ALICANTE. El último presidente de la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), Modesto Crespo, vuelve a los orígenes. Superado el trance de los dos procesos judiciales relacionados con su gestión al frente de la caja que ha vivido en 2017 y 2018 (en el primero, por la quiebra, absuelto; en el segundo, por el cobro de dietas, culpable tras un pacto con el fiscal), el empresario ilicitano ha vuelto a ponerse al frente de Automóviles Crespo SA, la mercantil concesionaria de Ford en Elche y Orihuela.
Crespo, vendedor de coches de profesión antes de iniciar su fulgurante ascenso (y posterior caída) institucional, saltando de la presidencia de IFA a la de Coepa, y de ahí a la CAM, regresa a un cargo que dejó en 2008 tras convertirse en secretario del consejo de administración de la caja alicantina, un año antes de llegar a la presidencia por jubilación de Vicente Sala. Según publica el Borme, Modesto Crespo ha sido nombrado presidente del consejo de administración que forma junto a sus dos hijos (Modesto y José Crespo Quiles), más de una década después de dimitir como administrador único.
Durante todo este tiempo, sus dos hijos han ejercido como administradores solidarios de la sociedad, si bien Crespo nunca se ha desvinculado del todo. De hecho, el empresario ilicitano es el titular del 88% de las acciones de Automóviles Crespo SA, mientras sus dos hijos se reparten a partes iguales el 12% restante. Tras el periplo judicial de los últimos meses, el cambio en el órgano de administración (de administradores solidarios a consejo) y el nombramiento del fundador de la empresa como presidente se antojan más un gesto simbólico que una decisión ejecutiva, puesto que el día a día de la empresa pasa ya, desde hace varios años, por las manos de sus sucesores.
Automóviles Crespo SA, fundada en 1976, tiene la concesión de Ford para vender sus vehículos y ser su servicio oficial en las áreas de influencia de Elche y Orihuela. El último ejercicio facturó 16,2 millones de euros, con un ligero incremento de las ventas impulsado por la recuperación del sector. Hace una década, cuando Modesto Crespo dejó el cargo, las ventas fueron de 22,1 millones, justo al principio de la crisis.
El empresario ilicitano llegó a la presidencia de la CAM en junio de 2009, cuando la entidad acababa de convertirse en la primera caja de ahorros en cotizar en bolsa con cuotas participativas. Justo dos años después, en julio de 2011, tras fracasar el intento de 'fusión fría' con CajAstur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, el Banco de España intervenía la entidad (para entonces, ya Banco CAM) y sacaba a la luz las pérdidas que habían estado ocultando los balances elaborados por sus exdirectores generales Roberto López Abad y María Dolores Amorós. Un año después, el Banco Sabadell la compraba por un euro.
El juicio por estos hechos se celebró en 2017, y el tribunal condenó a varios directivos de la caja, pero absolvió a Crespo. En mayo de 2018, el empresario pactaba con el fiscal y se declaraba culpable del cobro indebido de dietas, lo que le valió reducir la condena a un año y, por tanto, no entrar en prisión.