VALÈNCIA. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) reabre este lunes el tráfico ferroviario una de las vías de mercancías entre Valencia y Madrid a través del núcleo de la Encina que ha estado cortada desde el pasado día 12 de septiembre por los efectos del temporal de lluvias que azotó el Mediterráneo.
La reapertura de esta vía después de más de tres semanas cortada era muy esperada por las empresas cargadoras que durante ese tiempo han tenido que utilizar vías alternativas y asumir cuantiosos sobrecostes al tener que recorrer cientos de kilómetros adicionales. Según fuentes del Adif, la reapertura de la segunda vía aún se retrasará algunos días.
En concreto, desde el pasado 12 de septiembre está interrumpido el tráfico de larga distancia Murcia-Alicante-Valencia y el de media distancia Alicante-Valencia, además del Valencia-Albacete. Como consecuencia de ello, las empresas ferroviarias de mercancías han tenido que desviar sus trenes por Tarragona porque la línea Sagunto-Zaragoza también ha estado cortada por obras hasta este mismo viernes.
Los tramos afectados tienen una importancia estratégica para los tráficos de mercancías entre el Puerto de Valencia y Madrid. Como muestra, basta recordar que el 90% del tráfico ferroviario que sale del recinto portuario por tren es transportado a la capital por la vía que ha estado cerrada.
Entre las empresas más afectadas están la propia Renfe Mercancías, Continental Rail o Logitren, que en los próximos días harán una estimación definitiva de los costes añadidos que les he generado tener que desviarse varios cientos de kilómetros para estudiar si procede reclamar una compensación a la aseguradora del administrador de la vía.
Durante el corte de las vías los técnicos del Adif han estado trabajando para poder restablecer la circulación ferroviaria, tanto de trenes de viajeros como de mercancías, por los graves desperfectos causados en la infraestructura por la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que asoló la costa y el interior de la franja mediterránea.
Además de retirar los restos depositados en la vía por el agua, los técnicos han tenido que comprobar que la vía y los sistemas de seguridad no habían resultado dañados. Los daños provocados por las avenidas de agua sobre la traza ferroviaria han afectado tanto a la plataforma como a la infraestructura (balasto y carriles) y las instalaciones (catenaria, señalización, comunicaciones, sistemas de seguridad, etcétera).