Hoy es 12 de octubre
CASTELLÓ (EFE). La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y la Agencia Tributaria han detenido a 21 miembros de dos grupos criminales en el mayor golpe al fraude del IVA en el sector de los hidrocarburos, en una operación en la que se ha detectado un desfalco para las arcas públicas de 150 millones de euros. Las tres provincias de la Comunitat, Castellón, Valencia y Alicante han formado parte del escenario en el que se ha desarrollado la operación.
Se trata de la Operación Drake, de la que han informado en rueda de prensa el teniente coronel Antonio Balas, jefe del Grupo de Delincuencia Económica de la UCO; y José Manuel Alarcón, responsable de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF) de la Agencia Tributaria.
Además de las tres provincias valencianas, la operación también se ha llevado a cabo en Lleida, Girona y Madrid y se han incautado dos barcos, 61 vehículos de alta gama, 2 millones de litros de combustible, además de haberse bloqueado 347 cuentas bancarias de las más de 1.000 analizadas por los investigadores y 155 inmuebles.
En esta operación, que en palabras de Balas "ha dejado prácticamente a cero" la actividad delictiva de este tipo, se ha investigado a más de 100 personas, aunque finalmente se ha detenido a 21 -en libertad con medidas cautelares-, y se ha descubierto un entramado de 300 empresas.
Aún no se ha cuantificado el valor de todo lo incautado, pero una primera estimación lo cifra en 4 millones el combustible, en 150 millones los inmuebles, en 4 ó 5 millones los vehículos y en una cantidad también muy considerable las cuentas corrientes. Además, se ha intervenido cerca de un millón de euros en metálico.
Según el resultado de las pesquisas, las dos organizaciones desarticuladas centraban su actividad delictiva en el impago de IVA en la venta al por mayor del producto mediante empresas instrumentales y testaferros. Es decir, repercutían el IVA a sus clientes pero no lo declaraban a Hacienda, con lo que obtenían importantes beneficios. Además, podían venderlo a gasolineras de todo el territorio nacional a un precio más bajo, en una competencia desleal con los distribuidores legales.
Tal era la capacidad de estas organizaciones, que podían adquirir el producto fuera de España. De hecho, según ha explicado el teniente coronel, el mismo día que explotaban la operación, llegaba a puerto un petrolero para suministrar combustible a esta trama.
La investigación comenzó en 2015 y ha sido compleja, ya que las organizaciones contaban con un entramado empresarial de sociedades interpuestas y de testaferros para dificultar la labor de la Guardia Civil y la Agencia Tributaria, según ha recalcado Alarcón.
Con un potente control del mercado -contaban incluso con gasolineras-, ambos grupos eran los más activos en esta práctica fraudulenta y algunos de sus miembros ya habían sido detectados por la Guardia Civil en otras operaciones.