ALICANTE. La planta de Playmobil en Onil, donde la multinacional alemana tiene su filial española, completó un buen año en el ejercicio que cerró en marzo de 2020, justo en los primeros compases de la pandemia del coronavirus, pese a que la Navidad anterior ya había sido complicada por la caída generalizada de las ventas. Las cuentas anuales de Playmobil Ibérica reflejan una caída del 12% en su volumen de negocio, que se redujo a los 62,3 millones de euros (frente a los 71,9 millones del ejercicio precedente).
No obstante, la filial española de la multinacional mantuvo un resultado de explotación positivo y las operaciones financieras realizadas por la matriz permitieron cerrar el año previo a la pandemia con un beneficio de 2,5 millones de euros después de impuestos, con apenas un ligero retroceso respecto a los 3 millones del ejercicio anterior. Durante el ejercicio cerrado en marzo de 2020, además, Playmobil Ibérica hizo fija a la mayoría de su plantilla (un año antes lo era solo la mitad): 33 hombres y 38 mujeres, según la memoria de las cuentas.
La fábrica de Onil produce en España los conocidos juguetes de la marca alemana, que ha recuperado el brío gracias a las licencias. Así, funcionaron especialmente bien los productos de Spirit y Los Cazafantasmas, y la firma con sede en Onil decidió incorporar el año pasado nuevas licencias, como Regreso al Futuro o Heidi, que también han tenido una buena recepción. Pese a todo, la floja campaña de Navidad de 2019 ya impactó en las cuentas de la firma alicantina antes de que estallase la pandemia, en las dos últimas semanas de su ejercicio fiscal.
Durante el estado de alarma, la empresa siguió operando con normalidad en su planta de producción, a la entrada de Onil, pero sin embargo aplicó un ERTE a los cinco empleados de la tienda propia que gestiona en Madrid (la FunStore en el centro comercial Plaza Norte, de San Sebastián de los Reyes) y a varios miembros de su equipo comercial, que se reincorporaron a sus puestos con la finalización de las restricciones de esta primera etapa. Las cuentas de 2020 anticipan el posible impacto de la pandemia en el ejercicio en curso, pero no lo cuantifican.