No es posible que el empleo mayoritario que se crea sea temporal, hay que recuperar la directiva europea de contratación, que tiene que ser la indefinida. En España 9 de cada 10 empleos son temporales. La temporal tiene que ser sólo para necesidades coyunturales, es un problema no tanto de la norma; de utilización: hay que reforma inspección de trabajo, sanciones, establecer un sistema en el que sea racional, no puede salir más barato defraudar que cumplir. Las empresas así no sólo se saltan la ley, hacen competencia desleal, tenemos que endurecer las medidas. El actual gobierno da cobertura legal al fraude laboral, parece mentira que se puedan hacer horas extraordinarias en contratos de tiempo parcial. Además tiene que tener un carácter voluntario, y el 60% de ellos no lo son, se cumplen jornadas completas y muchos de esos puestos son de mujeres, por cierto. Las horas extraordinarias no se declaran, según la EPA de 2017, 457 millones de horas extraordinarias son ilegales, 2000 millones de euros que deja de ingresar la Seguridad Social.
AP: Has planteado el caso de los falsos autónomos, que junto a las horas extraordinarias, ¿qué se puede hacer contra esa tendencia al alza? Recientemente se han conocido casos como Deliveroo…
TF: Lo primero regular y proteger. No puede ser que el Gobierno esté mirando a otro lado y encima que estas empresas se beneficien de las tarifas planas. Hay una altísima rotación en función del periodo que se tiene la tarifa plana, a partir de un momento ya no interesa seguir con esta forma. Otra cosa que hablamos con las asociaciones de autónomos es que hay que revisar la Ley del Trabajo Autónomo para erradicar el falso autónomo. No tiene sentido que tengamos al TRADE (económicamente dependiente) con esta figura.
AP: De esos cambios de la industria, la automatización, robotización, la Industria 4.0 de la que hacíamos un foro recientemente, algunos planteaban que se destruirán empleos a corto plazo y desaparecerán puestos tradicionales. ¿Cómo se puede afrontar esta nueva coyuntura ante ese hipotético paro que va a llegar?
TF: Venimos de cuatro revoluciones industriales y tecnológicas anteriores, tenemos que aprender de la experiencia que hemos tenido. Prácticamente el PSOE y otros socialdemócratas nacen con la I Revolución Industrial. Frente a un desarrollo del capitalismo salvaje, proteger a los trabajadores. No puede ser que el desarrollo tecnológico arrase con los derechos de las personas. Hay estudios de todo tipo, algunos más menos apocalípticos que hablan de ese empleo. Existe consenso en que habrá un saldo negativo. Ante eso, qué queremos hacer, introducir una transición justa, que el impacto no deje a personas tiradas, no puede haber ganadores y perdedores. Nuestro papel es el de la justicia y la igualdad, políticas públicas. No se puede hacer bajo catecismos neoliberales, por eso hacen falta políticas públicas y medidas correctoras como ese nuevo Estatuto de los Trabajadores.
Hay otro consenso también, aumenta la productividad y habrá que redistribuirla por la vía de la protección social y la distribución del tiempo de trabajo. Keynes lo planteaba en 1930 por la implantación de la tecnología en el sistema productivo y que habría que reducir la jornada laboral.
AP: Parece que eso está lejos en España…
TF: En Alemania acaban de reducirlo a 28 horas. Los ayuntamientos suecos están experimentando con jornadas de 6 horas. Parece que nosotros estemos en otro mundo. La Industria 4.0 no puede ser algo contra las personas, la tecnología tienen que estar a nuestro servicio. Los partidos que aspiramos a gobernar tenemos que protegerlas para que se haga realidad.
AP: ¿Crees que la patronal puede estar dispuesta debatir sobre esa redistribución del tiempo?
TF: Yo creo que sí, resistencias siempre ha habido. Todas las revoluciones han supuesto cambios. Nosotros somos una de las provincias donde tuvimos mayor impacto con la máquina de vapor. El ludismo tuvo una respuesta violenta en Alcoi. Igual que esa manera los socialistas no la compartíamos, había sectores empresariales que no querían ceder. Se tardó, pero se hizo, la ley de las 40 horas la pusimos los socialista en la II República con Largo Caballero. Y después de la dictadura Felipe González. Yo creo que la visión de progreso será la que se impondrá, si no tendremos un panorama triste de vivir en precariedad y con salarios bajos. Unos que trabajamos mucho y otros que poco.