El consultor de Dénia analiza la burbuja de emprendimiento, reconociendo su lado positivo; pero temiendo la falta de creatividad. Pepe Crespo se muestra crítico con los dirigentes autonómicos. Pone como ejemplo que, mientras se innova alrededor del vino en La Rioja, en la Comunidad Valenciana discutimos sobre las ‘marquitas’. Considera que el perfil de emprendedor joven está en Valencia y los ‘experimentados’ en Alicante
ALICANTE. Quien cría emprendedores puede acabar teniendo buenos profesionales, pero no siempre empresarios. Este podría ser el resumen tras hablar largo y tendido con Pepe Crespo. El consultor y experto en estrategias de marketing de alta dirección destripa la burbuja de emprendimiento desde la experiencia y el conocimiento directo que tiene como profesor en distintos centros y coworkings como la Escuela de Organización Industrial (EOI), Fundesem BS y universidades de la Comunidad Valenciana.
De entrada, el fundador y socio de la consultora Prionomy asegura que “la burbuja no explota, ni se deshincha, porque no es de tipo inmobiliario. Es una burbuja dónde hay mucha gente en la que su área de confort es estar en el mundo del emprendimiento, sin llegar a ser empresarios nunca”. Tras años de experiencia y tutorizando proyectos, considera que la burbuja se rompe individualmente. “Algunos se cansan en el proceso y otros acaban. Que sólo acaba un 1%, pues oye está bien. Si acabara un 3 o un 4 muy bien”, pero es esa especie de ecosistema inflado el que, en opinión de Crespo, “está creando una especie de base empresarial muy pequeña, pero muy diferencial”.
El camino andado está dejando entrever diferentes perfiles de emprendedores en la Comunidad Valenciana. Para este consultor, el perfil de emprendedor joven está más arraigado en Valencia ciudad y por extensión en la provincia; sin embargo, el las otras dos provincias de la Comunidad es distinto. “Diría que en Valencia la media es de unos 27-28 años y, en Alicante, de 35-40. El perfil de emprendedor que todos tenemos en la cabeza lo vemos y está en Valencia capital y por extensión en Valencia provincia. Se entiende que emprender es joven”.
Respecto a la salud del mundo emprendedor, Crespo como doctor en Ingeniería Gráfica diagnostica una mala situación respecto a Europa. “La sensación que tengo es que nos falta autoestima. Hay demasiado emprendimiento que quiere ser mayor, es decir, quieren ser como los grandes y ese no es el camino del emprendimiento. El emprendimiento es hacer algo que hacen muy pocos y donde grandes y pequeños van a ti a comprarte. Es más atrevimiento que conocimiento”.
Pepe Crespo defiende más la flexibilidad y el intercambio que el establecimiento de pautas organizadas para el emprendimiento. “A mí lo que me falta en el modelo de emprendimiento que tenemos aquí es insuflar energía y valentía para hacer lo no establecido, lo que está por hacer”.
Frente a esa necesaria “frescura”, los emprendedores se encuentran con una farragosa y burocrática administración con la que se muestra crítico, sobre todo, por los fuertes componentes administrativos y la carga impositiva. “No hay una ley de emprendedores que te diga que durante los tres primeros años a lo único que te tienes que dedicar es a crear riqueza, a funcionar”.
También echa en falta avances importantes en “cosas que somos buenos como el turismo, restauración, agricultura, aunque en este último caso, hay avances que son minúsculos. Falta una orientación clara por parte de quién debería tener un conocimiento profundo de la realidad de nuestros sectores productivos”. Crespo pone como ejemplo La Rioja: “Allí hay una movida de carácter tecnológica alrededor del vino impresionante. Aquí tendría que ocurrir lo mismo con el turismo y aún estamos discutiendo sobre las marquitas. Parece que estemos compitiendo contra nosotros mismos”.
Pero la administración no es la única que pone en riesgos el ecosistema, también el propio modelo. Para el consultor de Dénia, “siendo muy necesario el encorsetamiento, esa metodología resta, no potencia la genialidad. En Valencia, lo he observado, por ejemplo, en Lanzadera donde algunos mentores intentan llevar el proyecto a lo conocido a por ellos”.
El choque entre el modelo actual de negocios y los nuevos que se están implantando tipo learn startup o canvas deja una fortaleza común y varios riesgos. Por un lado, los emprendedores han mejorado los procedimientos. “Están haciendo bien la parte de análisis, de reflexión, de profundización, los pasos a dar; aunque ese aspecto positivo a veces resta cierta frescura al desarrollo y en alguna medida frena la actividad en el mercado”, según director de Prionomy.
Este hecho tiene su razón de ser en las previsibles derivas laborales. “Vamos a un mundo dónde va haber dos tipos de profesionales: El inmerso en una gran empresa y el que se busca la vida ofreciendo un gran producto o servicio a otras empresas que también se están buscando la vida”.
Uno de los riesgos, y error común que Crespo detecta en sus talleres, es que los emprendedores “son capaces de diseñar un proyecto de servicios, pero luego tienen problemas para segmentar. Esto forma parte del miedo, porque piensan que si se dedican a una parte y no a todo, pueden perder mercado. La segmentación te obliga a perder una parte el mercado.
“Porque la venta es el momento de la verdad”, o al menos así lo entiende este experto en estrategia marketiniana. “Hay una especie de pánico escénico cuándo sales a vender. En cualquier caso, la falta de priorización de la venta es la carencia general de los emprendedores. En mis talleres intento transmitirles que una empresa es tener muy claro lo que quieres ser, qué quieres vender, a quién se lo quieres vender y, sobre todo, lo que quieres ganar”.
Sobre dos fenómenos continuados en el emprendimiento como los premios y los nuevos modelos, Pepe Crespo expone su necesaria presencia y convivencia. Los reconocimientos son “necesarios”, a su juicio, porque “son un estímulo. Partiendo de la base de que hay burbuja, ésta es la única manera de mantenerla, puesto que no hay materialización en empresas. Lo que no acabo de entender es porque a un mismo proyecto, se le dan cuatro premios ¿es que no hay más?”.
El cambio de estructuras empresariales han generado figuras. Según el también profesor de la EOI, un modelo con recorrido en la Comunidad Valenciana son las spin-off. En primer lugar, porque se adaptan a las necesidades de innovación y porque evitan las “manías” ya adquiridas dentro de las medianas y grandes empresas. “Creo que será el modelo que se impondrá porque es, quizás, el más natural en este territorio, donde encontramos empresas muy diversificadas y que se dan cuenta que para abordar cualquier nuevo proceso la única manera es externalizando o haciendo una spin off”.
“A MÍ LO QUE ME FALTA EN EL MODELO DE EMPRENDIMIENTO QUE TENEMOS AQUÍ ES INSUFLAR ENERGÍA Y VALENTÍA PARA HACER LO NO ESTABLECIDO, LO QUE ESTÁ POR HACER”
En el lado de la experiencia que aportan, Crespo resalta el papel de los coworkings. Cita como ejemplo el de la EOI Alicante, donde acaba de dar un taller sobre “clarificación estratégica”. “Valencia lo está montando muy bien. Alicante está empezando a funcionar también muy bien, incluso algunos podrían hacerle sombra a los de Valencia. Lo importante es que haya movida, que la gente se junte, que se entere de lo que están haciendo unos y otros. Son la manera más normal y menos estandarizada de trabajar”.
Tiene sentido que haya un coworking en cada sitio donde hay ilusión empresarial es una manera de que las personas tengan acceso a compartir conocimiento ilusiones pero también es cierto que da igual que sea modelo de coworking o asociación.