VALÈNCIA (EFECOM). La empresa siderúrgica Acerinox no prevé realizar más adquisiciones a corto plazo, tras la compra de Haynes International, que espera cerrar en el próximo mes de julio, y descarta en estos momentos cotizar en Estados Unidos, según su presidente, Carlos Ortega.
"Aunque nos gustaría cotizar en todo el mundo, hoy por hoy, no vamos a hacer un Ferrovial", ha asegurado Ortega este viernes en una rueda de prensa.
Ortega ha destacado que Acerinox es una empresa española, por lo que tampoco se plantea el cierre de ninguna de las fábricas de España, incluyendo la de Los Barrios (Cádiz) que ha dado pérdidas en cuatro de los últimos cinco ejercicios y cuyos trabajadores llevan 75 días en huelga.
"Somos españoles, es complicado que podamos cerrar la planta o venderla", ha asegurado el presidente de la compañía, que confía en que el conflicto se pueda resolver pronto, tras una nueva propuesta presentada por la dirección.
Con la compra de Haynes, Acerinox refuerza más su estrategia, en línea con la compra de la alemana VDM en 2020, de la triple A -América, aleaciones y aeroespacial- e impulsa aún más su liderazgo en el mercado estadounidense, que representa actualmente un 52 % de sus ventas, porcentaje que irá hacia un 60 % en los próximos años.
Ortega ha explicado que el grupo quiere "digerir" esta nueva operación, la más importante en tamaño en su historia y centrarse en trabajar por "maximizar" las sinergias con la empresa estadounidense.
El consejero delegado de Acerinox, Bernardo Velázquez Herreros, ha señalado que, en Europa, donde los asiáticos y sobre todo los chinos están inundando el mercado, el grupo debe adaptar su modelo de negocio y hacer cosas más especiales, productos de mayor valor añadido y más enfocados al cliente, ofreciendo una calidad y un servicio muy superior.
Con ello, se pretende compensar la subida de costes, porque, en España, ya no se puede competir por coste, ni por laborales ni por energéticos, y ofrecer un producto más exclusivo, por el que se pague, ha agregado.
Precisamente, para adaptarse es necesario un nuevo convenio colectivo que permita a la empresa adaptarse a un mundo muy volátil, porque, "si hace años hablábamos de que teníamos un ciclo cada cinco años, "ahora durante el año sufrimos cinco ciclos".
En su opinión, no se puede diseñar la fábrica para el punto máximo de la producción, sino hay que ir a un punto medio y poder compensar con bolsas de horas las subidas y bajadas de la producción, por lo que se está negociando.
Por otro lado, Velázquez ha destacado la importancia de contar con suministros más cercanos, tras los problemas surgidos a raíz de la pandemia, por lo que ha abogado por reforzar a la industria europea, que debe ser menos dependiente de otros mercados de otros bloques.
Ahora se ha pasado de hablar de globalización y libre mercado a utilizar conceptos como el de la autonomía estratégica, ha indicado.
"Todos los industriales hemos aprendido que tenemos que diversificar nuestras fuentes de suministro tanto por empresas como por regiones por lo que puede pasar", ha apuntado.
También pide a Europa acceso a una energía competitiva, estable y predecible. Este año está siendo favorable por las renovables en España y porque también hay mucho menos consumo industrial, pero "no podemos levantarnos y mirar al cielo, como los agricultores, a ver si podemos fundir", ha añadido.