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en elche, petrer y villena; pequeñas fábricas que trabajaban para terceros

La transformación del calzado reta a los pequeños: tres fabricantes a concurso en una semana

24/05/2019 - 

ALICANTE. La profunda transformación que está experimentando el sector del calzado a todos los niveles ha empezado a desafiar el modelo de negocio de las empresas más pequeñas. En solo una semana, entre los días 13 y 18 de mayo, tres firmas del sector se han declarado en concurso de acreedores en la provincia de Alicante, según las distintas publicaciones en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Se trata en todos los casos de firmas con plantillas cortas, sin marca propia y con facturaciones anuales de entre 1 y 10 millones de euros.

Así, el 13 de mayo se declaró en concurso voluntario de acreedores la firma Blauner Shoes, de Elche. La empresa, con una plantilla de una veintena de personas y 10 millones de euros de volumen de negocio, está ubicada en la Partida Alzabara de Elche. Poco después, el 16 de mayo, se acogía al concurso voluntario de acreedores Deborah Sach, de Villena. En este caso, se trata de una empresa con una decena de empleados y cerca de un millón de euros de facturación, según sus últimas cuentas anuales, especializada en la fabricación de calzado de señora y caballero tanto para el comercio minorista como para otras marcas del sector. Recientemente, Deborah Sach se había mudado a unas nuevas instalaciones en el polígono del Rubial.

La tercera empresa en acogerse al concurso de acreedores en la citada semana fue Aypel 15, una pequeña firma de Petrer. En este caso, según la publicación del BOE, el deudor ha solicitado directamente la liquidación. Su última cifra de ventas conocida rozó los 800.000 euros, y contaba con una plantilla de 12 empleados.

La presidenta de la Asociación Valenciana de Empresas del Calzado (Avecal), Marian Cano, explicó a preguntas de Alicante Plaza sobre la acumulación de procesos concursales que muchas pequeñas empresas del sector están teniendo dificultades para superar la transformación tecnológica, así como otros retos coyunturales como la caída de las exportaciones en los mercados clásicos o la aprobación del nuevo convenio colectivo. "En un contexto tan exigente como este, las empresas pequeñas sin una marca propia potente lo pasan peor", argumentó.

Cano descartó que haya una afección general sobre el sector, aunque sí advirtió que la caída de las ventas en las empresas terceras para la que trabajan estas pequeñas fábricas, así como los cambios en la moda, pueden estar pasándoles factura. "Ahora se han puesto de moda las sneakers, y puede que las empresas que antes contrataban estas fábricas hayan buscado otro fabricante especializado y ya no vengan a fabricar aquí". La pérdida de un gran cliente de estas características puede ser definitiva para una pequeña empresa cuya cuenta de explotación va al límite.

La tercera pata de esta transformación, junto a la pérdida de mercados clásicos y el cambio en los gustos, sería la transformación digital. Un proceso en el que vienen trabajando las grandes del sector desde hace ya unos años, pero que está fuera del alcance de estos pequeños talleres. La impresión 3D, la mecanización de procesos o la venta online han elevado la exigencia hasta umbrales que solo las empresas más fuertes pueden soportar, según este análisis.

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