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el tintero / OPINIÓN

Absueltos en la tierra y en el cielo

Cuantas portadas cumpliendo con la pena de telediario que tanto gusta (demasiado) a muchos medios que, con la palabra presunto, se cubren las espaldas. Pero esta última semana llegó la dichosa sentencia del caso Palau y todos han sido absueltos

11/03/2020 - 

Lo lógico sería abarrotar esta columna con más y más comentarios sobre el coronavirus, pero la realidad es que me siento sobrepasado por la cantidad de la información que hay, la preocupación creciente en la sociedad especialmente en las últimas horas empieza a desbordarnos a todos. Por ello, creo que es necesario no sólo mantener la calma (dentro de una lógica precaución) y además quienes comentamos la actualidad, debemos abrir el foco y atender a los diversos asuntos que cada semana salen en los medios, porque es cierto que en las últimas horas sólo vemos noticias relativas al covid19 pero hay más y una de ellas fue portada la semana pasada y creo que es de justicia recordarla.

El caso Palau, relativo a presuntas irregularidades de la Fundación Palau de les Arts Reina Sofia en sus contratos con distintas empresas, fue resuelto con la absolución de todos sus acusados, como así lo indicó la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia. Los medios lo publicaron, este diario lo puso en su portada a cuatro columnas, pero la memoria es frágil y seguro que muchos no repararon en algo importante en este caso y en otros muchos donde se dirimía la presunta corrupción de políticos y personas anónimas, el daño causado durante meses y años a sus protagonistas, la conocida como pena del telediario. 

Los casos de corrupción de la última década han tenido un espectacular eco mediático, un número de portadas y minutos de televisión que me atrevería a decir que desproporcionado, pero que logró que la sociedad considere a un partido político (PP) el más corrupto de todos, en cantidad y calidad, mientras CiU y el PSOE andaluz, pese sus tropelías y las cantidades estafadas, han pasado relativamente de puntillas. Es una triste realidad constatable si uno repasa la hemeroteca y que da cuenta de la situación tan parcial de los medios de información en España. Pero también es cierto que siempre hay huecos para alzar la voz y recordar que como tantas veces he dicho y escrito, la crisis no es de uno u otro partido, sino que es un mal que afecta al ser humano y especialmente a los que tienen poder. 

La absolución del caso Palau llega tarde, como tantas otras por la lentitud de nuestro sistema judicial, pero mucho más tarde para unos que otros, porque entre las personas a las que afectó este caso, estaba la antigua intendente del Palau, Helga Schmidt que falleció el pasado mes de septiembre. Pero a quienes sí que han podido celebrar dicha absolución, hay que reconocerles el calvario personal y social que cada uno ha tenido que sobrellevar, muchos de ellos personalidades relevantes de la sociedad valenciana por su posición profesional y que ahora pueden sentirse reconfortados por tal decisión, pero también pueden pedir que la presunción de inocencia sea respetada de una manera más extensa y contundente. Los principales protagonistas que resultaron absueltos fueron el financiero Joaquín Maldonado, el exdirector financiero del Palau, Ernesto Moreno, el abogado José A. Noguera, y el empresario Pablo Broseta. Todos ellos han reaccionado con una discreción y sin reivindicar su inocencia en los medios ni reclamar como siempre defendieron, su inocencia. Pero creo que es de justicia que los medios, como aquí se publicó, y los columnistas, reconozcamos que no siempre se condena e incluso el criterio de la fiscalía, como en este caso, puede ser erróneo. 

El otro día se publicó una carta del director de un importante diario valenciano donde se recopilaba una larga lista de nombres de ex altos cargos del PP que también fueron absueltos y que seguro que si preguntamos a personas de nuestro entorno creerán que son culpables o incluso tuvieron sentencias condenatorias. La conclusión es clara, la presunción de inocencia debería respetarse hasta que una sentencia dicte lo contrario, y hemos vivido unos años donde con la mínima sospecha el juicio mediático es letal con muchos personajes públicos. La antigua intendente, que además fue el alma mater del Palau de les Arts como uno de los centros de ópera más prestigiosos del mundo, ya no está entre nosotros, pero al menos descansará en paz con mayor tranquilidad. Los valencianos que han sido absueltos, además de reparar su honor y demostrar su inocencia, nos sirven de ejemplo para ser mas cautelosos a la hora de lanzar los dardos mediáticos. 

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