ALICANTE. Punto final a la historia de una de las empresas que fueron enseña del sector textil en las comarcas de l'Alcoià-Comtat. La histórica Moltó Reig S.L., que durante cuatro décadas se ha dedicado al acabado, tintado y el estampado de productos textiles en la localidad de Cocentaina, ha dejado oficialmente de existir: el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme) de Alicante publica este miércoles el auto de extinción firmado por el titular del juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante el pasado mes de septiembre. El auto acuerda la extinción de Moltó Reig, aprueba el último informe presentado por los administradores concursales sobre el plan de liquidación (de junio de este mismo año) y los releva de sus funciones.
La histórica marca contestana, eso sí, se ha salvado de la desaparición, como la mayor parte de los 160 empleos que mantenía la firma antes de entrar en concurso de acreedores (por segunda vez) en 2016. Durante la fase de liquidación, la empresa alcoyana Life Textiles, creada en 2015 (aunque sus socios tenían experiencia previa en el sector) y que había sido cliente del grupo Moltó, presentó una oferta para quedarse con toda la unidad productiva de la firma, que fue aceptada por los administradores y posteriormente validada por el juez, al aprobar el plan de liquidación presentado en abril del pasado año. Life Textiles ofreció 140.000 euros por la marca y los bienes de la empresa, al tiempo que garantizaba 145 de los 160 empleos. En mayo de 2016, Life Textiles acometió una ampliación de capital para afrontar la operación, y el pasado mes de enero se formalizó la adquisición.
La oferta de compra aceptada por los liquidadores incluía expresamente el quedar libre de las cargas que aún arrastraba Moltó Reig, por varios de los bienes (maquinaria, sobre todo) hipotecados que formaban parte de la unidad productiva adquirida, así como deudas con la Agencia Tributaria. Parte de los 140.000 euros ofrecidos, de hecho, iban destinados a costar la cancelación de dichas cargas. De esta forma, la histórica textil ha podido comenzar desde cero su nueva andadura bajo la nueva gestión. La marca y la mayor parte del empleo se han salvado, pero la entrada de Life Textiles supuso el fin de la trayectoria empresarial de Santiago Moltó, que hasta el concurso de acreedores era además el presidente de la patronal del ramo, Ateval.
Moltó Reig, especializada en tintes y estampación y con un negocio que en 2015 alcanzaba los 17 millones de euros, se declaró en concurso de acreedores en 2009, casi en los albores de la crisis, al sumarse la caída de la actividad económica global a la crisis endémica que arrastraba el sector desde hacía años por la competencia china. Antes de declararse en concurso, de hecho, la firma de Santiago Moltó planteó el despido de medio centenar de empleados, que finalmente se reconvirtió en un ERE temporal. El concurso se salvó en 2011 con la aprobación del convenio por parte de los acreedores: una quita del 55% y un plan de pagos diferenciado para proveedores y entidades bancarias, que incluía un período de carencia de cinco años. Transcurrido ese plazo, sin embargo, la empresa se dio cuenta de que no podía pagar las deudas y tuvo que ir a liquidación. Moltó había dimitido como presidente de Ateval días antes de presentar el concurso en 2009.
La nueva Moltó construida sobre la base de Life Textiles, y que ahora opera bajo la denominación de J Moltó LT, alcanzó en 2016 un volumen de negocio de 1,9 millones de euros, muy alejado incluso de los peores momentos de su predecesora. No obstante, con la empresa totalmente saneada, su administrador único, Carlos Vicens, ha podido presentar un resultado positivo de 151.000 euros que se ha destinado íntegramente a reservas.