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¿Es diferente la política que hacen las mujeres?

10/06/2018 - 

ALICANTE. Juntarlas fue difícil: ¿Por qué hacer un encuentro solo de mujeres? ¿Haríais lo mismo con hombres? ¿No sería más interesante que ellos hablaran de política y feminismo? Muchas preguntas que abrían debates. Participaron Nerea Belmonte, no adscrita a ningún partido en la actualidad; María José Espuch, por Compromís; María José Molina, por Ciudadanos; Sofía Morales, por el PSOE; Marisol Moreno, por Guanyar Alacant; y Dolores Padilla, por el PP. Seis mujeres que retratan el estado de la política municipal respecto a ellas en el tercer año de la legislatura. Reunidas en la biblioteca del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, así fue la charla.

—¿Existe un techo de cristal en los partidos políticos de Alicante?

Marisol Moreno.— Según la definición, es un tope que la mujer no puede superar para alcanzar cierto objetivo. Si te refieres a que haya machismo en los partidos políticos que impide que las mujeres puedan acceder a puestos de poder, evidentemente este mundo patriarcal lo es. Y el machismo no solo lo ejercen los hombres, también hay muchas mujeres que lo ejercen.

Dolores Padilla.— Tenemos que trabajar para revertir el reparto de roles que nos aleja de espacios reservados desde siempre para los hombres. La participación en la vida política se ha visto incrementada gracias a medidas que se han tomado por instituciones. En el Partido Popular se ha dado un paso adelante en el acceso de las mujeres a las alcaldías porque han ocupado algunas muy importantes. Si hablamos de la local, es cierto que no tenemos el mismo número de concejalas que de concejales aunque en Alicante ciudad somos 14 mujeres y 15 hombres. Lo que es cierto es que en primera línea de política hay más hombres. Nosotras estamos en un 20% en esa primera línea.

Dolores Padilla. Foto: R.M.

—Cuando se hizo una encuesta sobre líderes de partidos solo había dos mujeres entre doce posibles: Eva Montesinos y Yaneth Giraldo.

María José Espuch.— Eso es porque vosotros habéis hecho esa estimación. Yo, por ejemplo, soy la número 1 de Iniciativa. Compromís es una coalición y Natxo Bellido es el portavoz de Compromís y del Bloc. Pero esto es una coalición. Cuando planteáis la encuesta lo hacéis sobre Manuel Alcaraz. no habéis escogido a la número 1 de Iniciativa sino otro hombre. A lo mejor el enfoque lo habéis errado vosotros. Evidentemente los cabezas de lista no hay más que verlos. Yaneth lo es por casualidad. Y no me malentiendas. Porque se fue un compañero y ella ocupó el puesto. No fue lanzada como cabeza de lista. Si miramos el inicio de candidatura no había más que Suni. Yaneth ha ocupado un espacio por circunstancias y es lo que pasaría con muchas. De hecho, encaré que pusieran a Manuel Alcaraz antes que la número 1 de Iniciativa. Quizá la prensa debe empezar a visualizar a las mujeres.

Sofía Morales.— Quizá el propio techo de cristal sea que no pregunten quién está al mando. Es la sociedad la que nos pone ese techo de cristal porque nosotras estamos donde nos toca pero tú [en referencia a Espuch] estás donde te toca y no se te reconoce.

María José Molina.— En Ciudadanos no hay techo de cristal. Corresponde hablar más de un laberinto de cristal porque ocupando primeros puestos nos toca trabajar más y demostrar más nuestro talento. En la política el techo de cristal está superado.

María José Molina. Foto: R.M.

Moreno.— Solo tienes que ir a las estadísticas municipales. Somos un 20%. No hablo de política, hablo de todo.

Molina.— Pero en Ciudadanos no he tenido ninguna sensación de que haya tenido más trabas que cualquier otro compañero. Y dentro de la política local tenemos que demostrar más por los estereotipos. Es más un laberinto de cristal.

Nerea Belmonte.— Creo que Ciudadanos precisamente fue quien dio más muestras de techo de cristal cuando comenzó la legislatura. Porque había solo una mujer de seis. Me podrás explicar las razones pero esa es una realidad. Y en las portavocías se ha hecho un trabajo responsable por parte del Partido Socialista y el Popular para que la mujer las tenga, aparte de que Ciudadanos lo sea por ser cabeza de lista. Han llevado la iniciativa a Compromís y Guanyar para desgracia de la presencia femenina en Alicante.

Espuch.— En Compromís es un equilibrio diferente. Hay estatus que hay que respetar entre los partidos que forman la coalición. No es un único partido. Nuestras caras visibles son lideresas, sin problemas.

María José Espuch. Foto: R.M.

Morales.— Hay algo que se visibiliza cuando te das cuenta que existe. Las soluciones nacen cuando existe un problema. Claro que hay un techo de crsital cuando los cabezas de lista son hombres. Que esté Yaneth no  significa que no haya un techo de cristal.

Molina.— En primarias se presentó Cifuentes y no hubo otro candidato.

Morales.— Hay un techo de cristal hasta en cómo repartimos lo que tú y yo defendemos. ¿Qué concejalías llevas? ¿Qué representaciones?

Padilla.— La política local lo que refleja es la sociedad. No debemos engañarnos en eso. Hay realmente un problema de la mujer para acceder a todos los estamentos de la sociedad. Lo que tenemos que intentar es luchar para que eso disminuya día a día. Tenemos una carga que no tienen los hombres: la conciliación. Y eso impide que muchas mujeres accedan, al igual que a otros puestos, a la política. Dije en 2006 que soy la primera mujer que dirige el Teatro Principal de mi ciudad, después de 160 años. Realmente eso te demuestra la dificultad de acceso a todo.

Moreno.— La política puede cambiar un sistema con una visión feminista que el patriarcado no permite que se cambie. Aparte de hacer campaña por nuestro partido. El techo de cristal no es que un compañero no te permita. Es una forma estructural. Las mujeres tenemos miedo al rechazo, al ridículo. Una cosa que nos han inculcado desde pequeñas. La política de las mujeres es totalmente diferente de los hombres: es más cercana, más de calle, más práctica. Esa visión es menos de medallas, no como la masculina. Muchas de las cosas que han pasado en la política de Alicante es por la política de la testosterona.

Marisol Moreno. Foto: R.M.

—¿Os esperabais el impacto de la manifestación del 8M?

Padilla.— Ha servido para que se pongan las pilas todo el mundo: el hacer visibles las cosas que queremos. Ha habido una visibilización mayor. No vamos a conseguir nada si no ponemos sobre la mesa día a día la brecha que existe. No podemos contentarnos. Se están consiguiendo cosas, como que la representación política en el Senado es de un 43% pero no tenemos que conformarnos con eso. Hay que seguir trabajando desde la política para que revierta en la sociedad.

Espuch.— El 8M no se gestó en el 8M. Lleva una trayectoria mucho mayor. Recuerdo cuando mujeres de toda España nos unimos en el tren de la libertad. Y conseguimos una unión que se pudo vivir las miradas de complicidad y que podemos llegar hasta donde queramos si nos organizamos. Y fuimos capaces de organizarnos. De ahí, nació un germen que no se ha roto. Esa red ha llevado a una manifestación importante no solo en Alicante. Las mujeres venimos demostrando que todas juntas -y lo siento por algunos partidos que no se han sumado- podemos llegar donde queramos. El 8M triunfa porque viene ya muy trabajado por mujeres que entramos en partidos políticos y sindicatos para que entre el feminismo. La política que no hagamos nosotras, nos la van a hacer a nosotras. Muchas mujeres hemos decidido dar el paso. Yo vengo de vender zapatos y he decidido que puedo aportar desde mi ideología en un partido y en un sindicato y trato de cambiar el mundo.

Molina.— Hay mucho que hacer todavía. Por eso yo decidí dejar de ser un espectador y meterme en política y poder trabajar. Me siento afortunada por poder dar voz a otras mujeres. Y me interesa mucho que la igualdad salga adelante y lucho por ello desde mi partido, en el ámbito local. Las mujeres estamos empoderadas y juntas vamos a conseguir más que por separado. En el siglo XXI ya no somos un complemento del hombre, hacemos nuestra propia política. Nos damos voz unas a otras, con diferentes ideologías y aún así nos apoyamos y queremos lo mismo.

Sofía Morales. Foto: R.M.

Morales.— Este 8M nace en 150 países. No es una manifestación de mujeres. Es una manifestación feminista. El machismo usa la fuerza en contra de la mujer. Y el feminismo no va en contra de nadie. Este 8M esperábamos esto. Y una repercusión más rápida al día siguiente. Pero que 150 países demuestren que estamos unidas para movilizarnos y que nos vean significa que hay mucha necesidad, que hasta aquí hemos llegado. Es un movimiento indignado. En dos días no se verá pero es muy importante.

Belmonte.— El 15M fue lo que me inspiró para meterme en política y fue la manifestación del 8 de marzo la que me dio fuerzas para seguir en política. Porque ambas lanzaban un mensaje: no estás sola. Dentro de una institución como es el Ayuntamiento en el que nunca había sufrido tanto machismo como he sufrido en él. Por parte de hombres y de mujeres, sorprendentemente. Y micromachismos, muchísimos. Puedo decir que es machismo porque lo puedo comparar con mi compañero no adscrito Fernando Sepulcre y el nivel de abusos que él ha sufrido no es comparable al que yo he sufrido. Por eso lo puedo afirmar. Y eso te va desgastando día a día. Y te sientes muy sola. Sobre todo, cuando algunas conductas vienen de otras mujeres.

Nerea Belmonte. Foto: R.M.

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