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Los dos fundadores ultiman el hardware y software que se instalaría en estos aparatos no tripulados. Están pendientes de que España actualice su legislación antes de que lo haga Europa
PETRER. Llevan un par de años cocinando el proyecto y se han marcado 2017 como el año para empezar a vender. Dani Gutiérrez -ingeniero de Telecomunicaciones y especializado en Robótica – y Antonio Bedmar -ingeniero de Aeronáutica especializado en Dinámica del Vuelo- han unido inteligencia artificial y drones. El término correcto es RPAS, siglas inglesas de Sistema Aéreo Tripulado de Forma Remota, precisa uno de los fundadores de SecondCor.
“Somos un país muy prudente en este tipo de temas que trabajo sobre lo que denominamos tecnologías maduras y el hecho de que al final de ese aparato haya una persona genera, aunque no te lo creas, seguridad”, explica Gutiérrez, antes de describir una regulación obsoleta en esta materia. La startup venderá su hardware, que iría instalado en el propio dron, y un software bajo el sistema de pago por suscripción.
Dentro de las aplicaciones de los drones, el uso más convencional está dirigido a trabajos de marketing y el segundo se enfoca en terminaciones multiespectrales, es decir, cientos de fotografías que ofrecen información tridimensional. Esta empresa de base tecnológica se centra en este campo e intenta dar respuesta a los problemas y las complicaciones actuales como el hecho de la ‘excesiva’ supervisión humana.
El proyecto presenta una solución para mejorar la autonomía de los drones haciendo más fácil su manejo y aumentando la precisión de sus vuelos y operatividad
Gutiérrez cita como ejemplo los casos en los que los pilotos tienen que conocer en detalle el plan de vuelo y el tipo de cámara y gestionar manualmente prácticamente cada paso para asegurarse de que la foto es correcta. “Este tipo de técnica da información valiosa en situaciones como que vayas a hacer una carretera y quieras saber el volumen de tierra a desenterrar, o el volumen de piedra extraído en un día en una cantera. Nosotros ofrecemos sistemas que aumentan la autonomía de los drones. Estos sistemas tienen varios componentes, una parte que va embarcada en el dron que es el que se dota de una capa de inteligencia artificial apoyado en visión artificial y deep learning y una capa de tierra que facilita la configuración del sistema y sus comunicación con las herramientas de procesado, lo que es el volcado de datos”.
Rápidamente cita un ejemplo para traducir y poner sobre la mesa el verdadero valor de su proyecto. “Si tu quisieras hacer el seguimiento de una catenaria, ahora tendrías que tener un plan de vuelo y el piloto tendría que ser una persona cualificada, pues tiene que ir fijándose en la imagen que recibe para que, cuando percibe un problema, lo marque y el aparato tome distintas imágenes y te den la información que precisas. Con nuestra solución, el dron es autónomo y tú ya le has dado las pautas. Él ya sabe lo que tiene que hacer y no hace falta que la persona este vigilando”.
Otro valor que destaca su creador es la precisión GPS. “Ahora se ponen marcas, nuestra solución los elimina. Eso son muchas horas de trabajo” de una persona poniendo marcas cuando el espacio son grandes canteras o grandes infraestructuras. En juego, están los importantes ahorros en coste de personal y jornadas. Por este motivo, estos dos emprendedores han descartado el mercado agrícola y han centrado su mercado en los sectores de obra pública y minería.
“Hemos empezado a dirigirnos a empresa que ya cuentan con equipos técnicos. Hablamos de ingeniero a ingeniero. En el caso de la minería, ya hemos contactado con compañías de mármol de la comarca”, apunta Gutiérrez, quien se siente cómodo pudiendo desarrollar todo esta fase del proyecto desde Petrer.
Antonio Bedmar es de Jaén y actualmente, trabaja en los Emiratos Árabes en un proyecto confidencial. Ambos se conocieron en una empresa alicantina y su afinidad y el despegue del sector en los años de crisis (2007-2011) les movió a trabajar conjuntamente. Con la idea, vinieron los premios: PetrerEmprende que es lo que les permite tener hoy sede en PBC Coworking y ahora están en la ronda del conocido Maratón del parque científico de Elche.
“No hay diferencia de talento entre España y Silicon Valley. Simplemente es distinta la mentalidad y, sobre todo, la capacidad de financiación. Aquí hay una cierta aversión al riesgo”
Los galardones les han ayudado a configurar plan de negocio y a aplicar el método learn startup. “El próximo mes esperamos poner en marcha la web y a lo largo del año tener el MVP para poder salto a la venta, mientras estamos con las visitas y sondeando las rondas de financiación que estimamos en unos 100.000 euros.
Los más de 10 años en el sector y un currículum profesional de vértigo les facilitará, sin duda, este paso, aunque puestos en contacto con otras empresas de la zona son conscientes de la dificultad. “No hay diferencia de talento entre España y Silicon Valley. Simplemente es distinta la mentalidad y, sobre todo, la capacidad de financiación. Aquí hay una cierta aversión al riesgo. Si una empresa o persona tiene dinero para invertir, suele preferir opciones más seguras”, señala Dani Gutiérrez.
El obstáculo de la escasa financiación está presente, pero por esa misma razón, son conscientes de que son una empresa global y están dispuestos a seguir haciendo kilómetros. De momento, los fondos propios y los proyectos puntuales mantienen SecondCor, aunque esperan centrarse al 100% en breve. Para ellos, la experiencia de otros colegas les indica que los socios inversores suelen venir bajo el epígrafe de socios industriales y la cautela impone un silencio que sólo se rompe tras la firma.
Por último, hay un punto a destacar y que sobrevuela en el sector. España cuenta con una legislación en esta materia obsoleta (2014) y la falta de gobierno, incluida las segundas elecciones, retrasaron la aprobación de un borrador que ya está publicado. “Es importante aprobar la actualización del actual Real Decreto porque corremos el riesgo de quedarnos desfasados”, explica Gutiérrez.
El motivo está en Europa. El grupo JARUS donde están las agencias aéreas de los países miembros, incluida la española AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) prevén un nuevo reglamento. Si el reglamento sale antes que la nueva normativa española nos quedaremos atrapados en las consiguientes adaptaciones. El ingeniero petrense avanza que Alemania dará luz verde a unas nuevas normas y adquirirán una ventaja competitiva. Gutiérrez anima a las autoridades a ser competentes y acelerar el proceso para no perder el potencial innovador español.
El evento tecnológico internacional, que se celebrará los días 23 y 24 de octubre en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, prevé duplicar el interés inversor gracias al posicionamiento estratégico de esta tecnología.