BARCELONA. El acto de este jueves en Barcelona para reivindicar la importancia y la urgencia del Corredor Mediterráneo volvió a ser una exhibición de fuerza por parte del empresariado valenciano. La campaña #quierocorredor iniciada por la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) hace dos años está dando sus frutos -al menos en materia de visibilidad y de calado-, y en cada gran evento de esta iniciativa los empresarios de la Comunitat demuestran su respaldo unánime con un notorio desplazamiento de efectivos, con Vicente Boluda, presidente de AVE, y Juan Roig, presidente de Mercadona, siempre a la cabeza.
La principal novedad en esta nueva reivindicación era el cambio de color político en la Moncloa, ahora con el socialista Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y el ministro valenciano José Luis Ábalos al frente de la cartera de Fomento. Y fue ahí, en la política, donde se apreciaron las diferencias entre el acto de este jueves y el celebrado hace justo un año en Madrid, un breve periodo en el que los socialistas, como por arte de magia, ya no ven tan mal lo que heredaron del PP en cuanto a la gestión de la infraestructura se refiere.
Con la intención de exhibir que siempre ha reivindicado el desarrollo del Corredor Mediterráneo -en su versión completa, con doble plataforma de ancho internacional entre Algeciras y la frontera francesa atravesando Andalucía, Murcia, la Comunitat y Cataluña- el ministro recordó que hace solo un año defendía en el Congreso de los Diputados una moción que urgía al Gobierno del PP a agilizar la infraestructura ferroviaria. Eran tiempos en los que Ábalos, en un mitin en Almería como secretario de organización del PSOE, afeaba a los 'populares' que tendría que volverse "en coche" a València tras el acto por su lentitud en la gestión del proyecto.
No obstante, todo lo que dijo el ministro este jueves pareció más una defensa de la hoja de ruta del PP que aquel paso adelante que reclamaba entonces. "Ya estamos en la fase final de la obra. Hace falta un impulso técnico, porque lo financiero está cubierto ya", afirmó Ábalos haciendo suyos los argumentos de su antecesor, Íñigo de la Serna. Como el cántabro en el acto de Madrid, el dirigente socialista se enfrentaba a la difícil papeleta de vender la gestión de su Gobierno en un contexto reivindicativo contra su departamento, que precisamente reclama un mayor esfuerzo para que el Corredor Mediterráneo sea cuanto antes una realidad.
El presidente de AVE, Vicente Boluda, si bien asintió ante las palabras del ministro que "se ha hecho mucho y cada vez queda menos", subrayó que su organización, como viene haciendo estos dos últimos años, "va a seguir trabajando y reivindicando la infraestructura hasta que esta sea una realidad", al considerarla "una apuesta clave para la vertebración, la competitividad y la cohesión".
Pero Ábalos no se arrugó en ningún momento, y tras poco más de 100 días de Gobierno socialista -y con los presupuestos heredados del PP- ya se desenvuelve con comodidad al otro lado de la pancarta del Corredor Mediterráneo. La inversión que hasta hace nada era insuficiente resulta ahora satisfactoria. "Estamos ante una realidad muy próxima, y ahora que vemos el final tenemos que pensar en cómo vamos a sacarle rendimiento", dijo, e incluso se atrevió a pasarle la pelota al vecino del norte: "Me preocupa Francia, porque el Corredor Mediterráneo es un proyecto europeo, y necesitamos que el nuestro conecte con otros corredores", agregó.
En la misma línea, Ábalos se permitió incluso un ataque a los empresarios más críticos con la lentitud en el desarrollo del corredor. "Acostumbramos a ver siempre la parte negativa", lamentó, y subrayó al respecto que "está bien ser exigente, pero siempre que no nos reste autoestima". "Somos el segundo país del mundo con más kilómetros de alta velocidad", reivindicó. Ante la regañina del ministro, incluso la periodista valenciana Nuria Roca, conductora del acto, se atrevió a replicarle: "no dude que tenemos que seguir presionando", le respondió.
La soltura con la que Ábalos lució su nuevo rol y la comparativa con su antecesor, de un perfil más diplomático, fue una de las cuestiones más comentadas por los empresarios asistentes al evento, pero también lo fue su anuncio. El dirigente se comprometió a que "para 2021 estará conectado Algeciras con Francia en ancho estándar", es decir, que en dicho ejercicio un tren podrá realizar un trayecto completo entre ambos lugares en ancho internacional. Lo dijo en varias ocasiones sin especificar el estado en el que se encontrarán las plataformas por las que discurrirá el convoy, si bien subrayó que sería posible.
Fomento, sin embargo, ofrecía un mensaje más ambiguo en la posterior nota de prensa sobre las palabras del ministro. "En 2021 estarán en servicio, con las obras finalizadas o en ejecución todos los tramos del Corredor con el objetivo de conectar la Frontera Francesa con Algeciras en ancho estándar", precisaba el ministerio. En Twitter el ministro escogía esta segunda versión para compartirlo con sus seguidores, obviando lo anunciado en el acto.
El acto celebrado en Barcelona fue una nueva exhibición de convocatoria por parte de AVE. Arrancó con una mesa de debate en la que, además de José Luis Ábalos, participaron José Luis Bonet, presidente de Cámara España; el mencionado Vicente Boluda, presidente de AVE; Suzanne Czech, directora general de la European Retail Round Table; Juan José Brugera, presidente del Círculo de Economía; Inés Juste, delegada del grupo químico y farmacéutico Juste, y Juan Rosell, presidente de CEOE.
Entre los asistentes al evento cabe destacar a Ximo Puig (presidente de la Comunidad Valenciana), Fernando López Miras (presidente de la Región de Murcia), Damià Calvet (consejero de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya), Rosa Peñalver (presidenta de la Asamblea Regional de Murcia), Toni Gaspar (presidente de la Diputación de Valencia), Antonio Garamendi (CEPYME), Joaquim Gay de Montellà (FOMENT-Catalunya), Salvador Navarro (CEV-Comunidad Valenciana), José María Albarracín (CROEM Murcia), Javier González de Lara (CEA-Andalucía), Juan Pablo Lázaro (CEIM Madrid), José Juan Socas (CECAPYME-Canarias), Carmen Planas (CAEB-Balears), José Vicente Morata (Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana), Artur Carulla (Agrolimen), Ignacio Ferrero (Idilia Foods), Javier Godó (Grup Godó), Clemente González (Alibérico y IFEMA), Jordi Gual (Caixabank), Araceli Císcar (DACSA), Teresa García Milà (UPF), Javier Moll (Prensa Ibérica Media), Josep Oliu (Sabadell), Agnès Noguera (Libertas 7), Josep Tarradellas (Casa Tarradellas), Miguel Torres (Familia Torres), José Sevilla (BANKIA), José García-Carrión (García Carrión), Mar Martínez-Cosentino (Cosentino), Lola Guillamón (presidenta de la Cámara de Comercio de Castellón), Isaías Taboas (presidente de RENFE) o José María Gay de Liébana (economista), entre muchos otros, además del mencionado Juan Roig.
No obstante, en cuanto a número de asistentes, la convocatoria fue tal vez inferior al acto celebrado en Madrid. El evento, celebrado en el Palau de Congressos de Catalunya, no completó el aforo del patio de butacas, dotado con algo más de 1.300 localidades. Al respecto algunos empresarios valencianos comentaron que el despliegue de los catalanes fue menor de lo esperado para un evento celebrado en su feudo. Se exhibió músculo, y acudieron a la cita empresarios de primer nivel de todas las autonomías del arco mediterráneo, pero arrimaron el hombro en mayor medida los valencianos a pesar de las más de tres horas de Euromed para acudir al evento. En esta línea llamó la atención el reproche del presidente Puig a su homólogo catalán, Quim Torra, por no haber acudido a la cita en Barcelona.