CASTELLÓ. La compañía cerámica Rocersa invertirá 4 millones de euros para acondicionar un área logística propia en unos terrenos de 55.723 metros cuadrados situados a espaldas de su planta industrial de l'Alcora, en el camino Castellón Viejo.
En esta nueva zona de expedición de mercancías la firma distribuirá pedidos específicos, con muestras cerámicas que se enviarán a los diferentes clientes. La particularidad de esta futura instalación de Rocersa es que desde ahí se servirán pedidos en unidades de tamaño inferior al habitual. De esta manera, la sociedad de Vila-real (aunque con la factoría en l'Alcora) se adapta a una tendencia cada vez más generalizada en el sector, la de atender pedidos de dimensiones menores a los estándares, algunos incluso para proyectos de un solo cliente.
En el nuevo almacén logístico, la firma propiedad del fondo inversor estadounidense Avenue Capital también elaborará paneles y expositores para promocionar sus productos; y distribuirá aquellos materiales cerámicos que embala en cajas diferentes a las propias de Rocersa. Fuentes de la empresa han asegurado que su nueva zona logística, que tendrá capacidad para almacenar hasta 12.000 palés de mercancías, precisará la contratación de una decena de operarios.
Para acometer todo ello, la empresa ha solicitado a la Generalitat la preceptiva declaración de interés comunitario para habilitar esta nueva zona logística en la parcela, donde también se controlará y pesará el material almacenado en los contenedores marítimos. Además de la campa de almacenamiento, el recinto incluirá unas oficinas y una nave de nueva construcción. Fuentes de la empresa han explicado que han elegido la parcela del Camino Castellón Viejo para el futuro recinto logístico por su cercanía a la CV-16.
El recinto supone una de las primeras inversiones tras el cambio de propietarios de la firma en junio del pasado 2018. La llegada de Avenue Capital, fondo especializado en la recuperación de empresas y que relevó a los fundadores Pedro Llop y Antonio Piquer, supuso además una inyección de capital de 69 millones de euros y una nueva línea de crédito de 12 millones. Con ello la sociedad rebajó su deuda de los casi 90 millones previos a 17, casi totalmente en manos de los propietarios.
Con ello, y a pesar de reducir su facturación en casi 2 millones de euros hasta 45,9, la compañía logró esquivar los números rojos que venían marcando sus balances en los últimos ejercicios, aunque el resultado de explotación todavía fue negativo. Tras todo esto, la firma, como recoge el informe de gestión de sus últimas cuentas registradas, espera para este año y los próximos alcanzar "un mayor volumen de ventas y mejores márgenes" que le permitan volver "a resultados de explotación positivos".
