El valenciano y ex alumno de la UJI, ha recibido el premio ATRAE a la 'Mejor traducción y adaptación para doblaje' por su trabajo en la distópica serie estadounidense
CASTELLÓN. "Un regalo perfecto. Una niña atrapada en una caja, ella solo baila cuando alguien abre la tapa, cuando alguien más la persuade. Si esta es una historia que estoy diciendo, debo decírselo a alguien. Siempre hay alguien, incluso cuando no hay nadie. No seré esa chica en la caja." Puede atraparle su puesta en escena, o no hacerlo, pero los diálogos de El cuento de la criada erizan la piel. Su historia, para quien todavía no la conozca, gira alrededor de un mundo distópico en el que Estados Unidos se ha convertido en Gilead, una ciudad teocrática donde las mujeres han perdido su identidad para someterse a la necesidad de los comandantes -y de Dios-. El país necesita repoblarse y ellas, las criadas, deberán sufrir sistemáticas violaciones para poder conseguirlo.
La trama, mucho más enrevesada, es obra de Margaret Atwood, escritora canadiense que acostumbra a teñir sus textos de crítica social, en especial, sobre el trato a las mujeres. Ejemplo de ello sería claramente The Handmaid's Tale, novela que publicó en 1985 y que es ahora, más de treinta años después, cuando está recibiendo su merecido reconocimiento. Fue el productor y guionista Bruce Miller quien quedó prendido de su talento y decidió plasmar su historia en televisión a través del canal de pago HBO, dándole así a conocer por todo el mundo.
A la producción no le faltan galardones como el de 'Mejor serie dramática' o 'Mejor actriz' por el trabajo de su protagonista Elisabeth Moss, pero tampoco le sobran reconocimientos por el trabajo de guión. Una labor, la de su director Bruce Miller, que en su doblaje al español ha quedado bajo la tutela del valenciano Javier Pérez Alarcón, quien tampoco carece de gratificaciones. En efecto, el traductor ha sido recientemente premiado a 'Mejor traducción para doblaje de obra estrenada en TV, DVD o plataforma en línea' en los VI Premios de la Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (ATRAE) por su trabajo en la primera temporada de la serie, junto a Roger Peña.
Javier Pérez (València, 1990) iba para arquitecto técnico como su padre. Sin embargo, algo le decía que prefería probar con la traducción y decidió cambiarse al bachillerato de letras. Desde entonces, fue directo a por su objetivo: especializarse en la traducción audiovisual. Razón, por la que además optó por matricularse en la Universitat Jaume I, donde se graduaría en 2013. Y es que por aquel entonces, el centro de Castellón era de los pocos donde se ofrecía un itinerario audiovisual con el que poder especializarse desde la carrera, mientras que otras universidades solo disponían de alguna asignatura suelta.
Desde que dejará atrás el mundo académico, el valenciano no ha parado de trabajar y ha traducido para doblaje series como Día a día, Britannia, Harlots: cortesanas, The Son o Star Trek: The Animated Series; además de películas y documentales como Musa, El justiciero (Death Wish) o Noche de venganza. También, se ocupa del subtitulado para plataformas de VOD y forma parte del claustro del Máster en Traducción Audiovisual de la Universidad Europa de Valencia. Y además, este no es su primer premio ADAE, ya que recibió otro galardón en 2016 a mejor traducción para voces superpuestas por Viajes espaciales.
-Has traducido más de 100 obras para doblaje, pero ¿cómo llegó El cuento de la criada hasta tus manos?
-Estaba tomando café, cuando me mandaron un correo desde el estudio Deluxe de Barcelona. Les había hecho ya un par de adaptaciones, saben que me documento antes de trabajar y por eso pensaron en mí. A raíz de ello, me contaron que tenían un proyecto nuevo, la adaptación de una novela para televisión, The Handmaid's Tale, que pesar de no haber leído, me sonaba mucho porque la gente ya empezaba a hablar de ella. Así que acepté.
-Y desde ese momento, ¿cuáles son los pasos que ha de seguir todo traductor?
-En mi caso, quería primero de todo leer la novela para conocer las muletillas y expresiones que utilizaba Margaret Atwood, pero me topé con que la obra estaba descatalogada. No obstante, sabía que iban a publicar una nueva edición en el mismo día que se estrenase la serie, por lo que me puse en contacto con la editorial Rafa Luna para que me mandasen un ejemplar. A los días me llegó sin problemas, a falta de revisarse cuestiones ortográficas y de estilo.
Por otro lado, también se me envió a casa el material de la serie, así que me puse a trabajar en el guión con el Word y los vídeos con el VLC. Siempre se sigue el mismo orden: traduces, los revisas varias veces junto al vídeo, lo mandas al estudio de grabación, el ajustador comprueba si se necesitan retoques para que el texto entre bien con las voces de los actores, se vuelve a modificar y ya se manda al rodaje. Por último se mezcla el contenido, se envía al cliente, se emite en televisión, y ya la gente se queja en Twitter [ríe].
-¿Se curan mucho las productoras y cadenas de televisión de las posibles filtraciones?
-Por defecto, de cualquier cosa que estoy trabajando no puedo decir nada hasta que se estrene, pero cuando se trata de una serie de tal magnitud, hay muchas medidas de seguridad: te dan los materiales con contraseñas, el vídeo en blanco y negro y con numerosas marcas de agua, e incluso en la misma imagen aparece tu nombre, para que si se filtra se sepa automáticamente quien ha sido. Es evidente, que como profesional no lo vas a difundir porque quieres seguir trabajando, y sabes que en cuanto hagas eso, se termina tu carrera. Igualmente, si sucede, no se va a ver casi nada. Los vídeos no llegan en HD ni mucho menos, están a 480 píxeles. Muchas veces no sabes muy bien lo que has visto hasta que lo ves estrenado.
-Hablemos más sobre cómo preparar los doblajes, ¿hay que fijarse en la cultura popular para nutrir de guiños las adaptaciones?
-Precisamente este año soy profesor en un master sobre intertextualidad y cultura popular. Las series están cargadas de referencias a otras series o películas anteriores, por eso cuanto más conozcas la cultura popular, más fácil va a ser que detectes esas referencias. La traducción busca que tanto el espectador de la versión original como de la doblada, tengan la misma sensación ante la historia. Si en El cuento de la criada tradujéramos literalmente la frase "may the force be with you" como "que la fuerza esté contigo", perdería el sentido; por eso, se ha adaptado como "que la fuerza te acompañe".
Al final los guionistas son profesionales que viven en este mundo de las referencias que puedan tener. Por ejemplo, yo que tengo casi 28 años y me he criado con los Simpson, enseguida detecto los guiños a la serie, porque la conozco casi de forma obsesiva. En el caso de El cuento de la criada es cierto que no hay demasiadas referencias, alguna a Friends y poco más, pero especialmente las comedias suelen ir cargadas. Nuestro trabajo como traductores es captarlas y traducirlas lo mejor posible, pero hace falta documentarse, tener una base previa.
De todos modos, aquí entra en juego otro aspecto, el de los derechos. En ocasiones en las películas aparece por ejemplo un televisor dado las noticias en el idioma original de la serie y no lo podemos cambiar, porque aunque en EEUU se han podido pedir los derechos de autor para utilizarlos, esto pierde vigencia en otro territorio. Lo ideal sería que pudiésemos manipular esos extractos y doblarlo al idioma original para que el espectador de aquí no note nada extraño.
-¿Es un de los grandes hándicaps de tu trabajo conocer el guión y, con ello, todos los "spoilers" al momento?
-Realmente no son spoilers. Salvo casos contados en los que me han dado, por ejemplo, el capítulo cuatro antes que el tres, las veo por orden. De hecho, en las series nuevas te suelen dar los capítulos semanalmente, como si fueras un espectador más. La única diferencia es que yo las veo cuatro meses antes del estreno, y es aquí donde aparece igual el mayor hándicap, en lo que a las series se refiere. He de retenerme mucho mientras los espectadores comentan la serie porque no recuerdo exactamente si algo pasaba en un capítulo u otro.
-¿Existe una tendencia al alza por consumir contenido en VOSE, frente al doblaje?
-Con esto pasa lo de siempre...que la gente se cree que sabe más de lo que conoce. Si se consume más contenido en versión original es por la mera cuestión de que ahora es más accesible. Antiguamente era muy difícil ver contenido en VOSE, sólo se podía acceder a través de los DVD. También es verdad, que mucha gente dice que consume series o películas en original, pero los cines de versión original no dejan de cerrar y además las estadísticas dicen otra cosa. Netflix sacó un estudio sobre la segunda temporada de Stranger Things que reflejaba como entre el 70 y 80 por ciento de los espectadores vieron la serie doblada. Igualmente, la misma empresa está doblando series como es el caso de La casa de papel o Las chicas de cable, en países donde tradicionalmente se optaba por el subtitulado, como Estados Unidos.
-¿Como consumidor hacía cuál te decantarías?
-Según me de, si se que el reparto de doblaje es bueno, escojo esta técnica, aunque en casa intento ver también en VOSE. Al final, ambas tienes sus pros y sus contras. Con los subtítulos se pierde más información, puesto que si hablan tres personajes, solo puedes subtitular a dos. Y en el doblaje el único inconveniente que encuentro es que te pierdes parte de la interpretación vocal del actor, aunque muchas veces también hay que conocer el idioma para valorar si un actor lo está haciendo realista o no, empero a los subtítulos. No obstante, es evidente que muchas veces hay que darle también un giro a la traducción para que concuerde con la boca del actor.
Fue una serie británica de humor corrosivo y sin tabúes, se hablaba de sexo abiertamente y presentaba a unos personajes que no podían con la vida en plena crisis de los cuarenta. Lo gracioso es que diez años después sigue siendo perfectamente válida, porque las cosas no es que no hayan cambiado mucho, es que seguramente han empeorado