VALÈNCIA. De militante de base en un municipio de la Ribera Alta a gerente del PP en la provincia de Valencia. El abogado Salvador Ferrer ha experimentado uno de esos saltos vertiginosos que propicia la política. De un partido, los rostros más conocidos suelen ser los de sus diputados, alcaldes, cabezas de lista... No obstante, en la sombra, detrás, dirigiendo la gestión diaria, existe una figura clave: la citada de gerente.
Suele ser poco conocida, tanto por el público en general como incluso por la propia militancia. En el caso del Partido Popular la nombra directamente la cúpula nacional, de quien depende. En este caso, para sorpresa incluso del propio afectado.
"No me lo esperaba. Soy de la Ribera Alta -la misma comarca en la que se ubica Gavarda, municipio en el que ejerce de alcalde Vicent Mompó, presidente provincial del PP-, donde me conocen todos en el partido. Entiendo que me propondría él (en alusión a Mompó) o desde su entorno", explica Salva Ferrer.
El cargo lo asumió hace más de un mes, poco después de que la dirección provincial anunciara los nombramientos de nuevos coordinadores comarcales. El suyo apenas trascendió, pese a la magnitud de la tarea con la que está empezando a familiarizarse el nuevo gerente provincial del PP en Valencia.
Llevaba desde agosto asentando el grupo jurídico de su formación en la Diputación. Le avala su trayectoria de una década profesional dedicada al ejercicio de la abogacía sobre todo vinculada a empresa privada. A esta circunstancia se une su conocimiento del partido en el que milita desde 2008, "en cuanto pude afiliarme al cumplir 18 años", señala este hijo de padre homónimo, candidato y portavoz en Carcaixent y de madre concejala en el mismo municipio.
Salva Ferrer no contemplaba la posibilidad de seguir la estela política (la profesional, sí) de sus progenitores mientras alguno de aquellos fuera en lista. "Hasta la fecha he estado trabajando como afiliado de base en Carcaixent y ayudando en todo lo que fuera necesario", apunta para, a continuación, destacar la labor de Carolina Almiñana, la actual alcaldesa de la localidad que gobierna con una precaria mayoría de seis concejales sobre un total de 21.
Ahora su tarea trasciende con creces a su municipio y se expande a las agrupaciones del PP en los 266 de la provincia. Dirigirá las cuestiones administrativas, contabilidad, seguros… "todavía me estoy familiarizando con mi trabajo", apostilla con discreción.
En cualquier caso, en estas semanas se ha podido percatar de la magnitud de una tarea que desde la militancia de base no se suele apreciar. "Existe mucho trabajo detrás de los partidos que no se ve. Hace falta la implicación de numerosas personas, ya que de lo contrario esto no funciona", indica mientras anda diseñando su equipo.
Explica que, dentro de la vocación que entraña para gran parte de la afiliación formar parte de un partido, "se me han ofrecido muchas personas para ayudar en lo que necesite". En su caso, comprende esa aportación vocacional porque la ha practicado y vivido en su propio domicilio familiar. "Mi padre y mi madre han estado siempre en política local. No obstante, en mi caso nunca me dijeron que entrara y siguiera su camino. Fue una cuestión de convicción propia".
Salva Ferrer tiene como misión actual, y ya de manera profesional, hacer funcionar el engranaje interno y administrativo del partido al que se afilió con 18 años. "Todo es nuevo para mí y agradezco mucho la confianza", recalca este joven cuya existencia ha transcurrido entre su Carcaixent natal y la capital autonómica y provincial, donde residió durante casi tres lustros.
No obstante, y pese a tener su nuevo despacho laboral en Valencia, en la sede del PP en la calle Embajador Vich, no desaprovechará las ocasiones que tenga para correr entre cultivos citrícolas y esforzarse en la afición que le hace ir más allá de la provincia y recorrer España, la de fondista participante en el circuito nacional de medios maratones. Su mejor marca es una hora y 29 minutos en la distancia de los 21 kilómetros. La logró en Sevilla y se ha fijado como reto superarla.
Quizás su cargo de gerente le brinde la oportunidad de entrenar por municipios de otras comarcas a las que acuda para reunirse con agrupaciones, aunque se le haga "raro no entrenar entre naranjos". También le otorgará, de paso, una oportunidad para promocionar su localidad, Carcaixent, que, pese a superar los 20.000 habitantes, tiene unos encantos no demasiado conocidos en València y su área metropolitana.
"El Palau de la Marquesa, el Huerto de Soriano, el Almacén de Ribera, la Feria Modernista, la Feria de la Naranja…", empieza a enumerar cuando se le pregunta por los atractivos de su municipio natal. Puede que describirlos suponga una buena forma de suavizar su tarea cuando se complique. O de hacerla más reconocible y atractiva para la afiliación y que no quede tan en la sombra.