CASTELLÓ. Las elevadas expectativas con las que arrancó la campaña citrícola se han enfriado este año justo cuando las ventas se suelen animar. El día de San Nicolás, que se celebra el 6 de diciembre y es una festividad en la que es tradición regalar naranjas en Europa, está considerado como la antesala de la temporada Navideña, y abre el momento de mayor actividad para el sector en todo el año. Pero en este, y al contrario de lo que es habitual, la llegada del frío, que se ha retrasado en el resto del continente, ha supuesto una ralentización de las compras.
En ello coinciden diferentes actores del sector, tanto de las empresas comercializadoras como de los agricultores. Y no hay un único factor que pueda explicar el asunto. El hecho de que el frío haya tardado mucho en llegar a Europa, lo que desincentiva las compras, es una de las razones. De hecho, los precios en los lineales europeos han bajado en las últimas semanas, mientras en España se vienen manteniendo. Pero también hay cuestiones atribuibles a los propios productores valencianos.
Esta es la época de recolección por excelencia de la variedad reina de las clementinas, la clemenules, y después de que el año pasado la caída productiva hiciese que se registrasen precios estratosféricos, la caída es notable en esta, cuando se ha vuelto a un tonelaje habitual. "Con la clemenules nos llegan siempre los problemas", reconoce el secretario general de La Unió, Carles Peris. Por su parte, el presidente de Fepac-Asaja, José Vicente Guinot, señala que, cada vez más, debido al cambio climático, la producción de esta variedad "se concentra en muy poco tiempo" y esto dificulta su venta.
También Peris apunta a este problema y no esconde que es necesario acometer una ansiada reconversión varietal que permita mejorar los precios de la nulera. "No podemos estar 40 años con el volumen y los precios que tenemos de clemenules", indica. No en vano, entre las grandes cadenas de distribución europeas también se ha instalado un hábito de compra que marca "que en un momento dado de la campaña los precios tienen que ser más bajos". En la práctica, la clemenules se ha convertido en una especie de commodity para los supermercados continentales, que ven en ella una vía para atraer clientes.
A pesar de ello, y a la espera del impulso que debe tomar la campaña en los próximos días como paso previo a las fiestas navideñas, las cotizaciones actuales no son malas del todo e incluso dejarán un mayor rendimiento a los agricultores que hayan conseguido esquivar otros problemas. El principal es la falta de calibre, que afecta a buena parte de las clementinas y que las lluvias han ayudado a paliar en parte. También la afección del cotonet de Sudáfrica, sobre todo en algunas zonas de Castellón, ha dejado un porcentaje de la producción fuera de la cadena agroalimentaria.
En esta tesitura, Guinot pide a los agricultores que tengan paciencia para vender, de forma que se permita la regulación de los mercados "y la fruta pueda tener un buen precio, ya que la demanda existe". Donde parece que seguro serán mejores los precios es en las variedades de segunda campaña, como ya se comienza a comprobar con las primeras compras de clemenvillas, apunta Peris.
En cuanto a las naranjas, las navelinas se están viendo afectadas por la clareta, sobre todo en Valencia, una afección derivada de los episodios de lluvias y que obliga a destinar parte de la fruta a la industria de zumo, con la consiguiente pérdida de ingresos. Además, los elevados precios pagados en Europa de las últimas valencias sudafricanas han desincentivado las compras.
Aun así, la campaña está funcionando razonablemente bien, coinciden los actores, alejada eso sí de las ambiciosas previsiones del principio, que han dejado en punto muerto la que se preveía, por fin, una temporada redonda, que ya no se cumplirá.
