ALICANTE. No todas las startups se dedican al sector de las nuevas tecnologías, aunque la inmensa mayoría se sirva de internet como entorno para desarrollar su negocio. Como muestra, la proliferación de empresas jóvenes que se han introducido en el sector de la movilidad, y específicamente en el de las bicicletas, que vuelven a estar de moda gracias a las políticas de varios ayuntamientos. Un ejemplo sería la ilicitana Conecta Bike, que aúna bicicletas y nuevas tecnologías (un gadget para conectar la bicicleta con el smartphone del ciclista para agrupar distintas herramientas como manos libres, cuentakilómetros o GPS). Otro, los cascos plegables de la valenciana Closca, diseñados en la UPV y elegidos por la organización TED como "uno de los productos más inspiradores de 2017".
El de Seventy's Cycles es el último ejemplo. La startup no nació en la Comunitat, sino en Madrid, pero es aquí donde su producto ha triunfado: una colección de bicis de diseño elaboradas artesanalmente concebidas para revolucionar el mundo del ciclismo urbano. Con un distintivo especial y diferenciador para los apasionados de las dos ruedas, este proyecto en cierta forma pionero y vintage al mismo tiempo ha recuperado la fabricación artesanal para hacer de la bicicleta un vehículo con gran personalidad. La idea nació hace tres años, cuando tres amigos amantes del diseño y la restauración decidieron "sacar al mercado algo exclusivo para todos aquellos que aman realmente la bicicleta, algo diferente y que les hiciera sentir realmente diferentes", explica Samuel Muñoz, uno de los fundadores.
La empresa envía sus bicicletas (de momento solo se pueden adquirir online) a toda Europa, pero curiosamente, el 30% de su producción acaba en la Comunitat Valenciana. "Una de cada tres bicis las vendemos en la zona de Levante", explican desde la firma. Quizá porque el clima favorece el uso de la bici como medio de transporte urbano la mayor parte del año, o por la mayor concienciación que existe sobre la movilidad sostenible. Probalmente, por una combinación de ambos factores. El caso es que Alicante y Valencia se han convertido en un mercado clave para el crecimiento de la startup madrileña.
Las bicis de Seventy's Cycles combinan un diseño minimalista con un halo de artesanía, la utilización de materiales de la máxima calidad y los mejores componentes del mercado para dar como resultado un producto exclusivo que, además, el cliente puede personalizar a su gusto. Por eso la más barata no baja de los 2.000 euros. Madera, acero y cuero son los materiales empleados en sus creaciones, fabricados por los mejores artesanos locales para garantizar la máxima durabilidad. Porque al final se trata de rodar sobre el asfalto. Su diseño, además, hace que las bicicletas sean muy ligeras. Todas incorporan un cambio interno accionado mediante el pedal para mejorar su funcionalidad sin dañar el diseño.
Hasta el momento, la firma ha desarrollado cuatro modelos base, cada uno con el nombre de un barrio europeo donde existe una gran tradición de ciclismo urbano: Christiania (Copenhague), Montparnasse (París), Spiegelkwartier (Ámsterdam) y Flatiron (Nueva York). Estos son los modelos base, pero cada cliente puede personalizar y diseñar su bicicleta según sus preferencias: elegir el color, el sillín, el tipo de manillar o de llantas, entre otros. "La idea es que cada uno de los clientes de Seventy's Cycles sienta que monta una bici única", explica el cofundador de la empresa. Además, la firma ha desarrollado en paralelo una línea de complementos y accesorios pensados para el ciclista urbano para completar la experiencia.
Seventy's Cycles distribuye sus productos vía online, pero está empezando a introducirse en algunas concept store, y a corto plazo prevé incorporar más puntos de venta físicos en establecimientos exclusivos de las principales ciudades. Algunas de estas tiendas ya han mostrado interés en el producto, lo que parece vaticinar una excelente acogida de estas bicis de diseño en el mercado del lujo.