XIXONA. La consellera de Medio Ambiente, Elena Cebrián, reconoce que la implantación del nuevo sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) está por afinar. Y Cebrián lo dice sobre todo por parte política: la consellera quiere mantener cuántas reuniones sean necesarias para consensuar la iniciativa. En el ámbito técnico, se están ultimando los informes, pues ya existe un borrador del anteproyecto de ley que debe regular ese plan y que ahora estudia el Consell Assessor i de Participació de Medi Ambient.
Cebrián ha hecho estas declaraciones en la Fira de Nadal de Xixona, donde ha asistido a la inauguración junto a otros miembros del Consell. Y lo hace después de la diferentes reacciones que se han producido por parte de la patronal contra el futuro sistema de reciclaje. La titular de Medio Ambiente, como ya adelantara este miércoles, está a la espera de cerrar el encuentro con el presidente de Cierval, José Vicente González, para estudiar y analizar cuáles son las razones por las que los supermercados ponen objeciones al SDDR.
"Es un sistema complementario al actual y no debe porque generar problemas", ha señalado la consellera. "Además, el objetivo no es otro que se perfeccione el sistema actual y que los residuos lleguen a las plantas de reciclaje todavía más seleccionados y separados. Eso mejora la eficiencia de todos, de las plantas de gestión", ha añadido.
Cebrián sí ha dejado claro que una vez resueltas las diferencias con los empresarios, el sistema SDDR debería echar a andar, tanto en Les Corts, para que se apruebe definitivamente el marco legislativo y posteriormente su puesta en aplicación. La idea, según la Conselleria de Medio Ambiente, es que la entrada en vigor sea transitoria dentro de 2017 y que una vez superado ese periodo, ya en 2018, entre en funcionamiento de forma definitiva.
"Habrá un periodo de adaptación", ha dicho la titular de Medio Ambiente, con el objetivo de que "si hay que hacer correcciones se harán". Cebrián ha dejado claro que pretende mantener las reuniones que sean necesarias para analizar y corregir cualquier disfunción que se plantee.
La Conselleria de Medio Ambiente intenta hacer pedagogía del sistema y para ello utiliza tres argumentos: es complementario con los contenedores de colores o cualquier otro sistema de gestión; el comercio cobra por cada envase que recupera, y, sobre todo, el comercio escoge "aceptar el envases vacíos manualmente o si quiere automatizar el retorno". Tiene al alcance tecnología para hacerlo.
Esto último y que el sistema no sea universal en todo el territorio nacional es lo que genera más rechazo entre los supermercados, como ya dejó entrever el pasado lunes el presidente de la cadena de supermercados Masymas, José Juan Fornés, en una entrevista concedida a Alicante Plaza.
Otro de los argumento de la Generalitat es que el sistema SDDR tiene por objetivo evitar el abandono de envases en el territorio. " Somos una comunidad turística de la que el principal activo es un medio natural y unos municipios en las mejores condiciones ambiental y sanitarias. Nuestras playas, municipios del litoral, deben estar libres de envases. El SDDR es la garantía, defienden desde el departamento de Medio Ambiente.