierto, ya que la propia heredera presentó en su momento un escrito de renuncia a la herencia del socio principal de Olga Urbana, por lo que no hay más herederos, tal y como hace constatar la sentencia.
Tal y como han recordado fuente de Sareb, fueron ellos los que instaron el concurso para "apartar a los administradores y poder dar transparencia a la gestión a través de la intervención de un juez y un administrador concursal. Los hechos han demostrado que fue una decisión acertada. Sareb trabaja para impulsar la profesionalización del sector y eliminar las malas prácticas", concluyeron.
Hay que recordar que Sareb, que pidió que se calificase como culpable, anunció hace dos años que podría haber un desvío de fondos que alcanzarían los 23 millones de euros. Es más, indicaron que tras investigar la documentación, encontraran supuestas irregularidades en la dirección de la construcción por parte de Olga Urbana.
En el mismo sentido se pronunció ante el juez la administradora concursal, apreciando "una diferencia de 41 millones de euros entre el valor contable de las existencias inmobiliarias reflejado en las cuentas anuales cerradas a 31 de diciembre de 2013 (136 millones) y el valor de mercado atribuido a las mismas y dado en concurso de acreedores (94,9 millones) procedentes de informes de tasación elaborados por terceros sólo unos meses después".
Pero eso no es todo, el socio de De la Serna en Olga Urbana, Isidro Bononat, ha sido condenado a abonar 12,9 millones de euros. A esto, le añaden la inhabilitación de representación así como para administrar bienes ajenos por un periodo de 10 años. No obstante, puede recurrir la sentencia, que también le quitaría el derecho como acreedor contra la masa. Bononat alega que trató de abrir el concurso de acreedores, pero le fue imposible llegando incluso al conocido cese del empresario de la administración de Olga Urbana, donde empezaron a reflejarse los rifirrafes entre ambos socios.