ALICANTE. Miqui Puig, ex vocalista de Los Sencillos, presentará el sábado 9 de febrero, dentro de la programación de conciertos matinales Movistar+ en Las Cigarreras, "15 Canciones de amor, barro y motores". Un disco que arrancó el pasado mes de diciembre con "Raros”, el primer single de este nuevo trabajo. El polifacético artista catalán actualmente profesor en la Academia de OT, nos adelanta esta canción, solo la primera de 14 más que componen el nuevo retoño:
“Raros está inspirada y basada en el acto diario de ser diferente ante la norma.
Raros estuvo por miedo guardada en un cajón más de diez años.
Raros ahora tiene sentido, creo que mucho.
Raros somos todos.
Raros está tocada por la ACP, con la colaboración de SVPER y coros de la LAV all stars.
Raros contiene samplers de house de Nueva York, tambores de Brasil y un trombón.
Raros tiene siete acordes, ninguno menor.
Raros tiene referentes claros, que pagaron caro ser pioneros.
Raros también va por ellos.
Raros no quiere, pero es una canción protesta”.
El ex de Los Sencillos explica sobre su nuevo trabajo que se editará en formato disco, mixtape y cassette: "Tengo un disco nuevo: con canciones muy mías. Hecho en casa, con libreta, lápiz y método". En este primer concierto, el cantante se rodeará de la banda Asociación Cicloturista Puig (ACP), sus fieles escuderos que le arroparán para plasmar en directo el sonido de su próxima mixtape.
La Associazione Ciclistica Popolare lleva tocando guitarras y tambores desde el año 2013 cuando Miqui Puig refundó su banda de acompañamiento. Puig después de cantar para Los Sencillos siempre ha tenido muy claro durante toda su carrera en solitario que el sonido define, marca y evoluciona dia a dia.
En el concierto de Alicante, Miqui y la ACP harán un híbrido de su anterior disco, Escuela de capataces, y la presentación del nuevo larga duración, que estará en el mercado en breve. En este mismo evento, la cantante alicantina Pilar Arejo presentará su nuevo single "Mirar sin abrir la puerta".
-Después de retomar tu carrera en solitario, parece que has cogido carrerilla.
-Bueno, carrerilla no, simplemente que o sigues, o te vuelves a parar. Mi manager me lo dejó muy claro: “si volvemos, después de 9 años, luego ya no se puede parar”. El anterior disco, Escuela de capataces, fue un poco como volver a la ruta, volver a ponerme en órbita, volver a verme, "Miqui está bien y no hace revival, no hace sólo canciones de Los Sencillos". Han pasado 14 meses desde aquel disco y toca volver a presentar material, a hacer canciones, hay que volver al trabajo, así es que me he puesto las pilas, me metí en el despacho con la libreta y salieron los nuevos temas.
-Y evolucionando musicalmente, no repitiendo la fórmula que ya te ha funcionado, añadiendo nuevos ritmos a ese estilo northern tuyo, tan británico.
-Sí, pero hay de todo. Cuando la gente escuche el nuevo disco, verá que de repente hay picoteos a cosas diferentes. A mí me obsesiona que una canción pueda tener ese ritmo northern que nombras, pero luego lo que tenga por encima sea distinto. Que de repente una canción sea como muy clásica, en guitarras y estructura, pero haya unas reverberaciones curiosas. Yo creo que el "sonido Miqui Puig" ahora mismo es un sonido muy particular que lo hemos querido explotar e ir incluso más allá.
-Tirando también de electrónica.
-Hemos robado mucho de mi colección de samplers, buscando en discos y rebuscando. Me planté en el estudio con más de 200 samplers, muestras de sonido que quería utilizar y que al final han ido como salpimentando lo que hago yo, que son canciones pop, pero dándoles un toque muy particular y, sobretodo, esa estructura que buscaba, como de mixtape, en sesión continua.
-Influencia de tu trabajo como Dj…
-Sí, pinchando y como locutor de radio. Piensa que cuando estoy haciendo el programa de radio de iCat, que hago semanalmente, tengo como dos libretas, una para el programa y otra para ideas que voy cogiendo para ACP y para futuras producciones mías. Escuchar mucha música de baile actual y antigua me ha abierto muchas puertas. Es muy divertido aquello que hacemos los artistas de tomar notas y que las canciones, cuando son esquemáticas, les ponemos nombres muy curiosos, en este caso había muchas con títulos tipo "Calypso", "Cumbia", "Bossa nova", ritmos no muy habituales en el pop y que ha nosotros nos resultaban sugerentes. El otro día, Carles Chiner, del grupo valenciano Gener, que han colaborado poniendo coros en el disco, me decía que una de las canciones tenía un aire a la Lambada, y me pareció fascinante este crossover total.
-Ya estaba bien que llegara esta influencia de la música latina al pop. Hay mucha gente que ha visto como un hito que J Balvin fuera portada del Rockdelux.
-Yo soy muy fanático de Gato Pérez, de Rubén Blades, de la salsa de Fania, de SalSoul, el sello aquel que mezclaba disco con música latina, y eso es algo que hablábamos hace poco con un ingeniero cubano, con el que estoy trabajando, y yo le decía que no voy a pretender nunca hacer rumba, ni hacer salsa, pero sí pueden haber toques o instrumentaciones. Hubo un momento especial, cuando apareció por el estudio un amigo que ha grabado los vibráfonos y las percusiones, aportando un sonido clave en el disco.
-La importancia de la música que uno ha escuchado. Posiblemente para los músicos anglosajones es algo más exótico, exógeno, pero para los músicos del entorno latino, se han educado el oído con estos ritmos.
-Sí, y en Catalunya la rumba imagínate lo presente que la tenemos a diario.
-Pero luego llega Rosalía y enciende a las masas haters.
-Bueno, ¿por qué he hecho Raros (primer single del nuevo disco)? Raros va de eso, va de que no sé por qué razón todo el mundo tiene que ser blanco o negro, pero en todo. Y en lo de Rosalía hay momentos surrealistas, con lecturas de gente que yo quiero creer que cuando escribe, lo hace convencida de que su pensamiento es positivo, aunque seas un hater, tú estás convencido de que tienes razón. El otro día un amigo músico me dijo que tenía un hermano que era nazi, pero es que su hermano tampoco es feliz, porque es un raro, él quiere tener razón y alguna razón de ser debe tener. Pero sabemos que en España y en algunos países latinos, toda esta historia de cuando alguien triunfa, odiarlo, es muy normal.
-Tu paso por la televisión, que es la manera de situarte en el foco mediático, y hater, en el mainstream, también te ha ayudado para quitarte prejuicios de encima.
-Pero es que yo no los he tenido nunca. La gente a veces cree que tú vives en el underground, y a mí ya me criticaban por pinchar a Nino Bravo, o cuando para una portada de El País, me disfracé de Massiel. Yo soy megafan de Julieta Venegas, y Julieta es mainstream, pero con una calidad soberbia, y soy capaz de escuchar cosas absolutamente mainstream y decir “uauuuu”. De hecho, en mi programa estoy pinchando ahora mismo mucha música de baile mainstream y ojalá el underground tuviera el atrevimiento que tiene la música de baile mainstream en muchas ocasiones. Nunca he tenido ningún tipo de prejuicio. Creo que el tema central es cómo los artistas enfocan su vida. Hay muchos artistas underground que se quejan del mainstream, pero cómo se van a quejar, si su planteamiento ya es así de cerrado. Yo, cuando trabajo con grupos nuevos, siempre les digo que si todo el mundo va en una dirección, tú debes ir hacia la contraria. Ese es mi sonido, el que estoy buscando, un sonido personal, dentro de unos patrones, yo no me he inventado nada, pero intento, viniendo de donde vengo, un tío de 50 años, con mi historia con Los Sencillos, etc., buscar un espacio. Lo ridículo es cuando ves a gente de mi generación que quieren sonar como estos grupos de festivales, o gente que van todos a grabar al mismo estudio, para tener el mismo sonido que hace todo el mundo, porque creen que así van a llegar a los festivales. Rosalía va a estar en todos los festivales del mundo, ojo, ¡del mundo!, sonando distinto, sonando distinta.
-¿Y cómo te lo haces, con tanta actividad?
-Jeje, yo siempre cuento lo mismo, me gustaría levantarme cada día a las 8, desayunar sano e irme al estudio hasta las 8 de la tarde, y vivir del estudio y producir. Pero soy un autónomo, tengo que hacer todo lo demás para pagar las facturas. Intento desarrollar siempre mi parte de no parar nunca, de estar investigando. Este disco es muy curioso. Hicimos todas las melodías y me pasé mes y medio entero, levantándome y encerrándome en la oficina para hacer las letras. Con todo parado, sólo conectaba el móvil a la hora de comer, para ver que todo estaba bien en mi familia. Es la única manera, hacer de artesano, que es lo que he reivindicado siempre, la artesanía como creador.
-Y manteniendo el respeto de la profesión.
-Sí, es muy curioso, ayer por la noche, en el programa de la NBA, ¡estaban hablando de mí y de cómo mis discos de madurez eran muy interesantes y a lo mejor la gente se los estaba perdiendo!
-Tu música es una música muy hedonista, pero no te puedes abstraer de la situación política y social que te envuelve, ¿no?
-Política no… utilizar la palabra política como la utilizan los medios y los políticos a mí no me interesa, yo creo que hacemos políticas todos, todos los días, pero la parte social es la que me cruje, en la que he estado militando desde que tengo uso de razón. Los Sencillos, en los años 90, ya llevábamos en nuestro puesto de merchandising, mogollón de información sobre el SIDA, sobre Mili KK, sobre muchísimas cosas que socialmente creo que en unos ciertos años de buenismo han quedado como tapadas, pero que siguen formando parte de nuestras carencias, y creo que eso se traduce en nuestra cultura y nuestra industria. Hoy, que estaba trabajando con un chico cubano, le chocaba que lleváramos 10 años atrasados respecto de la cultura musical del mundo, industrialmente somos muy poca cosa.
-Bueno, esta semana es cuando finalmente van a intervenir la SGAE…
-… ¡y ya era hora! Uno de esos casos de algo caduco, fuera de órbita y con una mala prensa ganada a pulso.
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