Un dispositivo que permitía tener las llaves siempre localizadas sugirió la idea de un sistema de tracking para deportistas que ha ido de València a la NBA
VALÈNCIA.- Convertir una pasión en una profesión es lo que ha llevado a la startup valenciana NBN23 a encestar en la mejor liga de baloncesto del mundo, la NBA. Javier Bosch y Paul Ronayne, biólogo y programador, decidieron embarcarse en la transformación digital de su mayor hobby, el basket. La primera parada no tenía en la mente a jugadores de altos vuelos, sino que la intención era alumbrar las métricas y digitalización en el campo de los amateur, que ascienden a 400.000 federados en España.
Con la tecnología beacon —conexión Bluetooth— consiguen monitorizar a todos los jugadores del campo para saber a qué velocidad media corren o qué distancias caminan y esprintan. Su fórmula se compone de varios sensores repartidos por el campo que geolocalizan a los jugadores.
«Yo soy muy despistado y me regalaron un beacon para encontrar mis llaves. En ese momento pensamos que podría darse una manera de utilizarlo para mostrar una posición en tiempo real de los jugadores. Así empezó nuestra aventura con el tracking», explica Javier Bosch. Esta técnica permite llegar donde la tecnología GPS no funciona: las zonas interiores.
Para tener los datos individuales de cada jugador estos llevan un pequeño emisor en forma de pinza que puede colocarse en la ropa o en la zapatilla y que se apaga y se enciende automáticamente al entrar y salir del campo para no consumir batería. Que el dispositivo tan solo pese nueve gramos y no sea aparatoso también es una parte esencial para que sea aceptado por los jugadores.
Bosch reconoce que son unos frikis del baloncesto. «Casi la mitad de la empresa jugaba al baloncesto y la gran mayoría de nuestros inversores están relacionados con él. Tenemos entre ellos a jugadores de la NBA», explica Bosch, quien apunta a que lo disruptivo del producto fue lo que llamó su atención.
Para realizar todo el desarrollo han contado con 1,7 millones de inversión. A día de hoy ya son más de cuarenta socios, muchos de ellos trabajadores —en total la empresa suma treinta—, a los que ofrecen comprar acciones si lo desean cuando pasan a formar parte de la compañía. «Hacer un cambio grande implica un equipo grande y ser ambiciosos implica ser generosos», asegura el CEO de NBN23.
Entre los inversores, además de business angels, hay seis jugadores profesionales de baloncesto. El primero fue Johnny Rogers, exjugador de nacionalidad estadounidense y española, internacional con la Selección Española y dos veces ganador de la Euroliga con el Panathinaikos. Ahora es director técnico del Club de Baloncesto Jovens l’Eliana. A partir de ahí, se produjo un efecto arrastre.
‘Nagi’ es un sistema que avisa al socorrista a través de un reloj cuando alguien lleva demasiado tiempo bajo el agua
¿Cómo responde el mercado? «Hay que entender que todavía es muy temprano para las tecnologías de tracking. Pero si puedes medir, puedes tomar decisiones y para tomar decisiones, debes tener un conocimiento previo y un histórico», señala Bosch. Aunque a día de hoy con su tecnología PRO23 destinada a profesionales se pueden extraer datos como la velocidad, la distancia recorrida, la zona de influencia de un jugador, también será provechoso a largo plazo ya que el big data permitirá predecir lesiones sabiendo qué pasó previamente a que sucediera y ver si el patrón se repite. Por lo tanto, no solo es útil para entrenadores sino también para preparadores físicos.
Además, el sistema trackea la posición y también puede interrelacionarlo con otros bioindicadores o medidores de salud. «Si asocias la velocidad y distancia a la pulsometría, por ejemplo, puedes detectar patrones de cómo se comporta un jugador con el estrés. También puedes comparar los niveles de ácido láctico, ver cómo se recupera, o no, un jugador. Es una manera más de medir lo que pasa en el campo».
Con todos estos datos se genera un informe que llega a manos del entrenador en tiempo real, pero siempre siendo lo más claro posible. «Uno de los retos siempre es que la información no abrume y aporte valor». Con esto, el técnico puede observar si un jugador está al límite o si está forzando demasiado. «Se trata de que puedan dosificar el esfuerzo». También puede ser determinante entre ganar o no ganar un partido ya que proporciona datos que se convierten en interesantes a nivel táctico, como saber el impacto defensivo y ofensivo.
Ya prestan sus servicios a varios equipos de la ACB —la liga española de baloncesto— aunque el interés llegó hasta la NBA en un torneo junior celebrado en Nueva York. No se han quedado en ese punto. Ya han presentado su producto a veinte equipos de la liga americana, han entablado conversaciones con equipos europeos y ya trabajan con dos de ellos. En Estados Unidos el servicio de tracking de movimiento es más conocido que en España pero se ofrece con varias cámaras instaladas en el campo bastante costosas. Con toda esta puesta en escena sobre la mesa, aún reconocen que su cliente principal es el amateur —el 90%— pero Bosch asegura que el prestar su servicio a profesionales permite llevar al límite el producto. «El baloncesto profesional para nosotros ha sido como ascender a la Fórmula 1 del tracking porque hemos tenido que apurar mucho los algoritmos para poder decir qué era una aceleración, una deceleración, una velocidad máxima o mínima y todo ello con un margen de error menor a diez centímetros e incluso cinco», explica.
EL NOMBRE DE LA EMPRESA ES NOTHINGBUTNET, QUE SIGNIFICA ENCESTAR LIMPIAMENTE O QUE ALGO SE HA HECHO DE FORMA PERFECTA
El desarrollo da la posibilidad de dinamizar las emisiones de partidos profesionales. Como si se tratara del conocido videojuego NBA2K se puede mostrar en pantalla no solo distancias recorridas y velocidades, sino incluso cómo está de energía un jugador en concreto.
A pesar de que lo más llamativo es su interacción con el baloncesto profesional, sus clientes principales son las federaciones, los organizadores de torneos y las ligas privadas a los que facilita la organización y la creación del acta al generar una base de datos para registrar a los jugadores, los equipos y árbitros; comunicarse con ellos, permite organizar competiciones de forma fácil y compartir todos los resultados con webs y apps de forma automática. La intención es digitalizar aquello que todavía se hacía con lápiz y papel.
Ahora tienen como clientes a veinticinco asociaciones pero ya planean su crecimiento internacional. El producto se ha probado en México con la Federación Mexicana de Baloncesto y también se han reunido con la federación turca e israelí. En Estados Unidos han entrado en el ámbito amateur con una liga privada latinoamericana. «Es un problema global que podemos resolver desde aquí», asegura.También facilita las estadísticas de equipos y jugadores. En este caso, el atractivo para el jugador es poder tener todas las métricas en directo, como si se tratara de un corredor. Y es que a los deportistas amateurs les gusta comparar y tener las sensaciones de profesional. Estas estadísticas están disponibles en tablets en los campos para las que cuentan con la colaboración de Huawei.
Con la misma tecnología, NBN23 también ha estrenado este año su producto Nagi. El mecanismo es el mismo que el empleado en el baloncesto. Se trata de sensores ubicados en la piscina que se complementan con un dispositivo para el deportista que se coloca en el gorro o las gafas. Este permite saber en qué carril y punto de la piscina se encuentra el nadador y si está en un apuro. El socorrista dispone de un reloj inteligente que le alerta si una persona lleva mucho tiempo sumergida. En la tablet, que complementa al reloj, se especifican los segundos que lleva bajo el agua y su posición concreta, lo que le facilita la tarea al socorrista. No obstante, Bosch insiste que en ningún caso el socorrista debe abandonar su puesto de vigilancia.
«Nagi puede servir para prevenir ahogamientos», explica el CEO de NBN23. Según la Organización Mundial de la Salud, se trata de la segunda causa de muerte infantil. Hace un año que empezaron con este producto y actualmente se encuentra instalado en la piscina de Paterna, población donde la empresa también tiene su sede. «Hicimos el prototipo y la idea es sacar el producto al mercado este mes para piscinas municipales cubiertas». No obstante, la intención es llegar también a los particulares, las piscinas municipales abiertas y los parques acuáticos.
También han hablado con profesionales. «El equipo olímpico británico ha mostrado mucho interés», señala, aunque no se aventurarán a entrar en la parte profesional hasta que el producto no haya rodado un poco más.
Desde NBN23 también pueden presumir de haber participado en unas olimpiadas. Estuvieron presentes en Río de Janeiro en junio de 2016 tras resultar vencedores de la edición europea del Global Sports Innovation Competition, celebrado en la Universidad de Trento (Italia), donde compitieron contra 123 empresas relacionadas con el deporte. De ahí partieron a Brasil para competir a nivel mundial.
NBN23 también se incorporó en las filas del Global Sports Innovation Center (GSIC), de Microsoft, con el fin de posicionarse entre las entidades tecnológicas que modifican y revolucionan la forma de entender el deporte. También ha sido reconocida con el VLC/Campus y el 5U Comunitat Valenciana además de haber recibido el apoyo del Institut Valencià de Competitivitat Empresarial (Ivace).
Aunque se les conoce por NBN23, el nombre completo de la empresa es Nothingbutnet, como voluntad de aquello en lo que se quieren convertir. En el ámbito del baloncesto significa encestar en la canasta de una forma limpia, sin tocar el aro, pero los americanos también lo utilizan para hablar de algo que se ha hecho de manera perfecta. Esperemos que sea premonitorio. «Bienvenidos al baloncesto del futuro», dicen en su web.
* Este artículo se publicó originalmente en el número 35 de la revista Plaza