CASTELLÓ. No sabes nunca qué podrás encontrar en YouTube. Es sitio de tantas cosas que puedes quedar literalmente perdido por la plataforma. De hecho, ¿quién no ha terminado viendo un vídeo que no tenía nada que ver con lo que se buscaba en un principio? El contenedor audiovisual que supone esta red es tan basto que sencillamente navegar por él debe ser igual que bucear por mar abierto. No hay fin, y si lo hay no existen horas en el día suficientes para descubrirlo. Pero es precisamente esta amplitud la que genera una oportunidad para todos los 'palos' e intereses. En la cultura, esta siempre ha sido una herramienta que ha encajado de maravilla con el sector de la música. Su alto alcance ha servido para dar más visibilidad a videoclips o hasta para subir fragmentos de conciertos. También al cine le ha venido bien para volcar sus trailers o clips donde incluso muestran la pre o post producción de los metrajes. Pero además de las disciplinas que tradicionalmente han encajado en una pantalla, se han sumado al formato vídeo otras que a priori no utilizaban este tipo de canales para difundir su obra.
Es el caso de la ilustración o la pintura. Cada vez son más las artistas que se han decidido a abrir esta puerta para dar a conocer su imaginario. Unos vídeos donde dejan al desnudo su proceso creativo para mostrar, paso a paso, la complejidad que esconde cada una de sus creaciones. "Si he podido hacerme un hueco en el arte ha sido gracias al mundo online, donde para mí todo es más fácil y accesible. Gracias a esto, tengo acceso a todo el mundo y todo el mundo tiene acceso a mi obra", asegura Lore Obrejea, una ilustradora de Castelló que cuenta con más de treinta mil seguidores en Instagram y quien tiene una cuenta abierta en YouTube. Pero no es la única, a ella se le une Clara Luna, otra creadora de la provincia que se ha animado a compartir sus dibujos más allá de los canales convencionales.
"¡Me encanta editar vídeos! Me gusta mucho hacer música con el garageband y sumarlo todo al vídeo haciendo mis dibujos. Es súper gratificante y divertido crear algo de cero y hacerlo sola con todos tus recursos", comparte Luna, quien pese a ello no sube tanto contenido como le gustaría. "Muchas veces he terminado subiendo un time-lapse y ya está, porque es desesperante no llegar al nivel que te gustaría. He abandonado muchos vídeos por esa razón. Aun así me gusta grabarme y enseñar el proceso creativo, que a veces tiene más de obra en sí que el propio dibujo". Entre los referentes que a la artista le inspiran está Nicolas Uribe, de quien dice que podría pasar horas viéndolo pintar y hablar. "También me encanta Fran Meneses o Minnie Small, ambas enseñan mucho lo que es dedicarse al mundo del arte y lo creativo, y cómo es ser autónomas y mantener su negocio".
Por su parte, Lore Obrejea, que vive desde hace seis años en Inglaterra, decidió unirse a YouTube "un poco tarde", cuando ya había otras generaciones de artistas creando vídeos en la red. Pero no en vano, también ella decidió abrir su propio canal en 2017. "Como ya grababa de alguna manera mis ilustraciones, pensé que podría esforzarme un poco más y crear vídeos interesantes de mi proceso creativo. También me gustaba la idea de crearme un perfil, porque es un canal diferente, donde hay un público nuevo y diferente, lo cual siempre viene bien para dar a conocer tu trabajo". La artista que se mudó a Inglaterra para empezar una vida "nueva e independiente" ha conseguido trabajar completamente de la ilustración. Aunque como muchos españoles que se mudan al país inglés para mejorar el idioma, también Obrejea trabajó unos años como niñera y vendiendo tés. Pese a ello, la vida en Bracknell -a tan solo una hora de Londres- le ha facilitado explotar su creatividad solo por Internet, donde expone y vende todas sus piezas. "Conozco a través de Instagram a muchos ilustradores tanto de UK como de España, pero sí que es verdad que aquí es mucho más fácil y económico trabajar por tu cuenta. Y esto claro, anima a más gente a vivir de su arte", apunta la creadora.
Lo positivo de YouTube es que al ser una plataforma que consumen tanto adultos como niños, está convirtiéndose en un estímulo muy potente para que tanto un público como otro se anime a aprender a dibujar. "Pintar no solo es para niños y de hecho conozco a muchos más adultos que pintan que a niños", apostilla Obrejeda. Así, es importante que, de haberlos, "se les motive como se hace con los niños pequeños para que estos entiendan que dibujar no es un don con el que se nace", explica Clara Luna, quien cree que "si nadie dejara de dibujar de pequeño y se pasará 20 años seguidos dibujando con regularidad" ahora habría infinidad de personas que sabrían (y desearían) hacerlo. Esto podría cambiar si se explota cada vez más las posibilidades de la red, ya que en el caso de YouTube, es el segundo sitio web más visitado de Internet después de Google, lo que puede convertirla -si se quiere- en una gran fuente de contenidos y de conocimientos.
Con todo, todavía son pocos los artistas que logran una gran repercusión en YouTube. En parte porque, en la mayoría de los casos, todavía se les resiste a los voyeurs del dibujo el mezclar la técnica del papel y boli con el audiovisual. "Se que si eres consciente y se nota que el contenido es natural y sincero, puedes llegar al público. Además, al final del día, si estás cansada y no te apetece mucho pensar, es agradable tener la seguridad de que habrá algo para despejar la mente. Yo, de hecho, busco vídeos o me subscribo a canales en los que suele haber algo nuevo cada semana. Si solo subes cosas cada seis meses (culpable), es muy complicado tener una audiencia estable", reflexiona en voz alta Clara Luna. En efecto, la misma plataforma 'castiga' a los usuarios que suben poco contenido, o cada mucho tiempo, no mostrándolos en 'recomendados' o no avisando a sus subscriptores.
"Sí, en YouTube me está costando más llegar a gente nueva. Muchos de quienes ven mis vídeos vienen de Instagram, porque ya me conocen. Ya hay muchos youtubers famosos, con un gran número de seguidores, así que hacerte ver parece más difícil, pero no por eso te tienes que rendir. Al final, como cualquier otro medio por donde compartas tu experiencia con el arte, vas a lograr atraer e influir a gente que esté interesada", comenta por su parte Lore Obrejea, que en su caso tiene como referentes los canales de Jim Reno o Kelogsloops, con más de 800 seguidores cada una, también la australiana Furrylittlepeach o la pintora Leigh Ellexson. Todas ilustradoras que han sabido hacerse un hueco en el audiovisual.
Confiesa Clara Luna que le "daría mucha risa" creerse artista consolidada o describirse como tal. Ella pertenece a ese círculo de creadores que no utilizan el arte como modo de trabajo, pero tampoco esconden sus obras en un cajón. "Prefiero pensar que he dibujado casi todos los días y mucha gente se ha juntado a verlo", mantiene la castellonense que aunque piensa que es "totalmente factible" dedicarse profesionalmente a la ilustración, siguen existiendo "muchas variables" que lo dificultan "y más para esta generación". "Si me hubiera empeñado mucho en ello (y si cualquier persona tiene los medios y quiere hacerlo) podría. Es todo cuestión de preferencias y de poner todo tu tiempo en una cosa muy concreta. Pero no todo el mundo tiene el tiempo libre para practicar y ser mejor, para conseguir clientes, para enfocarse solo a ello. También, es un poco peligroso y frustrante el mensaje de 'si quieres puedes siempre'. Hay que intentarlo y trabajar muy duro, pero también intentar ser feliz con lo que haces. Yo solo me plantearía dedicarme al mundo del arte si pudiera vender lo que hago por mi cuenta, mi obra libre".
Es de este modo que la obra de Clara Luna solo existe, en cierto modo, en Internet, donde la artista cuenta con un apoyo de más de 100 mil seguidores solo en su perfil de Instagram. "Me hace mucha ilusión que en conjunto haya tantas personas que quieran ver lo que hago, pero en el 'mundo real' no cambia nada. Ha sido todo un flujo continuo de seguidores que ha llegado en seis años de subir dibujos casi a diario. Soy una persona que dibuja, pinta y quiere hacerlo cuándo y cómo le apetezca. Estudié el grado de Creación y diseño en una universidad del País Vasco y fue una de las mejores experiencias de mi vida. Más por la cantidad de personas creativas que he podido conocer que por el mundo del arte en si", manifiesta la creadora.
Clara Luna es además de esas artistas que prefieren dar la menor información posible sobre su identidad, para poner todo el foco de atención en sus dibujos. "En ese sentido no sé si mis decisiones han sido las mejores, pero son las que he tomado de manera orgánica. Excepto algún story donde se ve una paella, casi nadie podría adivinar de donde soy. Pero es algo que más o menos prefiero mantener así. He conocido a muchas personas interesantes y que viven en sitios muy dispares. A la hora de hablar de las cosas que te gustan, tu creatividad o qué utilizas para pintar, importa muy poco quién seas en la vida real". No obstante, es consciente de que esto tampoco ha ayudado a que le lleguen propuestas de trabajo. "Las marcas saben que se conecta mucho más con una persona concreta, conociendo su personalidad y cuando el público se siente más cercano a ella. Además yo he probado a hacer muchas cosas diferentes, no me ciño a un estilo concreto que pudiera traerme ofertas de trabajo y prefiero tener la libertad de seguir haciéndolo. Tampoco he querido nunca que se piense primero en mi y luego en lo que hago. No sé si por ello no me llegan más propuestas o no, pero tampoco me llegan otras cosas negativas de las redes sociales".
Una experiencia totalmente distinta es la de Lore Obrejea, quien cuenta con su propia tienda online en Etsy, una plataforma donde diferentes artistas ponen en venta sus piezas, y además hace encargos personalizados para particulares y empresas. "No tenia muy claro a qué me quería dedicar, ni qué tipo de trabajos buscar relacionados con Bellas Artes, pero ya desde que vivía en Castellón, en casa de mis padres, me dedicaba a dibujar con lápices y pintar con acuarelas. Hacía sobre todo retratos, inspirados en fotos artísticas y hacia el final de la carrera, empecé a tener algún que otro encargo personalizado de retratos, de amigos o conocidos. También durante esa época probé a crear ilustraciones para productos y los subía a páginas web como Society6, donde se encargaron de crear los productos. Era algo que me motivaba a seguir dibujando, aunque no es que tuviera muchas ventas o ganancias".
A partir de ahí y de ver ejemplos de artistas que podían vivir de lo suyo, como Paula Bonet o Charuca, la castellonense se animó a compartir sus ilustraciones en redes sociales de manera regular, sobre todo en Instagram, donde empezó tener cada vez más seguidores. "Y decidí llevar mis ilustraciones al siguiente nivel. Cada vez me centraba más en pintar animales, y a su vez tenía cada vez más encargos personalizados de gente que me contactaba para hacerles ilustraciones de ballenas, tiburones, diferentes animales o retratos para regalar. Así que hice un trabajo de investigación y selección de animales, creando pósters con sus nombres. Tuve tantísimos pedidos del que hice de tiburones que me pasaba casi todos los días de la semana preparando pedidos. Desde entonces llevo trabajando en mi tienda, creando nuevos prints y posters y he hecho otro tipo de productos como estuches, tote bags o pegatinas", cuenta esta artista, que como decía al principio, si ha podido hacerse un hueco en el arte ha sido gracias al mundo online.
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