CASTELLÓN. Los frecuentes episodios de lluvias que se han sucedido en la provincia de Castellón y en toda la Comunitat Valenciana estas semanas y especialmente en los últimos días, con campos inundados en muchas ocasiones, han sumido en la incertidumbre una campaña citrícola que se presentaba idónea por el aumento de la producción y los buenos calibres que, gracias al agua caída en octubre, iba a presentar la fruta. Tanto es así que después de varios días sin poder entrar a recolectar naranja, los empresarios no acaban de tenerlas todas consigo, máxime cuando parte del tonelaje, todavía por definir, quedará dañado por la humedad.
Y esto a las puertas de uno de los momentos clave de la temporada. La próxima semana los comercios y cooperativas tienen que comenzar a trabajar en los envíos para la festividad de San Nicolás, que se celebra el 6 de diciembre sobre todo en los Países Bajos y en la que es costumbre regalar naranjas. Esto debería suponer un empujón para las ventas, que por el momento están funcionando "muy lentas", señala el presidente de la patronal de exportadores de Castellón (Asociex), Jorge García.
Con la salida, por fin, de la fruta del hemisferio sur en los lineales de los supermercados europeos, parecía que había llegado el momento de la naranja valenciana, pero ahora la amenaza llega en forma de abastecimiento. Aunque las empresas exportadoras habían recolectado en previsión de las lluvias, las cámaras ya están vacías y, aunque ya no llueve, todavía es prematuro entrar a recolectar, debido a que la persistencia de humedad en la piel de los frutos los puede dañar en los días siguientes a su recolección. Por eso García pide prudencia a la hora de entrar a los campos: "Hay que mirarlo bien. En caso contrario, puede salir a la venta fruta en condiciones que no son las idóneas".
En este sentido, exportadores y productores centran sus esperanzas en que las temperaturas se mantengan bajas y sople algo de viento que ayude a secar la naranja en el árbol. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ya ha alertado de la posibilidad de que se produzca el temido pixat, que ya arruinó la campaña 2014/2015 con lluvias incluso más tardías. El secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders, Carles Peris, también apunta que la aparición de este hongo "dependerá de cómo evolucionen las condiciones meteorológicas. Si se producen altas temperaturas y humedad el problema se agravará".
Todavía es pronto para aventurar si esta afección finalmente tendrá una incidencia destacada durante la campaña. Pero lo que sí es cierto es que el volumen de fruta actualmente disponible es reducido, con campos inutilizados durante días. Y es que muchos huertos, sobre todo de la provincia de Valencia, se han visto seriamente afectados por las ingentes precipitaciones del pasado fin de semana.
Tal es el poder de la climatología en las cuestiones agrarias que incluso se deja ver en las negociaciones del nuevo convenio colectivo de los collidors. Aunque no hay acuerdo, el hecho de que no se esté trabajando como se debería en una temporada normal ha modificado el diálogo que se da cada dos años entre la patronal y los sindicatos. A estas alturas de la negociación, lo habitual es que las organizaciones sindicales hubieran presentado ya un preaviso de huelga con el fin de agilizar la negociación. Pero con los trabajadores faltos de jornales debido a las lluvias, pesa más la necesidad de salir a trabajar al campo que la presión para lograr un convenio positivo. Habrá que ver si el próximo 3 de diciembre, en la nueva reunión, las cosas han cambiado.