ALICANTE. La empresa alicantina de contenedores de residuos Rototank sigue inmersa en una espiral ascendente. La firma de Biar, heredera de la antigua juguetera Jesmar, cerrará el ejercicio 2020 con un volumen de negocio superior a los 5 millones de euros (4,6 millones en 2019), y su plan de negocio contempla alcanzar los 12 millones de euros en dos años, de forma que prácticamente triplicará sus ingresos respecto al último ejercicio.
El crecimiento de la empresa, líder en la fabricación de contenedores con la técnica del rotomoldeo (mucho más eficiente que la inyección tradicional), está directamente relacionada con un ambicioso plan de internacionalización que la ha llevado a introducirse con fuerza en Latinoamérica, y especialmente en Chile y Argentina, país al que acaba de suministrar 500 unidades de sus contenedores Diamond, comercializados por Urban Gravity. Para crecer en Europa, Rototank ha firmado un acuerdo con la alemana Schaefer, líder en el sistema de carga lateral, para posicionarse en los principales mercados.
No obstante, también se está posicionando con fuerza en el mercado nacional, donde trabaja con varias grandes ciudades y este verano ha firmado un importante contrato con la Diputación de Ciudad Real. El incremento del negocio previsto por la empresa ha hecho que sus responsables ya estén pensando en construir unas nuevas instalaciones, según explica a Alicante Plaza el CEO de Urban Gravity, Johnny Rosell. El plazo que se ha dado la firma son los dos años en los que prevé alcanzar los 12 millones de facturación.
Según avanza Rosell, la intención de la empresa es construir desde cero una nueva nave diáfana en la que se agrupe todo el proceso productivo y logístico de los contenedores de Rototank, que actualmente se lleva a cabo en la nave que la empresa posee en la carretera de Villena en Biar. El objetivo es que las instalaciones sean más modernas y funcionales, dado que su actual nave ha ido creciendo de forma desordenada en función de las necesidades de la empresa. La firma busca para ello suelo en la zona de Biar.
Como ha contado este periódico, la familia de Juan Rosell, expresidente de la CEOE, es dueña del 50% del capital de Rototank. Originalmente, Rosell buscó a la firma alicantina para fabricar contenedores adaptados a los camiones de recogida de carga lateral que produce la firma polaca Zoeller (ahora asentada en España como FFS Equipos Urbanos), de la que el expresidente de la patronal es también accionista con un 20%. Con el tiempo, Rosell entró en el accionariado de la firma alicantina, y alcanzó la mitad de su capital. La otra mitad sigue en manos de la familia fundadora, liderada por Jesús de Juan Molina, de la segunda generación de los creadores de Jesmar.
En Rototank trabajan actualmente unas 35 personas, aunque las previsiones de crecimiento apuntan a que también la plantilla se incrementará en los próximos años. Su apuesta por los contenedores Diamond, que se caracterizan por medir 1,5 metros de altura y reducir así su impacto visual (a cambio de perder tan solo 200 litros de capacidad) para los comercios y los peatones, ha merecido el reconocimiento del sector. El pasado mes de noviembre, la feria del plástico de Barcelona, Equiplast, concedió a Rototank su premio al Diseño por el trabajo 'De carga trasera a multilateral. De inyección a rotomoldeo'.
La familia de Rosell entró en contacto con Rototank por su pasado en el sector del juguete (Juan Rosell viajaba con frecuencia a Onil, donde entonces se fabricaba en España la muñeca Barbie). De competencia, la familia de Jesmar pasó a ser partner industrial de los Rosell, y finalmente se ha integrado en el grupo de empresas que dirige Civislar, la firma patrimonial del expresidente de la CEOE. Civislar es a su vez accionista de la nueva FFS Equipos Urbanos, del Grupo Kirchhoff, consecuencia de una reorganización de Zoeller Equipos Urbanos el pasado octubre.